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Guillermo Vilas cumple 70 años: así fue de su romance con Carolina de Mónaco

Tuvieron una intensa relación de cinco meses que comenzó en secreto, luego llegó a las portadas de todas las revistas y terminó por una tragedia
17/08/2022 - 11:40hs
Guillermo Vilas cumple 70 años: así fue de su romance con Carolina de Mónaco

Guillermo Vilas, ícono maximo del tenis argentino, cumple 70 años. Su figura fue enore dentro de la cancha, a pesar de que nunca le reconocieron -injustamente- ser el número 1 del mundo, como fueras de los courts.

Deportista, músico y rompecorazones, así se lo puede definir.  Tanto que llegó a vivir un inteso pero breve romance con una figura destacada de a realeza. 

El romance Vilas con la princesa Carolina de Mónaco no fue el más extenso que tuvo el tenista argentino, pero sí fue uno de los que más trascendencia mundial alcanzó.

Apenas fueron cinco meses de una relación que comenzó en secreto, que luego estuvo en las portadas de todas las revistas y que llegó a su final a causa de una trágica muerte.

El gran "Willy" y la princesa: el inicio del romance

Vilas llegó en abril de 1982 a Montecarlo para participar del torneo de esa ciudad. Para entonces, la princesa Carolina de Mónaco, hija de Grace Kelly y Rainiero III, venía de afrontar un polémico divorcio con Philippe Junot, su primer marido. Ella tenía 25 años y el tenista argentino, 29.

El 11 de abril de ese año, Vilas venció a Iván Lendl y se proclamó campeón del Abierto de Montecarlo. El trofeo se lo dio la propia princesa Grace. Para festejar, salió esa noche al club Jimmy’z, a donde la familia real solía asistir. Fue allí donde se cruzó por primera vez con Carolina, quien estaba en una mesa junto a su hermana y que, cuando vio al argentino, lo invitó a que las acompañara. Hablaron hasta casi el amanecer y quedaron en volver a verse.

Guillermo Vilas venció a Ivan Lendl en la final del Abierto de Montecarlo y recibe la copa de manos de la princesa Grace Kelly
Vilas venció a Ivan Lendl en la final del Abierto de Montecarlo y recibe la copa de manos de la princesa Grace Kelly

Vilas regresó a su departamento de París, que estaba ubicado a solo unos metros de una propiedad del príncipe Raniero y Grace Kelly. El martes 13 de abril de 1982 tuvieron su primera cita en el restaurante chino Le Mois.

Pasaron la noche juntos y cuando despertaron al día siguiente, descubrieron que un ejército de paparazzi los esperaba en la puerta.

Guillermo Vilas y Carolina de Mónaco: primeras fotos del romance

Tras ese encuentro, Vilas retomó su actividad en el circuito profesional de la ATP. Aprovechó que no iba a disputar Wimbledon, dado que se había bajado del Major británico cuando se desató la Guerra de Malvinas, y organizó unas vacaciones junto a Carolina. El miércoles 9 de junio tomaron un avión desde el aeropuerto de Los Ángeles rumbo a Honoluli, capital de Hawái. De allí, tomaron un bimotor hacia una pequeña isla llamada Maui. Nadie podía hallarlos allí. O al menos eso creían.

Alquilaron un Mercury rojo convertible y se hospedaron en el hotel Pioneer Inn, de una estrella y media.

Durante dos semanas, recorrieron las playas sin temor a ser vistos. Sin embargo, no contaban con Pascal Rostain, uno de los paparazzi más importantes de la revista Paris Match.

Los fotografió en diferentes situaciones y, tiempo después, contó que hubo varias imágenes comprometidas que nunca difundió. Las fotos se publicaron el jueves 24 de junio, aunque Vilas y Carolina recién se enteraron tres días después, cuando aterrizaron en París.

Guillermo Vilas y la princesa Carolina de Mónaco en sus vacaciones en Maui, Hawai
Guillermo Vilas y la princesa Carolina de Mónaco en sus vacaciones en Maui, Hawai

La tragedia que terminó con el romance

Luego de cinco meses, el romance llegó a su final a causa de una tragedia. El 13 de septiembre, Grace Kelly perdió el control de su auto cuando regresaba hacia el palacio Grimaldi y cayó casi 30 metros por la ladera. Apenas sobrevivió durante algunas horas en el hospital, desde donde confirmaron su muerte.

Una semana más tarde, Vilas y Carolina se reunieron por última vez. El final de la relación era inevitable, dado que ella debía ocupar el lugar de su madre y convertirse en la primera dama de Mónaco.

El periodista del Gráfico Luis Hernández, que conoció como pocos a Vilas, contó detalles de ese encuentro final: "La reunión fue cerca de la medianoche, en una escondida posada en la bajada de la cornisa entre Montecarlo y Niza. Carolina llegó sola, en un pequeño Renault 5, mientras Guillermo la esperaba en el discreto reservado del fondo del local previamente convenido".

"Nervioso, jugando con el estuche de raso azul que envolvía el regalo esperado y comprado en Tiffany a un costo de 25.000 dólares. Era el anillo de compromiso que en su interior tenía grabadas las iniciales de ambos: C – G. Se lo entregó con un beso y comprendió lo que ella le decía: ‘Debemos esperar, ahora tengo que asumir el papel de mi madre y ser la primera dama del principado, como me lo pidió mi padre’. Él entendió, ella volvió a subir hasta Montecarlo", completó.

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