Desembarca en la Argentina Freelancer.com, el LinkedIn para mercados emergentes
“Somos el LinkedIn para el mundo emergente”, afirmó Matt Barrie, CEO de Freelancer.com, un portal de servicios tercerizados (outsourcing), que desembarcó este mes en la Argentina donde quiere sumar miembros a su red que hoy tiene más de 4 millones de negocios y profesionales.
Luego del lanzamiento oficial de los servicios en el país, durante el e-Commerce Day Buenos Aires, la mayor cita anual del comercio electrónico argentino, Barrie habló con iProfesional.com sobre las expectativas de su arribo al país.
Freelancer.com ofrece una plataforma para que empresas y profesionales construyan relaciones de trabajo.
Los empleadores, ya sean agentes independientes o entidades corporativas, se enfrentan a menudo con necesidades de mano de obra urgentes o altamente especializadas.
El portal les permite acceder a una red internacional donde hay desde escritores y traductores a diseñadores, arquitectos y desarrolladores, entre más de medio millar de tipos de profesionales.
Hasta ahora publicó 2,4 millones de proyectos, concretados en contratos por un total de 603 millones de dólares.
Sebastian Siseles, cofundador del portal de servicios financieros Weemba, es el responsable de la empresa en el país, donde la Argentina cuenta con más de 17.600 usuarios, apenas el 0,44 por ciento del total de 4 millones de emprendedores y profesionales que utilizan el sitio para mostrar su trabajo.
En este video (en inglés), se explica cómo funciona el sitio:
http://www.youtube.com/watch?v=SyBkaS5xJI0
Antes de Freelancer, Barrie fundó y se desempeñó como director ejecutivo de Sensory Networks, un proveedor de procesadores para seguridad de redes de alto rendimiento.
Durante los últimos diez años fue conferencista externo del Departamento de Ingeniería Eléctrica y de la Información en la Universidad de Sidney, Australia, donde se desempeña como docente. En 2011 fue nombrado “empresario tecnológico del año” de la consultora Ernst & Young. Aquí, las partes principales de la entrevista:
-¿Cómo se distribuyen hoy los 4 millones de usuarios del portal?-Hay 1,5 millones en los Estados Unidos, que es el empleador número uno. Después el Reino Unido, India, China, Canadá y Australia.
Por el lado de los “freelancers”, tenemos más de un millón en la India, y luego Pakistán, Bangla Desh y Filipinas. En gran medida es el sudeste asiático. En la Argentina tenemos 17 mil usuarios.
-¿Por qué eligieron a la Argentina para desembarcar en América latina?-En la región hay menos del 2% de los “freelancers” (del portal) , América latina está subrepresentada. Hay una enorme oportunidad en la región.
En los últimos dos años nos pasamos perfeccionando la plataforma para hacerla multimoneda y multinlingual. Y todavía, para serle sincero, estamos pensando en la estrategia que vamos a adoptar para conquistar América latina como un todo. Ya entró el idioma español y hemos contratado un equipo de soporte al cliente en español.
Surgió la oportunidad porque iba a dar la presentación en el contexto del evento e-Commerce Day. Pensamos que iba a ser una buena oportunidad para lanzar el sitio aquí y para toda América latina hispanoparlante.
Por otra parte, Sebastián (Siseles) y yo somos amigos, y me manifestó su interés en ayudarme a diseñar la estrategia para la región. Se combinaron las cosas para que fuera aquí. Había dos opciones: acá o en Chile.
-¿Cuáles son hoy los trabajos que se ofrecen desde la Argentina en el sitio?-Los diez principales trabajos que se hacen desde la Argentina son muy técnicos, como diseño web, diseño gráfico, programación en Java script, etc.
En término de quienes emplean a la gente de la Argentina, predominan los Estados Unidos, el Reino Unido, Australia, Canadá y España.
-¿Cuáles son las metas que tienen de aquí en el primer año de operación?-Queremos multiplicar por cinco la cantidad. Lo vamos a lograr porque las cifras, por el momento, son pequeñas. Esperamos 100 mil usuarios en los próximos 12 meses. Además queremos diseñar una estrategia para poder abordar toda América latina.
-¿Cómo es el modelo de negocios?-Similar al de MercadoLibre, eBay o PayPal. Para un empleador es totalmente gratuito suscribirse, publicar un proyecto, hacer preguntas, analizar las distintas carteras y perfiles, ver las devoluciones.
Para un “freelancer” también es gratuita la inscripción, ofertar por un trabajo. Lo que sucede luego es que todos los pagos pasan por nosotros y cobramos una comisión.
De lado del empleador, si contrata un “freelancer” para hacer un sitio web por cierta cantidad de dólares, deposita dinero en la plataforma, que está en una cuenta de garantía.
El “freelancer” ve que el dinero está ahí y empieza a trabajar. Pero no accede al dinero hasta entregar el trabajo. A medida que (el empleador) está contento con los resultados, va liberando los fondos.
Para el empleador nosotros cobramos entre el 0 y el 3%, y a los freelancers entre el 3% y el 10%. Hacemos interfaces con transferencias a través de PayPal y otros medios. Los “freelancers” reciben los pagos por los mismos métodos. Y hasta emitimos Mastercards, así se puede acceder a los fondos desde cualquier cajero en cualquier lugar del mundo.
-¿Por qué no lo hizo LinkedIn antes que ustedes? Ellos tienen más de 150 millones de usuarios… -De todas las grandes empresas de Internet es la que más me preocupa (risas). Somos el LinkedIn para el mundo emergente. Si analiza a LinkedIn, la gente dice que es una red de negocios, pero en realidad no es eso. No hay intercambio de dinero, no hay transacciones, es una enorme base de datos de curriculums.
Muchos de los “freelancers” no contarían con toda la información para llenar todo un perfil de LinkedIn, por los antecedentes de trabajo, la historia educativa.
Somos una especie de LinkedIn para el mundo emergente, porque la reputación y todos los antecedentes de trabajo van alimentando al perfil a medida que uno va cumpliendo distintos trabajos.
Por ejemplo, en los Estados Unidos hay una población hispanoparlante muy importante, es un mercado enorme que se puede aprovechar. Además, tenemos 500 categorías de trabajo, no es solamente informática. Tenemos ingeniería mecánica eléctrica, astrofísica. Para algunas habilidades de nicho tal vez sea difícil a nivel local conseguir trabajo, porque el trabajo que nos ofrecen no nos interesa.
Ahora podemos llegar a ser muy específicos con lo que deseamos. Y gracias al volumen ya hemos hecho 2,4 millones de trabajos a través del sitio. Podemos trabajar bajo nuestras condiciones, en nuestro lugar de residencia o dónde y cuándo querríamos trabajar.
-¿Cuáles son los principales obstáculos que encuentra Freelancer en la Argentina y América latina? -Obviamente la moneda es un problemita en la Argentina porque casi todas las transacciones son transfronterizas, de modo que si estoy en Canadá y empleo alguien de España, pago en dólares canadienses, y el “freelancer” recibe en España los dólares canadienses. Pero cuando retira el dinero, tenemos un servicio de conversión de cambio, y entonces retira ese dinero en euros.
Es desafiante con los controles de moneda que hay en la Argentina, porque fuera del mercado interno que es muy pequeño en términos relativos, hay dificultad. Nos gustaría pero por el momento no ofrecemos en pesos argentinos, pero trabajamos con 12 monedas a nivel mundial.
-Si se mira con el prisma de Wall Street, la economía “punto com” atraviesa un tiempo difícil por la debacle de Facebook luego de su salida a bolsa, y los problemas de Yahoo. ¿Es una tormenta pasajera para ustedes o un problema de crecimiento?-Hay que separar los mercados de capitales de los fundamentos económicos del negocio. Hay una enorme diferencia entre el precio accionario de la empresa y lo que está haciendo en cuanto a ingresos.
Facebook, por ejemplo, empezó a cotizar con una valoración ridícula. En muchos sentidos sigue siendo una empresa fantástica. Y LinkedIn en sus últimos resultados superó al mercado.
Pero hay desastres totales como Zynga y Groupon. Pero si nos fijamos en lo que está pasando con estas empresas, empezaron a cotizar hace cuatro años o menos. Zynga comenzó en 2007, financió en 2008, logró 1.200 millones de dólares de ingresos en el último año, y empezó a cotizar recién en el año cuatro.
Estas empresas crecen muy rápidamente, porque en Internet hay 2 mil millones de personas ahora, que son 2 mil millones de clientes. Se logran grandes escalas muy rápidamente.
Pero estas empresas en realidad son un desastre en lo interno. El modelo de negocios todavía nadie lo definió. El equipo tampoco está completo, los procesos y sistemas todavía no se han terminado de implementar. Debe ser un caos total.
Creo que los mercados de capitales todavía no están listos para este tipo de empresas. Por diversos motivos, sin embargo, estas empresas empiezan a cotizar, o se ven forzadas a cotizar muy prematuramente.
En la crisis de las “punto com” en 2001, el público se quemó muy mal. No había deseos de invertir en empresas tecnológicas por parte del público en general hasta que LinkedIn empezó a cotizar. Este fue un éxito espectacular que abrió la ventana para que las empresas tecnológicas comenzarán a cotizar.
Desgraciadamente los banqueros y las pocas empresas que eran conducidas con cierta altura decidieron apurarse a entrar por esa ventana antes de que se cerrara la oportunidad. De modo que hay mucha ingeniería financiera por las que estas empresas empiezan a cotizar, y que incluyen mucha preventa por parte de gente que ya cuenta con esa información.
-¿Cuándo llegará a Freelancer a bolsa?-Lo más alejado de ahora posible. Lo último de lo que me quiero preocupar es sobre la titularidad de las acciones, hay otras cosas por las que preocuparme.
-¿Cuáles?-Freelancer es como conducir un pequeño país: tenemos nuestra propia económica, empleadores, trabajadores, un sistema financiero porque el dinero pasa por nosotros. Tenemos un pseudo sistema legal, porque si algo falla tenemos un sistema de resolución de conflictos. Es como una economía emergente en sí. Todos los día surge algo nuevo que realmente me hacen preocupa.
-¿Tienen fuerza de venta? -No.
-¿Todas las ventas son por máquinas?-Si, esa es la bondad de lo digital. Mi última empresa fue de semiconductores, el producto tecnológico más difícil de vender, y ahí aprendí a odiar los equipos de ventas.