El veto a Huawei por parte de Google después de que Donald Trump firmase una orden ejecutiva incluyendo a la empresa china en una lista negra ha provocado un efecto dominó entre las empresas tecnológicas cuyo principal afectado está en Silicon Valley.

El in crescendo en las tensiones comerciales y diplomáticas entre China y Estados Unidos era uno de los escenarios más temidos para Apple. De hecho, a lo largo del último año, su consejero delegado, Tim Cook, ha estado inmerso en una suerte de misión diplomática buscando pacificar la tensa relación entre la Casa Blanca y Politburó de Pekín, ya que su empresa es dependiente de China, tanto a niveles de producción, ya que es incapaz (literalmente) de fabricar sus productos fuera del gigante asiático, como comerciales.

Los primeros síntomas de los problemas de Apple tras el veto de Google a Huawei han llegado desde extremos opuestos del mundo. Por un lado, sus acciones han caído más de un 3% en la bolsa de Nueva York fruto del temor de los inversores a la respuesta de Pekín.

Por otro lado, los usuarios chinos se están organizando en Weibo, para pedir el boicot de los productos de Apple promoviendo el mensaje de que la compra de productos de Apple es una traición a la patria. "Me siento culpable al ver la guerra comercial. Una vez que tenga dinero cambiaré mi teléfono inteligente", manifestaba uno de los internautas chinos.

Sin embargo, estos daños colaterales podrían ser pequeños en comparación con las represalias que china baraja a nivel estatal.

Uno de los escenarios más previsibles a corto plazo, según los expertos consultados por Reuters, sería la subida de aranceles para los productos tecnológicos estadounidenses, entre los que, por volumen de ventas en el mercado chino, Apple sería el principal perjudicado. De hecho, la empresa de Tim Cook señaló al mercado chino como el principal causante de sus malos resultados a finales del año pasado.

Sin embargo, el gobierno chino también podría maniobrar a través de sus tribunales (recordemos que es un país en el que no existe separación de poderes) y prohibir la venta de ciertos producto Apple bajo a alguna argucia legal.

Se trata de un escenario que la compañía norteamericana ya ha experimentado con anterioridad. Concretamente, tras la detención en Canadá de Meng Wanzhou, directivo de Huawei e hija del fundador de la compañía. Tras este hecho, un juzgado chino respondió condenando a Apple por plagio a prohibiendo la venta de algunos modelos de iPhone en el país.

La principal dependencia de Apple hacia China reside en la producción de sus terminales. Durante la escalada de tensión entre ambos países, Apple hizo ensayos de producción del MacBook Pro en sus instalaciones de Austin (Texas) y se encontró con un grave problema de abastecimiento de materiales (concretamente de cara a la producción de tornillos necesarios para ensamblar sus equipos) que le obligó a abortar sus planes.

Aunque China no ha amenazado directamente a la empresa de la manzana con bloquear o cerrar parte de su producción, sí ha lanzado mensajes a través de canales oficialistas llamando a aumentar los precios y dejar de abastecer a las empresas estadounidenses de tierras y minerales raros necesarios para la producción de sus teléfonos.