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El "Plan llegar": la estrategia del FdT para alcanzar octubre sin riesgos y volver en 2027

La apuesta de Cristina Kirchner por el Presidente no funcionó. Cómo pasa sus días el oficialismo de cara a las elecciones y qué tiene planea para el futuro
20/03/2023 - 15:30hs
El "Plan llegar": la estrategia del FdT para alcanzar octubre sin riesgos y volver en 2027

El país atraviesa un período de transición hacia el inicio de un nuevo mandato presidencial tan particular como novedoso. Si uno toma cierta perspectiva de la escena, va a advertir que se ha producido en el proceso político una suerte de descalce entre el fin del mandato legal del presidente (diciembre de 2023) y el fin del mandato real del mismo, que ocurrió en julio de 2022 cuando renunció el ministro de economía de Alberto Fernández, imposibilitado de llevar adelante el programa económico que junto al primer mandatario habían acordado con el FMI.

"Plan Llegar": el fin del mandato real de Alberto Fernández

Este descalce ha provocado una multiplicidad de detalles curiosos, como por ejemplo: un ministro de economía que decide la política económica sin sujetarla a la voluntad de su presidente (pero sí a la de su vicepresidenta), un presidente que, aliviado de haberse quitado la responsabilidad sobre la política económica, se dedica a poner en valor su gestión (gestiona sus memorias en el mismo período de ejercicio del poder, realizando actos oficiales), y una vicepresidenta que aprueba y apoya políticas que no solo ha cuestionado a lo largo de toda su carrera política, sino que se trata de políticas que surgen de un programa que su sector rechazó de plano cuando hubo que votarlo en el congreso. Y todo ello ocurre con los actores teniendo una semiplena certeza de que se entregará el poder en diciembre 2023.

Esta combinación de situaciones particulares parece, paradójicamente, ofrecer ayuda para entender la naturaleza del plan que está conduciendo el accionar del Gobierno: el que se ha denominado "Plan Llegar".

Y decimos ello porque solo se entiende semejante sonido desafinado que sale de la coalición de Gobierno, si se asume que todos son conscientes de que la prioridad hoy es llegar. Alguien busca solamente llegar cuando se ha convencido de que no se podrá seguir y cuando ha tomado conciencia de que no está garantizado que se pueda siquiera llegar con tranquilidad. Esa toma de conciencia por parte del Frente de Todos ocurrió en julio de 2022, cuando finalizó el mandato real del presidente Alberto Fernández.

El Frente de Todos, sin referentes ni incentivo electoral

El proceso es particular como novedoso porque, al desaparecer el incentivo electoral (las chances de reelegir del oficialismo se redujeron drásticamente), y al no disponer de capital político (la imagen y la aprobación de desempeño del Gobierno están por el piso) para tomar decisiones de carácter estructural -más allá de las decisiones para administrar la coyuntura-, se produce una circunstancia en la que el proceso político pierde capacidad de Gobierno (no se atienden los problemas estructurales, se patean), y el Gobierno a cargo decide concentrarse solo en evitar mayores daños y/o asumir mayores costos para cumplir con el plazo legal del mandato presidencial.

El Plan Llegar surge del derrotero que tuvo que atravesar el oficialismo: derrotado en 2021 y con una crisis de la deuda en pesos (junio 2022), la coalición decide correr al presidente (y su ministro) y depositar en Sergio Massa la tarea de "hacer lo que hay que hacer", que no es otra cosa que cumplir el programa con el FMI (que es quien nos presta los dólares para pagar nuestra deuda) para evitar una profundización de la crisis que provoque la interrupción del mandato. Y en ese trayecto, apuntar a mejorar lo más posible la chance electoral para perder de la mejor manera.

El mandato real del presidente Alberto Fernández se terminó con la renuncia de Martín Guzmán en julio del año pasado.
El mandato real del presidente Alberto Fernández se terminó con la renuncia de Martín Guzmán en julio del año pasado.

Pero lo cierto es que este plan tienen 3 componentes (o sub planes) que ayudan a entender su naturaleza y posee un incentivo (a mediano plazo) que explica su razón de ser. A saber:

  • Plan Evitar: el primer objetivo del "Plan Llegar" es evitar eventos disruptivos que afecten aún más las chances electorales (que agiganten el riesgo de catástrofe electoral). Dando por descontada la dificultad, se busca estabilizar la situación económica e ir a una transición hacia la elección con relativa calma. Lo curioso de este plan es que CFK lo avala, luego de oponerse al programa del FMI, por dos motivos: en primer lugar porque la ejecución del "plan evitar" está a cargo de un tercero (Massa), y, porque si la alternativa es el colapso económico, el "plan evitar" es el único camino que  ayuda a mejorar la chance de sumar legisladores a pesar de consolidar una potencial derrota.
  • Plan Dejar: el "Plan Llegar", que requiere de cierto esfuerzo, tiene un incentivo que es que, a pesar de que consolida una potencial derrota electoral, va a dejar tarea por hacer al Gobierno que viene. Es un esfuerzo que deja una ardua tarea por hacer. El programa con el FMI tiene por delante un ajuste de 1,9% del PBI en los próximos dos años y otras metas políticamente sensibles de conseguir. Y con las modificaciones que se acaban de anunciar en materia de reservas en el acuerdo, a fin de mandato se dejarán peores condiciones de las que se pensaban al comienzo del acuerdo. De modo que habrá pocas reservas, algo de atraso cambiario, algo tarifario y otros lastres que harán complejo el desafío para el próximo gobierno.
  • Plan Volver: finalmente aparece el incentivo para ejecutar el "Plan Evitar" y el "Plan Dejar" (el incentivo para tragarse los sapos se podría decir), que es el "Plan Volver". Cuanto más desafiante sea la tarea que quede por hacer, más probable será que el actual Gobierno pueda tener chances de volver a ser gobierno en 2027. Si Massa tiene éxito en evitar saltos disruptivos, la tarea que quede irá consumiendo capital político del oficialismo entrante y ello abrir la chance de volver al poder en 2027. Por ello, tanto CFK como Massa buscan evitar este turno electoral, porque creen que pueden ser potencialmente o buenos candidatos para ese 2027 (Massa), o lideres de la oposición camino a ese 2027 (CFK).  

Lo interesante del "Plan Llegar" es que, independientemente de las diferencias que subsisten en el Frente de Todos, parece haberse encontrado un punto de consenso (de equilibrio) entre todos los actores en la necesidad de terminar el proceso del modo más conveniente: evitando que se descontrole la economía, evitando asumir más costos de los necesarios para lograr ello, y, sabiendo que si se entrega el poder sin eventos disruptivos, el próximo Gobierno tendrá altos  costos políticos por asumir (la herencia), lo que ayudaría a mejorar las chances de volver pronto al poder.

Es cierto que sigue habiendo discusiones en el oficialismo, pero ahora son discusiones que versan sobre la estrategia electoral, no sobre las características del "plan llegar". Allí el volante del conductor lo tiene el ministro de Economía que tratará de terminar de la mejor manera para finalizar este período con algo de capital político de cara al futuro.

Para evitar mayores riesgos, Cristina Kirchner aceptó el plan económico de Massa
Para evitar mayores riesgos, Cristina Kirchner aceptó el plan económico de Massa (que incluye ajustes y al FMI).

"Plan Llegar": el primer paso para el "Plan Volver"

De este modo, el "Plan Llegar" tiene como objetivo el "Plan Volver", (la esencia misma del Plan Llegar es el Plan Volver), y es allí donde aparecen incentivos para patear problemas, teniendo cierta capacidad de administrar los costos por asumir por parte del rival. Este es uno de los motivos por los cuales Cristina Kirchner termina aceptando un programa económico que nada tiene que ver con su pensamiento. Lo acepta además porque es Massa quien ejecuta ese programa (no ella ni alguien de su espacio) y porque el costo de lo alternativo es peor políticamente para su futuro.

Por su parte, Sergio Massa lo acepta porque le permite diferenciarse del kirchnerismo y construir cierta reputación de figura responsable. Y si logra llevar el barco a puerto sin sobresaltos, se podrá llevar algo del capital político que le queda.

Y Alberto Fernández lo acepta porque no cuenta con el poder para no aceptarlo, pero por sobre todas las cosas, porque le ofrece un final sin disrupciones a un mandato presidencial plagado de carencias. Un final que le está permitiendo llegar, y no es poca cosa visto lo que pasó en el medio.   

Por Lucas Romero, politólogo y director de Synopsis Consultores.