Ozempic: el lado oscuro del popular medicamento para bajar de peso

Isidora (25) terminó recientemente la universidad y vive en Temuco con sus padres y su hermano Marcelo (29). Sin proponérselo, terminó convirtiéndose en una experta improvisada en Ozempic, a raíz de una situación familiar compleja que la obligó a aprender sobre el medicamento.

Hace dos años, cuando Marcelo residía en Australia, se sometió a exámenes médicos de rutina para postular a un trabajo. Los resultados fueron inesperados para alguien de su edad: presión arterial muy elevada y parámetros compatibles con una enfermedad renal avanzada, prácticamente en etapa terminal, aunque sin síntomas aparentes.

El regreso a Chile y un diagnóstico severo

El hallazgo fue suficiente para que la familia decidiera traerlo de vuelta a Chile. Marcelo fue hospitalizado en Talcahuano, donde una ecografía confirmó que sus riñones estaban tan reducidos que casi no podían distinguirse. Isidora resume la situación: "El daño era crónico y progresivo".

Luego de estabilizar la presión arterial, recibió el alta. Para avanzar hacia un futuro trasplante requería bajar de peso, ya que había llegado con cerca de 110 kilos. Por eso, el equipo médico incorporó Ozempic —la semaglutida usada para diabetes tipo 2— como apoyo a su preparación prequirúrgica. El uso del Ozempic en su caso fue completamente controlado, centrado en reducir peso antes del trasplante. Pero en Chile la realidad reciente es otra: el medicamento se popularizó por motivos estéticos, incluso entre personas sin diabetes y sin sobrepeso.

Aunque la OMS reconoció hace pocos días que este tipo de fármacos es "esencial" para tratar la obesidad, en 2022 hubo un quiebre global de stock y en Chile, en 2023, el desabastecimiento afectó a pacientes diabéticos. El ISP llegó a pedir públicamente que no se consumiera sin diagnóstico de diabetes tipo 2.  El doctor Sebastián Fuentes (UNAB) recuerda que la escasez llevó al ISP a autorizar importaciones extraordinarias para las personas que realmente lo necesitaban.

Publicidad prohibida y recetas irregulares

En noviembre de 2025, el SERNAC y el ISP alertaron sobre publicidad ilegal y ofrecimiento de recetas médicas a distancia sin especialidad. Además, creció el mercado informal, con ventas a través de WhatsApp o Telegram.

Fuentes señala que Chile tiene antecedentes de buscar "soluciones rápidas" para bajar de peso: anfetaminas en los 80 y 90, sibutramina en los 2000 y, más recientemente, fentermina. La toxicóloga Jéssica Zúñiga (U. de Talca) indica que la semaglutida se instaló como "la solución esperada", lo que favorece la automedicación y genera riesgos tanto para la seguridad de los pacientes como para el acceso equitativo al medicamento.

En Chile existen tres registros con semaglutida: Ozempic, Rybelsus y Wegovy. Sin supervisión médica, la baja de peso suele ser abrupta: entre 2 y 4 kilos al mes, o hasta un 14% del peso corporal, explica Zúñiga.

Esto genera efectos como la conocida "cara de Ozempic", por pérdida de grasa subcutánea facial, además de flaccidez corporal.

Qué ocurre cuando el Ozempic se usa sin control

Valentín (35), de Santiago, dejó hace seis meses el Ozempic, que consumió sin receta. Relata que su vínculo con la apariencia física se originó en un trauma infantil, marcado por comentarios sobre su cuerpo. Todo empeoró en plena crisis con su pareja, por lo que accedió al medicamento a través de un conocido que trabajaba en una cadena de farmacias.

Le mostró precios, opciones y dosis, como si fuera cualquier producto de mostrador. Una dosis inyectable de 2 miligramos (mg) vale alrededor de $167.000; de 4 mg, $230.000. Valentín eligió la dosis más alta. Compró suficiente para seis meses, pagando más de $700 mil sin que ningún médico autorizara su uso, ni evaluara si era apropiado para su salud.

El tratamiento no funcionó como esperaba: tuvo inapetencia, cambió su relación con la comida y finalmente experimentó reganancia de peso. Al suspenderlo, sintió retención de líquidos y cambios rápidos en su cuerpo. 

Zúñiga explica que la semaglutida actúa enviando señales al páncreas para ajustar la insulina y al cerebro para generar saciedad. Por eso, "una uva puede sentirse suficiente". Esto significa que las señales naturales de hambre están intervenidas, y por eso es obligatorio el seguimiento profesional. El paciente debe aprender a comer para evitar hipoglucemias y para que la baja de peso no se base en malnutrición.

La farmacéutica Novo Nordisk establece que su uso corresponde a personas con IMC sobre 30, o sobre 27 con comorbilidades. Alguien de 70 kilos que solo quiere llegar a 60 no es candidato.

Experiencias dentro de una misma familia

Con los cambios aplicados a Marcelo, el daño renal se detuvo, aunque no se revirtió. El trasplante sigue siendo necesario, pero no requerirá diálisis previa. Su madre también inició controles para ser posible donante y recibió Ozempic. Tras un periodo de prueba, bajó de peso cuando la dosis subió a 1 mg.

En ambos casos, los efectos principales han sido náuseas al comer más de lo necesario y pérdida significativa de apetito. Su endocrinóloga les indicó no forzarse a comer. Ambos adaptaron sus porciones y no han tenido síntomas más severos.

Para quienes consumen Ozempic sin control, el doctor Sebastián Fuentes, de la UNAB, afirma que deben detener inmediatamente la automedicación y acudir a un profesional, detallando con honestidad dosis, frecuencia y quién lo suministró.

La toxicóloga Jéssica Zúñiga, en tanto, advierte que el uso sin supervisión puede causar daños que no siempre se ven en el presente. Entre los efectos graves reportados por los NIH de Estados Unidos está la pancreatitis, relacionada con la estimulación crónica del páncreas. También se incrementa la formación de cálculos biliares, con riesgo de progresión a daño hepático.

En emergencias, Fuentes resalta que se debe acudir a un centro médico ante dolor abdominal intenso, náuseas persistentes y vómitos. Asimismo, es importante señalar que muchos efectos adversos están aún en estudio.

Los especialistas coinciden en que Chile debe reforzar la comunicación pública y que ningún medicamento ofrece una baja de peso "mágica". La estigmatización puede derivar en trastornos como anorexia o bulimia. Fuentes recalca que, como dice una frase clásica en química y farmacia: "La dosis hace el veneno".