Cirugía robótica de cadera y rodilla: cómo funciona y cuánto cuesta en Argentina

Durante décadas, el reemplazo total de cadera fue considerado uno de los mayores logros de la medicina moderna, permitiendo que millones de personas superaran el dolor crónico y recuperaran su movilidad y calidad de vida. Sin embargo, este "techo" de excelencia está comenzando a ser superado. Hoy, la traumatología vive un punto de inflexión similar a otros avances tecnológicos en medicina: la cirugía asistida por robots.

La Argentina acaba de incorporar una herramienta que, hasta hace poco, solo estaba disponible en los mejores centros médicos del mundo. Se trata del Sistema Mako SmartRobotics, una plataforma de cirugía robótica para reemplazos de cadera y rodilla que ya está operativa en el país y que, según los especialistas, redefine el estándar quirúrgico.

"El reemplazo total de cadera ha evolucionado tanto que las mejoras ya no dependen solo de la destreza del cirujano, sino de una combinación de planificación sofisticada, tecnología y un enfoque integral del paciente", explica Andrés Anania, médico traumatólogo (MN 119.930), especialista en cirugía de cadera y rodilla y uno de los primeros en utilizar este sistema en Argentina.

La clave del sistema Mako radica en la planificación personalizada en dos pasos previos a la cirugía: primero el equipo médico realiza una tomografía que permite reconstruir digitalmente la anatomía real del paciente y luego, con este modelo, se define con precisión milimétrica el tamaño, la alineación y la posición ideal del implante, según la biomecánica y los objetivos de cada persona.

"No se trata solo de colocar una prótesis, sino de reconstruir una articulación", resume Anania. "Colocar un implante es solo el comienzo, pero lograr un reemplazo que funcione como una articulación propia, permitiendo al paciente volver a hacer deporte o jugar con sus nietos, solo es posible cuando la articulación recupera su alineación natural".

A diferencia de la imagen clásica del "robot que opera solo", el sistema Mako no reemplaza al cirujano. El médico controla todo el procedimiento, pero se apoya en un brazo robótico inteligente que guía cada movimiento y se bloquea automáticamente si se intenta apartarse del plan preestablecido. Esta tecnología, conocida como retroalimentación háptica, actúa como un sistema de seguridad en tiempo real.

"Pasamos de depender casi exclusivamente del ojo y la mano —excelentes, pero variables— a una cirugía guiada por datos, con control constante durante la intervención", señala Anania. Según el especialista, esta precisión es imposible de lograr manualmente: "No hay cirujano, por más experimentado que sea, que pueda lograr una precisión de medio milímetro y medio grado combinados en los tres planos. Eso solo es posible con la informática y la asistencia robótica".

Más precisión y menos dolor: cuánto cuesta y dónde se hace en Argentina

Los beneficios se traducen en menos dolor postoperatorio, recuperación más rápida y mejores resultados funcionales. Al respetar músculos, tendones y ligamentos, la cirugía resulta menos invasiva y permite una rehabilitación más ágil.

"Uno de los mayores beneficios es que los pacientes no sienten que tienen una prótesis, sino que sienten una articulación propia", afirma Anania. "Eso se debe a que el implante se coloca en el punto anatómico y biomecánico exacto de cada paciente".

Este nivel de precisión también impacta en la durabilidad de los reemplazos. Hoy, las prótesis de cadera y rodilla pueden alcanzar una vida útil de hasta 30 años, algo impensable hace apenas dos décadas. "Cuanto más precisa es la colocación del implante, menos desgaste, menos complicaciones y menos cirugías de revisión en el futuro", señala el traumatólogo.

En la Argentina, el Sistema Mako SmartRobotics está disponible en el Sanatorio Finochietto, tras un proceso de incorporación que llevó dos años y una inversión conjunta del sanatorio con el Grupo ASE-Medife. La tecnología se inauguró en octubre de 2024 y, en sus primeros 12 meses, se realizaron alrededor de 100 cirugías. La proyección es cuadruplicar ese número para 2026, impulsada por la creciente demanda de los pacientes.

En cuanto a los costos, Anania aclara que no existe un valor único, ya que cada cirugía es altamente personalizada. "El precio final depende de varios factores: la complejidad de la artrosis, el tipo de cirugía, el implante, el equipamiento robótico y el equipo profesional necesario", explica. Sin embargo, el especialista señala que, en forma particular, el costo base ronda los 10.000 dólares.

Si bien el costo inicial puede ser más alto que el de una cirugía convencional, los beneficios a largo plazo justifican la diferencia. "Al reducir las complicaciones y aumentar la vida útil de los implantes, el costo final es más bajo, porque se evitan reoperaciones y el impacto económico que eso tiene en el sistema de salud y en las familias", concluye.

En cuanto a la cobertura, Medifé es actualmente la única prepaga que ha anunciado la cobertura del 100% para cirugías asistidas por Mako en planes altos (Platinum y Oro), con cobertura parcial en otros planes.

Según Anania la adopción de esta tecnología en Argentina será progresiva, como ocurrió con otros avances médicos. "Primero se implementa en centros de alta complejidad, luego se consolida con volumen y evidencia local, y finalmente se expande debido a la demanda de pacientes y pagadores", proyecta.

"Ya no solo se trata de quitar el dolor, sino de devolver la vida cotidiana en su versión más activa y personal. La traumatología entra en una nueva era, y el futuro ya no se mide en años, sino en actualizaciones de software", concluye con una reflexión sobre la cirugía asistida por robots y la nueva etapa de la traumatología moderna.