Las algas, un superalimento a menudo ignorado en las dietas tradicionales, merecen una atención especial debido a su extraordinario valor nutricional y sus múltiples beneficios para la salud. Según los expertos en Nutrición de la prestigiosa Universidad de Harvard, Julie Corliss y Howard E. LeWine, estas verduras marinas poseen un alto valor calórico y contienen aminoácidos esenciales, convirtiéndolas en un componente valioso en una alimentación equilibrada.

Estos investigadores han destacado que las algas presentan una baja concentración de grasas y una cantidad de minerales mayor en comparación con los alimentos terrestres. Además, están repletas de vitaminas, fibra y abundantes sustancias antioxidantes que contribuyen a mantener un óptimo estado de salud. De manera crucial, las algas son una excelente fuente de yodo, un elemento indispensable para el correcto funcionamiento de la tiroides y, por ende, para la regulación del metabolismo.

El potencial de las algas en la prevención de enfermedades es asombroso. Gracias a su contenido de fibra, ayudan a reducir los niveles de glucosa e insulina en la sangre, lo que disminuye el riesgo de padecer diabetes y niveles elevados de azúcar. Además, su presencia en la dieta puede contribuir a la reducción del colesterol, mejorando así la salud cardiovascular.

Otro aspecto destacable es su aporte de calcio y hierro, fundamentales para la salud ósea y la producción de glóbulos rojos en el organismo. Consumir algas de forma regular puede ayudar a prevenir el debilitamiento de los huesos y a evitar el exceso de flúor en los dientes, lo que se traduce en una sonrisa más saludable.

¿Cómo incorporar este superalimento en nuestras recetas?

El sushi es, sin duda, una de las opciones más conocidas y deliciosas. Los rolls de algas rellenos de arroz, pescado, vegetales y otros ingredientes se han popularizado en todo el mundo y son una excelente manera de disfrutar de las algas de manera creativa.

Además, añadir algas secas o frescas a ensaladas proporciona un toque crujiente y salado, además de un impulso nutricional. Estas versátiles verduras marinas también son ingredientes tradicionales en sopas y caldos en las cocinas asiáticas. Un ejemplo emblemático es la costumbre coreana de celebrar el cumpleaños con sopa de algas, una tradición ancestral que se remonta a las etapas de lactancia, ya que aporta los nutrientes necesarios, como el yodo y el calcio, para el bienestar de las mujeres en esta etapa crucial de la vida.

Las algas están repletas de vitaminas, fibra y abundantes sustancias antioxidantes que contribuyen a mantener un óptimo estado de salud

Los batidos de algas son otra opción sabrosa y saludable. Al mezclarse con otros alimentos verdes como aguacate, espinaca o lechuga, no solo se obtiene una bebida refrescante, sino también una valiosa aliada en la lucha contra el acné y otras afecciones cutáneas.

Para aquellos que buscan alternativas de snacks saludables, las algas deshidratadas son una elección popular en diversas culturas. Estas tiras crujientes, a menudo saboreadas con toques de sésamo o wasabi, ofrecen una experiencia deliciosa y nutritiva a la vez.

En conclusión, las algas, ese tesoro marino desapercibido, merecen un lugar destacado en nuestras dietas diarias. Con su sorprendente aporte nutricional y sus múltiples beneficios para la salud, se presentan como una opción culinaria versátil y deliciosa. Aprovechar el conocimiento científico y ancestral sobre las algas nos brinda la oportunidad de fortalecer nuestra salud y bienestar de una manera deliciosa y sostenible.