La esquina de las avenidas 9 de Julio y Corrientes, frente al Obelisco porteño, se vio alterada el sábado a la noche por un violento episodio entre conductores de Uber y de taxis, que se trenzaron a golpes de puño.

Si bien las primeras informaciones explicaban que un conductor de la aplicación habría sido agredido por un taxista, esto fue desmentido por el vocero de Taxistas Unidos, Marcelo Boeri.

El dirigente gremial explicó que los incidentes se produjeron por la denuncia de un taxista al chofer de Uber por no estar habilitado como conductor. 

A la hora del hecho había alrededor de una veintena de conductores de la aplicación -en su gran mayoría venezolanos- y de taxis, discutiendo sobre la legalidad del trabajo basado en la aplicación.

El auto que los taxistas reconocieron como un prestador de Uber circulaba por Carlos Pellegrini, cuando fue interceptado por los choferes de forma muy violenta. El conductor se comunicó con sus pares que llegaron hasta el lugar y salieron, a los golpes, en defensa de su compañero.

Los testigos aseguran que eran más de 20 y que llegaron en motos y bicicletas que utilizan para trabajar como repartidores de las aplicaciones Rappi y Glovo.

Según puede observarse en las imágenes tomadas desde los vehículos que circulaban por el lugar, la pelea se sucedió a golpes de puño, patadas, empujones, e incluso los repartidores llegaron a usar sus cascos como arma contra los taxistas.

Durante el tiempo que demoró en llegar la Policía de la Ciudad todo fue un caos, con el tránsito cortado sobre Pellegrini, una caravana de autos que intentaba abrirse paso, y un espectáculo violento y sin freno que se cobró varios heridos leves. Del operativo para desarticular el ataque también participó personal de Gendarmería y fue necesario desplegar una gran cantidad de agentes.