Este tipo de patología oncológica produce más de un millón y medio de casos nuevos cada año
SALUD - 28 de Junio, 2018
El cáncer de mama es el tipo más común desarrollado por las mujeres, tanto en países más avanzados como en los países en vías de serlo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la incidencia de este tipo de cáncer se ha incrementado -y continúa en crecimiento- debido a la mayor esperanza de vida y el aumento de la urbanización.Según cifras de esta institución, cada año se producen 1,38 millones de nuevos casos de esta patología y 458 000 muertes por cáncer de mama. La mayoría de esas muertes (269.000) se producen en los países de ingresos bajos y medios, donde la mayoría de las mujeres con cáncer de mama se diagnostican en estadios avanzados debido a la falta de sensibilización sobre la detección precoz y los obstáculos al acceso a los servicios de salud.En Argentina, el cáncer mamario es la primera causa de muerte por tumores en mujeres y se producen alrededor de 5600 defunciones cada año por esta causa. De acuerdo a las cifras del Ministerio de Salud de la Nación, se producirán más de 19.000 casos nuevos por año, lo cual representa el 16.8% del total de la incidencia de este tipo de cáncer en el país. Hay algunas variables que, de acuerdo a la información médica que se tiene hasta el momento, se consideran como centrales en el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Si bien algunos son propios de cada persona y no se pueden evitar o reducir, hay otros que la mujer puede controlar y, de este modo, contribuir a la prevención de este tipo de patología.
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Factores genéticosEn primer lugar, es importante mencionar los factores genéticos. La información de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que se sabe que estos factores aumentan el riesgo de padecer varios tipo de cáncer, incluido el mamario. El perfil genético hereditario repercute en el riesgo de las mujeres de contraer cáncer de mama. Se estima que entre el 5% al 10% de los cánceres de mama son atribuibles a factores genéticos.Antecedentes familiaresLos antecedentes familiares, por su parte, son otro de los elementos centrales que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Las probabilidades de padecer cáncer de mama aumentan con el número de familiares en primer grado afectados por la enfermedad. La OPS estima que esto se debe a una combinación de factores tanto hereditarios -aunque no a un gen específico- como ambientales. Antecedentes personalesAsimismo, los antecedentes personales también son determinantes. Todas las mujeres que hayan padecido cáncer de mama -carcinoma ductal in situ o cáncer de mama invasor- tienen un mayor riesgo de desarrollar un segundo cáncer, ya sea en la misma mama o en la otra. Es importante señalar que la información difundida por la institución señala que las probabilidades aumentan más del 4% a lo largo de 7,5 años.Exposición a rayosPor otro lado, la exposición a los rayos se incluye dentro de la lista de los factores de riesgo. Exponerse a la radiación ionizante en el tórax a una edad temprana -el peligro más elevado se presenta cuando la exposición ocurre entre los 10 y 14 años de edad- aumenta las probabilidades, pero este disminuye de forma extraordinaria si la radiación se administra después de los 40 años. Por ejemplo, la radiación a una edad temprana para el tratamiento del linfoma de Hodgkin está relacionada con un mayor riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, no hay datos que indiquen que las prácticas actuales de radioterapia, administrada como parte del tratamiento del cáncer de mama (es decir, radioterapia después de la tumorectomía), aumenten el riesgo de desarrollar un segundo cáncer de mama. Además, las mamografías y radiografías del tórax no parecen aumentar el riesgo de cáncer de mama. Factores hormonalesLos factores hormonales y reproductivos pueden contribuir también al desarrollo de este tipo de enfermedad oncológica. Las hormonas endógenas -producidas por las células del organismo-, en particular la exposición a estrógenos, desempeñan una función en el crecimiento y la proliferación de las células mamarias. Los niveles elevados o prolongados de estrógenos endógenos están relacionados con un riesgo mayor de padecer cáncer de mama en las mujeres posmenopáusicas. Los factores conocidos de riesgo de cáncer de mama están asociados a factores reproductivos que prolongan la exposición natural a las hormonas producidas por los ovarios, como el inicio de la menstruación a una edad temprana, el comienzo tardío de la menopausia, edad tardía del primer embarazo -más de 30 años de edad- y nunca haber dado a luz.En este sentido también cabe mencionar que el uso prolongado del tratamiento hormonal sustitutivo después de la menopausia se ha asociado a un mayor riesgo de padecer cáncer de mama. En un amplio ensayo aleatorizado, las mujeres que tomaron una combinación de estrógenos y progesterona por más de 5 años después de la menopausia presentaron un mayor riesgo de diagnóstico de cáncer de mama. La información de la OPS señala que, en la actualidad, se recomienda recurrir al tratamiento hormonal sustitutivo solo para indicaciones específicas, como síntomas menopáusicos importantes, y la duración del tratamiento debe ser limitada.
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EdadLa edad es otro de los elementos que se encuentran dentro de la lista de factores de riesgo de desarrollar cáncer de mama. Es importante tener en cuenta que las probabilidades de padecer este tipo de patología oncológica aumentan con los años y, en poblaciones con alta esperanza de vida, el riesgo para toda la vida podría llegar a ser de una cada ocho mujeres. La OPS aclara que la repercusión de la edad sobre la incidencia del cáncer de mama en los países de ingresos medios bajos está menos estudiada, pero se vuelve más importante a medida que la esperanza de vida mejora.ObesidadDel mismo modo, la obesidad también está relacionada a esta enfermedad. Se estima que la asociación entre la obesidad y el riesgo de cáncer de mama se vincula, al menos en parte, con la función de los adipocitos, que contribuyen a elevar la concentración de las hormonas circulantes y otros factores. La adiposidad -volumen de adipocitos- puede afectar a las hormonas circulantes, ya que los precursores de estrógenos se transforman en estrógenos en los adipocitos. Los niveles de estrógenos de las mujeres también varían según su estado menopáusico, así que el efecto de la obesidad sobre el riesgo de cáncer de mama puede depender del estado menopáusico de cada mujer. Esto significa que las mujeres posmenopáusicas se ven más afectadas que las premenopáusicas. La OPS señala que algunos expertos indican que podrían evitarse hasta el 20% de los casos de cáncer de mama si se aumentara la actividad física y se evitara subir de peso. Consumo de alcoholFinalmente, el último componente de la lista es el consumo de alcohol. Ingerir esta sustancia en forma excesiva está directamente relacionado con un mayor riesgo de padecer cáncer de mama. Los expertos indican que podrían evitarse hasta el 14% de los casos de cáncer de mama si se redujera de forma considerable el consumo nocivo de alcohol o se eliminara completamente. Sin embargo, también cabe señalar que existen algunos factores que se conocen como protectores, precisamente por su acción de protección sobre el cuerpo de la mujer frente a las probabilidades de desarrollo de cáncer de mama. Se configuran como contraposición a los factores de riesgo, dado que de existir, funcionan exactamente en el sentido inverso que los mencionados anteriormente. Lactancia maternaEn primer lugar de esta lista, se encuentra la lactancia materna. La OPS señala que existen diversos estudios epidemiológicos que han analizado la relación entre esta variable y el riesgo de padecer cáncer de mama. En términos generales, y de acuerdo a las conclusiones de algunas investigaciones, amamantar parece reducirlo. Un examen de expertos reveló que por cada 12 meses que una mujer amamanta a su bebé, el riesgo relativo de cáncer de mama disminuye 4,3%, y otro 7% por cada bebé amamantado. A su vez, los especialistas indican que la lactancia materna puede reducir la incidencia del cáncer de mama hasta en un 11%.  Actividad físicaLa actividad física, por su parte, también se constituye como un factor protector del organismo contra el desarrollo de cáncer de mama, al igual que lo hace contra muchas otras patologías. De acuerdo a la información publicada por la OPS, el ejercicio regular parece tener un efecto protector contra el cáncer de mama. Los estudios revelan que es posible alcanzar una reducción promedio del riesgo del 25% al 40% entre las mujeres que se mantienen físicamente activas por comparación con las menos activas. En conclusión, el cáncer de mama se constituye como una entidad que puede afectar a diversas mujeres, dado que los factores de riesgo son muchos y abarcan a gran parte de la población. Sin embargo, tenerlos presentes y conocer son las variables que pueden aumentar las probabilidades de desarrollar esta patología, puede contribuir a la prevención o a la detección temprana.

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