¿Los argentinos van al gimnasio por salud o por "vanidad"?: un estudio revela los verdaderos motivos
Es lunes, son las siete de la mañana y en los gimnasios del país, la cintas de correr ya crujen, las pesas chocan y alguien grita desde el sector de spinning: "¡Vamos, un poco más!". Para muchos, ese ruido es música; para otros, el recordatorio de que la motivación a veces hay que buscarla en el mismo sudor. ¿Qué impulsa realmente a los argentinos a calzarse las zapatillas y arrancar a entrenar ya sea que llueve o truene?
Según un informe de Mercado Fitness, basado en 8.503 encuestas a usuarios de gimnasios, clubes y estudios de todo el país, la salud es el principal motor para entrenar. El 29% de las mujeres y el 27,2% de los hombres reconocen que se acercaron al gimnasio para cuidar su bienestar físico. Sin embargo, la historia no termina allí: al desagregar los datos surgen matices interesantes.
"Mientras que los hombres se orientan mayormente hacia el rendimiento físico y deportivo, las mujeres tienden a priorizar la estética", explica Guillermo Velez, responsable del informe y organizador de Mercado Fitness 2025. Y los números lo confirman: mejorar estado físico o resistencia obtuvo diez puntos porcentuales más entre los hombres que entre las mujeres (25,8% vs. 15%), mientras que tonificar y definir fue elegido por el 24,3% de las mujeres frente al 16,7% de los hombres.
La edad también moldea los objetivos. Los menores de 25 años entrenan, sobre todo, para verse mejor y rendir más en el deporte, mientras que quienes superan los 50 priorizan movilidad, recuperación y salud en general, con un 39,4% eligiendo esta categoría. Como dice Velez: "La pandemia reforzó la conciencia sobre la salud y el rol fundamental del ejercicio en el bienestar físico y emocional. Muchos comenzaron a ver el gimnasio como un espacio de contención, no solo de rutina física".
Elegir un gimnasio tampoco es azaroso: la cercanía al hogar sigue siendo determinante para casi la mitad de los encuestados (45,75%). La calidad del equipamiento (30,8%), los horarios (23,88%) y recién luego el precio y las promociones (17,52%) completan el podio de factores decisivos. En otras palabras, no basta con tener máquinas de última generación; los argentinos quieren practicidad, comodidad y horarios que se adapten a su vida cotidiana.
Cómo entrenan los argentinos y hacia dónde va la industria
Dentro de los gimnasios, los patrones también cuentan historias. Los hombres privilegian el trabajo de fuerza y peso libre, mientras que las mujeres mezclan pilates, clases colectivas y entrenamiento funcional. Entre los mayores de 50 años, la natación y pilates se destacan, buscando preservar movilidad y prevenir la sarcopenia asociada al envejecimiento.
Pero más allá de rutinas y máquinas, lo que engancha a los usuarios es la experiencia humana: entrenadores que acompañan, compañeros que motivan y el sentido de pertenencia a una comunidad. "Lo que más valoran los usuarios no es solo el equipamiento o el precio, sino el ambiente social, las relaciones, el equipo humano y cómo los hacen sentir. La fidelidad no se construye con máquinas: se construye con vínculos", enfatiza Velez.
Argentina lidera la penetración del fitness en Latinoamérica: 7,8% de la población entrena en gimnasios, clubes o estudios, cifra que asciende al 8,9% si se incluyen pilates o yoga. Aunque hay margen para crecer —en EE.UU. o países escandinavos la adhesión ronda el 20%—, la calidad de los entrenadores y la pasión por el fitness juegan a favor. "El contexto económico puede ser un obstáculo, pero nuestra profesionalidad y entusiasmo compensan esa limitación", subraya Velez.
El sector también mira al futuro con optimismo: el 88% de los dueños de gimnasios espera una temporada de primavera muy positiva, y el 86% proyecta crecimiento para el resto del año. Para muchos argentinos, el gimnasio ya no es un lujo; es un espacio esencial de bienestar físico, emocional y social.
Al final, ir a entrenar es mucho más que levantar pesas o correr en una cinta: es un ritual diario que combina esfuerzo, disciplina, comunidad y, sobre todo, la búsqueda de sentirse mejor. Como concluye Velez: "El fitness no es solo un estilo de vida; es una inversión en bienestar integral. Y mientras haya personas que quieran verse y sentirse mejor, los gimnasios seguirán siendo escenarios de transformación personal"