Alberto Fernández ya se mueve como un prescindente. La resignada aceptación a no postularse para un segundo mandato lo ha llevado a manifestarse con cierta ajenidad a las urgencias del presente y a manifestarse nostálgico respecto a su gestión, llegando incluso a fantasear con Robert de Niro como el actor adecuado para representarlo en una producción cinematográfica que evoque su figura.

De alguna manera, ha decidido asumir con menos disimulo un rol parecido a sus pares de países europeos a los cuales el régimen parlamentario y la existencia de un primer ministro lo eximen de las incomodidades y problemas de la realidad.

Con Cristina y Alberto fuera de carrera, Massa y La Cámpora toman protagonismo

En lo que refiere a la vicepresidenta, hace rato que se ha desentendido del gobierno que integra reservándose funciones vinculadas a la custodia de la memoria histórica del kirchnerismo y la formación académica. Sus últimas apariciones públicas se materializan en el formato de clases magistrales coronadas por doctorados honoris causa de distintas universidades. Para consolidarse en ese rol ha tomado la iniciativa de crear la Escuela Justicialista Néstor Kirchner para reforzar su rol docente dentro del Frente de Todos.

Mientras tanto, la gestión cotidiana del Gobierno está dividida básicamente en dos actores: Sergio Massa y su Frente Renovador para todo lo que refiere a las cuestiones económicas y Máximo Kirchner y la Cámpora para la administración de las principales empresas del estado -Aerolíneas Argentinas, YPF, entre otras- y los organismos de mayor peso específico como el PAMI y el ANSES.

En el loteo del presupuesto público el albertismo cuenta con algunos espacios, pero subalternizados en el proceso de toma de decisiones. Este peculiar funcionamiento se encuentra estresado por una escasez de dólares recargada por efecto de la sequía. Combinada con la incertidumbre electoral, abril despliega una corrida cambiaria que de confirmarse y agudizarse puede someter a la sociedad a turbulencias agitadas en su vuelo con destino a diciembre.

El crecimiento de Javier Milei en las encuestas de opinión pública es una expresión del malestar de un sector, especialmente los jóvenes, con la dirigencia tradicional y el resultado de sus políticas en los últimos años. Que dos expresidentes y el actual mandatario hayan decidido voluntariamente "bajarse" de la competencia puede perfectamente ser interpretado como una muestra elocuente de desgaste.

Con Alberto y Cristina fuera de juego, Massa y La Cámpora llevan las riendas del Frente de Todos.

En lo que respecta al oficialismo a partir de ahora la discusión urgente se concentra en la estrategia para las próximas PASO. ¿Lista de unidad o competencia? Desde la vigencia de las primarias, el peronismo nunca presentó en el segmento presidencial más de una boleta. De hecho, hay quienes creen que debe mantenerse esa costumbre, particularmente en una coyuntura por demás exigente. Otros sin embargo creen que la participación de distintos candidatos puede darle volumen a la interna y engrosar los votos de la noche del 13 de agosto.

Sin dudas tallarán con más fuerza al respecto las voces de la vicepresidenta y el titular del Palacio de Hacienda.

Lo mismo corre también para la confección de las listas de diputados nacionales y otros cargos legislativos. Como sucede con la economía donde los bienes son siempre escasos, los cargos que se disputan también. Cada sector parte de la premisa de conservar y/o aumentar lo que tiene y otros de aumentar su caudal. ¿Podrá resolverse en una mesa con el arbitraje de los más fuertes o se terminará decidiendo en las urnas?

Aun suponiendo que estos temas se desenvuelvan de modo más o menos armonioso habrá otra cuestión central a resolver: ¿con qué discurso encarar la campaña cuando se convive con un presidente y una gestión en umbrales mínimos de aprobación? Conjugar la condición de oficialistas y opositores a la vez bajo el fuego cruzado de los adversarios será un auténtico reto para los especialistas en marketing electoral que asesoren al FdT.

Juntos por el Cambio aprovecha la debilidades del Gobierno

Por su parte, Juntos por el Cambio se unificó rápidamente para señalar que la defección del primer mandatario es una prueba del fracaso de todo el frentetodismo. Al menos por unos días las internas que vienen protagonizando tendrán un descanso para aprovechar la ocasión de señalar las debilidades del Gobierno, específicamente las concentradas en el mercado cambiario. Luego seguirán con sus itinerarios observando la evolución de los que suceda con la competencia peronista-kirchnerista y también con el desempeño del líder libertario.

Este último disfruta la centralidad comunicacional de su persona y de su proyecto de dolarización alimentado por las desventuras del blue y las cotizaciones alternativas. Probablemente de tener que escoger una estrella de Hollywood Joaquín Phoenix y su personaje del Guasón encabezaría sus preferencias.

La disparada del dólar y la variedad de internas en el FdT y JxC beneficiaron fuertemente a Javier Milei.

En las últimas semanas los integrantes de la mesa chica de La Libertad Avanza tienen la sensación de que el principal impulso a sus ambiciones está dado en mayor medida por los errores y las desventuras de "la casta" que por sus propias estrategias. Probablemente se guíen por el viejo principio de no interrumpir a sus adversarios cuando se equivocan. Por el momento, no parecen necesitar mucho más que eso para consolidarse en las encuestas.