Lady Gaga montó un impresionante show en la final del fútbol americano, Super Bowl. Con 300 drones, un arnés y acrobacias lanzó, además, un mensaje político en el mayor espectáculo deportivo de los Estados Unidos.

Ante 72.000 personas que colmaban las butacas y delante de una audiencia de 160 millones de personas, la cantante entonó la canción patriótica "God Bless America" y advirtió que su país es una tierra de "libertad y justicia para todos".

El primer impacto de la actuación llegó de la mano de los drones instalados por Intel, el mayor fabricante mundial de chips. Un ejército de 300 aparatos dibujaron sobre el cielo la bandera norteamericana y luego formaron diferentes figuras coordinados con la actuación musical de la cantante.

Según publicó el diario digital Wired, los drones que usa Intel para este tipo de espectáculos son muy ligeros, miden unos 30 centímentros y pesan 250 gramos.

Están recubiertos de plástico y espuma y llevan incorporados luces LED que pueden hacer hasta 4.000 millones de combinaciones de colores.

El espectáculo se programa desde una computadora central que está conectada a cada drone de forma individual.

Este equipo puede comprobar los niveles de batería y la fuerza de la señal de GPS de cada drone y en función de estos resultados asigna los diferentes roles del espectáculo.

Por motivos de seguridad la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos no permite volar drones tan cerca de la gente y el espectáculo fue grabado días antes.

Este sistema de Intel, llamado Shooting Star, puso el año pasado 500 drones sincronizados en el cielo de la ciudad australiana de Sydney consiguiendo el récord de más vehículos aéreos no tripulados volando simultáneamente.

Los espectáculos de drones podrían reemplazar los tradicionales fuegos artificiales: son más fáciles de controlar, pueden elaborar más efectos, son reutilizables y mucho más seguros.