Ascensor del Obelisco: cómo hacer para subir al mirador y qué se ve
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El corazón de la Ciudad de Buenos Aires consumó una novedosa obra que redefine su postal más emblemática: el Obelisco. Tras décadas de espera y un meticuloso proyecto de ingeniería, la monumental estructura finalmente cuenta con un ascensor que permitirá tanto a los porteños como a los turistas ascender a su cúspide para contemplar la Capital Federal desde una perspectiva inédita, en el corazón de las avenidas 9 de Julio y Corrientes. La obra, largamente anhelada desde la concepción misma del monumento por el arquitecto Alberto Prebisch, culminó transformando la experiencia de admirar el Obelisco, y como sucede en muchísimos grandes monumentos en las ciudades más importantes del mundo, ahora se podrá acceder a lo más alto de su interior.
La flamante incorporación fue celebrada en un acto encabezado por el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, quien destacó la trascendencia de este "gran proyecto de ingeniería" que "revaloriza uno de los símbolos porteños", augurando que el "mirador panorámico es un nuevo atractivo turístico que cambiará la manera de ver nuestra Ciudad y su patrimonio, como en las grandes metrópolis del mundo".
Ascensor en el Obelisco: cómo se sube hasta arriba de todo
El acceso al elevador se realiza desde la Plaza de la República, franqueando una breve escalinata de ocho peldaños que conducen a la base del Obelisco. En tan solo un minuto, el moderno ascensor, diseñado con un lateral vidriado y otro equipado con una pantalla informativa, transporta a los visitantes hasta los 67,5 metros de altura. La Vicejefa porteña, Clara Muzzio, enfatizó la singularidad de la experiencia: "Lo que hace especial este lugar es la vista. No hay otro punto en la Ciudad desde donde se pueda verla así".
Al desembarcar del ascensor, un tramo de 35 escalones adicionales conduce al esperado mirador, dotado de cuatro ventanas estratégicamente ubicadas para ofrecer vistas panorámicas de los cuatro puntos cardinales de Buenos Aires. El ministro de Espacio Público, Ignacio Baistrocchi detalló la complejidad de la intervención, asegurando que "el ascensor se instaló sin afectar en absoluto al monumento". Explicó que se realizaron acondicionamientos eléctricos y se adaptó el piso para la fijación de la escalera caracol de emergencia y la estructura metálica del ascensor, el cual ingresó al monumento en partes para ser ensamblado en su interior, dada la limitación de la puerta original como único punto de acceso.
La visión de Prebisch de dotar al Obelisco de un ascensor interno se remonta a sus inicios. Documentos históricos revelan que el entonces intendente Mariano de Vedia y Mitre ya vislumbraba esta posibilidad en 1936, tal como expresó en una carta dirigida a las autoridades nacionales. Hoy, esa visión se materializa, ofreciendo a los porteños la oportunidad de conectar con su ciudad desde una perspectiva antes inimaginable.
Cómo hacer para subir al Obelisco: ofrecerán visitas gratuitas
Para celebrar este hito y con motivo del aniversario del Obelisco durante el mes de mayo, se ofrecerán visitas gratuitas para los vecinos, con cupos limitados. Asimismo, el Ente de Turismo de la Ciudad (ENTUR) se encuentra trabajando en un proceso licitatorio para la operación integral del mirador, que incluirá una propuesta museográfica para enriquecer aún más la experiencia de los visitantes.
Valentín Díaz Gilligan, titular del ENTUR, destacó el potencial de esta nueva atracción: "El mirador nos va a dar la posibilidad de ofrecer a los visitantes una experiencia que va más allá de la típica foto con el monumento. Gracias al trabajo en conjunto con el sector privado, los turistas van a poder acceder a una vista panorámica inigualable".
El Obelisco, erigido para conmemorar el cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires, no solo es un testigo privilegiado de la historia de la ciudad, sino también el lugar donde se izó por primera vez la bandera nacional en suelo porteño. Hoy, como Monumento Histórico Nacional, su valor se acrecienta con la incorporación de este acceso a las alturas, invitando a los ciudadanos a redescubrir su belleza y su vasto horizonte urbano. La culminación de esta obra representa un nuevo capítulo en la historia del Obelisco, abriendo sus puertas al cielo de Buenos Aires para que todo el mundo pueda, finalmente, contemplar la ciudad desde la cima de su símbolo más icónico.
