iProfesionaliProfesional

"Un embajador digital le brindaría más relevancia e influencia a la Argentina"

Para el CEO de Epidata, "sería más positivo un Estado que simplifique a las empresas, especialmente a las que buscan generar riquezas en el país"
07/10/2019 - 07:23hs
"Un embajador digital le brindaría más relevancia e influencia a la Argentina"

"Hoy hay empresas de la industria del software en Argentina que tienen menos de 10 empleados, que seguramente valdrán más que YPF en 20 años. Esas empresas son nuestra última esperanza de tener un país industrializado", afirmó Adrián Anacleto, CEO de Epidata, una desarrolladora argentina de software.

Esta compañía está expandiéndose en la región con una mezcla de adquisiciones y apertura de oficinas propias. Fundada por Anacleto, invirtió 4,5 millones de dólares este año para comprar una empresa en Uruguay (ImparIT) y establecer filiales en Perú y Colombia, que se sumaron a las que ya tenía en Chile y Estados Unidos.

La firma, creada en 2003, se dedica al desarrollo y arquitectura de software. Obtiene la mitad de los 11 millones de dólares que factura en el exterior, pero todos los trabajos se realizan en el país, donde posee tres oficinas en Buenos Airesy otras en La Matanza, Mendoza y Córdoba.

En la siguiente entrevista con iProfesional, Anacleto analizó cómo deben vincularse las compañías informáticas y el Estado argentino con los gigantes tecnológicos globales.

-¿La Argentina debería tener un embajador para relacionarse con los gigantes de la industria tecnológica?

-Sin dudas, la respuesta a la pregunta es un "sí" rotundo. Pero no solo eso, debemos pensar en un plan estratégico de diáspora en el exterior, en Estados Unidos en particular y, aún de manera más específica, en Silicon Valley que es donde ocurre el epicentro de innovación tecnológica mundial.

El gran tema en la implementación de estrategia argentina es el foco, el largo plazo, y el conocimiento de la industria que es necesario tener para que esto resulte exitoso, acciones esporádicas y disonantes no llevan a nada más que al daño del posicionamiento y la imagen de la Argentina.

Desde mi punto de vista, esta estrategia debería ser, sin dudas, una articulación público-privada, el sector privado (a través de sus cámaras) en conjunto con el sector público, financiando y dando un marco de largo plazo.

-¿Cuáles serían las ventajas y desventajas de tener un diplomático de estas características?

-Un embajador digital le brindaría más relevancia e influencia a Argentina para con las grandes empresas tecnológicas y no tecnológicas de Estados Unidos y el mundo, lo que puede impulsar aún más las exportaciones de servicios de conocimiento. También, le permitiría actuar más rápidamente en casos como la viralización de contenidos controversiales o la protección de datos.

Por otro lado, creemos que la figura de estos diplomáticos está en plena construcción. Si tomamos el caso de Dinamarca como referencia, vemos que muchas empresas todavía no comprenden bien su rol y alcance. La confusión genera una barrera para el desarrollo pleno de sus funciones.

-¿Los gigantes tecnológicos tienen ahora tanto poder como muchos gobiernos, si no es que más?

-Facebook tiene 2,5 mil millones de usuarios en todo el mundo. Google procesa 63 mil búsquedas por segundo y obtiene datos constantes de mil millones de usuarios de Android. Utilizando información en redes sociales, Cambridge Analytica influenció en los resultados de las elecciones en Trinidad y Tobago, Argentina y Estados Unidos, entre muchos otros países.

Lo verdaderamente importante de todo esto es cómo tratan los gobiernos maduros a sus empresas más importantes, analizar de qué manera este juego de poder entre empresas y estados termina generando grandes riquezas a través del trabajo en conjunto. Estados Unidos, por ejemplo, entiende que la nueva herramienta de poder es el capitalismo. Las guerras hoy son comerciales y no se pueden ganar sin tener como grandes aliados, casi simbióticos, a las empresas.

-¿Estas empresas han pasado de ser compañías con intereses comerciales a convertirse, realmente, en actores de hecho en la política exterior?

-Hoy hay empresas de la industria del software en Argentina que tienen menos de 10 empleados, que seguramente valdrán más que YPF en 20 años. Esas empresas son nuestra última esperanza de tener un país industrializado.

Si queremos que esas compañías sean parte del crecimiento argentino y no del crecimiento de otros países, tenemos mucho trabajo que hacer en política exterior, financiamiento y en la gestión de las reglas del juego internas, que van desde lo impositivo hasta la facilidad de hacer negocios. Personalmente, creo sería más positivo y fructífero un Estado que simplifique a las empresas, especialmente a las que buscan generar riquezas en el país y son el futuro.

-¿Cuáles son los retos que el cambio tecnológico ha planteado y que han afectado a las democracias occidentales? Por ejemplo, la difusión en redes sociales de contenido controversial en términos políticos, cuestiones sobre la privacidad y los servicios que almacenan gran cantidad de datos, la seguridad cibernética y los bajos impuestos que pagan las empresas fuera de Estados Unidos.

-Para un país latinoamericano y en vías de desarrollo el rol del estado en estos temas es fundamental y, lamentablemente, casi ausente. Tenemos grandes temas de ética legal, protección del ciudadano y definición de políticas de "transición" en la disrupción tecnológica que no están ocurriendo, así como tampoco una priorización de los grandes temas nacionales y su intersección con la tecnología.

¿Quién va a gestionar en Argentina la transición a los sistemas de atención al cliente automáticos (peajes, kioscos, edificios, call centers)? ¿Qué pasa con las personas que hoy trabajan en esas industrias de servicios? ¿Cómo se transforman? Seguramente no basta con un curso de planillas de cálculo o de alfabetización digital. Hacen falta políticas, sino… vamos a exportar neuronas que tardaron 25 años en cosecharse para comprar conocimiento desde el exterior en forma de posteos de Facebook o propaganda de Google, tal cual nos pasa con la soja, pero con mayor inversión y acentuando la brecha social, cada vez más. Creo que el tema es urgente.

-¿Cómo un país como la Argentina puede implementar formas novedosas de captar la atención de los gigantes tecnológicos? Por ejemplo, Suecia estableció una embajada en el videojuego Second Life.

-No necesitamos algo así, necesitamos compromiso real y trabajo continuo, como el de Dinamarca: estar allá, caminar, visitar, meterse en la vida cotidiana del mercado que queremos atacar, el resto son acciones de marketing.

No falta creatividad sino trabajo de largo plazo, inversión y ejecución. Lo que no hay que hacer es mezclarlo con política, poco le importa a un gigante tecnológico reunirse con un político y menos con uno de otro país, sus agendas son más prácticas. Lo importante es el contenido.

Por eso, mi estrategia sería organizar la producción argentina desde lo que ocurre en CONICET hasta las patentes privadas y público privadas, promocionarlas continuamente, hablar, contarles de los Satelogics argentino, de INVAP, de MercadoLibre, de las empresas que salieron a la bolsa gracias al talento argentino y luego comenzar a articular acciones. Pero siempre, primero, apalancado en nuestra propia diáspora que aún no conocemos bien siquiera.

-¿Qué ventajas y desventajas tendrían los gigantes tecnológicos al tratar con un embajador argentino para esta industria?

-No hay que ser muy ambicioso en principio, la ventaja que tendrían sería la gran posibilidad de conocer el talento innovador argentino, talento que sin duda les permitirá generar nuevas innovaciones.

El principal trabajo del embajador sería simplemente "estar", estar muy presente generando marca, hablando, presentado casos, uniendo ofertas con demanda en temas estratégicos, no hay que pensar solo en la posibilidad de vender talento, el embajador debe pensar en posicionar soluciones argentinas a los gigantes, en realizar proyectos conjuntos, no en la simple contratación porque eso nos permitirá crecer mucho más. Y como dije, con estar, hoy, ya sería un gran avance…