La ciberseguridad es un tema que en la actualidad no puede pasar desapercibido. Cada día las empresas sufren el intento de robo de sus bases de datos, así como también se multiplican las estafas económicas que llegan por mensajería instantánea. En este sentido, es imperativo ser cada vez más conscientes de las utilidades que están a disposición en los diferentes canales y/o dispositivos que permiten mejorar las barreras para así restringir y hasta evitar estos infortunios.

En la actualidad, alrededor del globo, existen más de 280 millones de smartphones en uso, lo que implica que, casi el 75% de la población mundial, posee un teléfono. Según datos de UIT, el 95% de las personas que viven en países más desarrollados tienen un celular, mientras que este índice alcanza el 49%, en los países de menores recursos. Es fundamental no pasar por alto estos datos, ya que hoy todo se gestiona a través de un mail y del uso de la huella digital. Sin embargo, no dimensionamos los peligros que surgen por su uso excesivo y sin control.

La huella digital es el rastro que cada uno deja al navegar en Internet, cada vez que se hace un click o se pone un "me gusta" en las redes sociales, o cuando se usa una aplicación. La información personal derivada de la nube está compuesta por:

• Datos públicos. Refiere a los datos de la obra social, CUIT o CUIL, declaraciones de impuestos, domicilios en las facturas de servicios, resúmenes de tarjetas de crédito, cargos, becas, resultados de sorteos, resoluciones judiciales.
• Datos publicados por otros. Fotos, posteos de amigos, familiares, clubes o espacios de pertenencia en RRSS.
• Datos que genera uno. Son posteos, comentarios, fotos en redes sociales y foros. Formularios que se completan, contenidos que se comparten en plataformas como currículum, perfiles en redes de contactos u otros contenidos como listas de reproducción y videos favoritos.

Al respecto, Walter Quiroga, jefe de Seguridad de la Información de Metrotel, comenta: "la educación en ciberseguridad permite saber qué hace uno con la información que proporciona en los dispositivos que usa. Es por ello, el punto fundacional para una vida digital más segura es apuntar a la concientización de las personas, saber que la falla no es institucional, sino que es individual y que depende de tener el conocimiento y así poder advertir sobre el uso que se realiza de las aplicaciones, los dominios y los datos personales."

 

Pero cuando hablamos de educación no solo se refiere a la "formal" sino también a la "informal", aquella que sucede dentro de los hogares y se transmite de padres a hijos. La "generación Alfa" nació en un mundo totalmente digital, con el conocimiento intrínseco del uso de la tecnología, por eso hay que cuidar qué usan y de qué manera, para que incorporen prácticas de protección y concientización. 

Además de la concientización generada en los espacios vinculares también es menester del Estado impulsar acciones hacia la población sobre el uso seguro de las plataformas nuevas, que no se encuentran bajo una clara regulación. Es necesario cuidar los circuitos por lo que se "trafica" la información y qué se hace con esta, ya que por lo general no suele tener una buena utilidad.

"Argentina se posiciona en medio del mapa mundial en lo que a estos temas se trata. Existen aún mucha materia gris en la cual explorar ya que no poseemos todavía la cultura de imponer a la seguridad informática como un departamento solido dentro de las empresas, un sector al que habría que brindarle más atención y protagonismo en las estrategias corporativas, y así posicionar sus intereses en las mesas directivas", agrega Quiroga.

Pautas para una vida digital más sana

Para cuidar entonces el uso de nuestra huella digital es necesario tener conocimiento de ciertas informaciones a las que no se le suele dar demasiada importancia: 

• Investigar la huella digital actual. Eliminar datos comprometidos o negativos indagando nuestro nombre en los motores de búsqueda.

• Descargar menos aplicaciones. Las aplicaciones móviles suelen pedir gran cantidad de información personal o financiera. Es fundamental analizar si realmente son necesarias y también limpiar regularmente los dispositivos para eliminar cualquier aplicación que no se use.

• Cuidado al compartir datos confidenciales a menos que sea estrictamente necesario. Esto también implica el estar atentos a la información que se suministra en las redes sociales. Todo lo que se comparta será muy difícil de eliminar por eso es fundamental analizar el contenido antes de subirlo. No agregar en las redes a personas que no conozcan, revisar las preferencias de privacidad y tener en cuenta que cualquier contacto no solicitado puede ser fraudulento. De igual manera, ser cuidadosos con completar encuestas o formularios en línea ya que pueden ser desviados para vender en la dark web. 

• Mantener la ubicación en secreto. Una de las formas más intrusivas de capturar datos es el rastreo a través del GPS de los dispositivos. 

• Desactivar cookies de terceros. Estas son pequeños archivos que se descargan en la PC o dispositivo cuando se visita un sitio web. Éstos son utilizados por los propietarios de los sitios para perfilar quién está visitando su sitio y para guardar sus preferencias para futuras visitas. Se puede deshabilitar el seguimiento de terceros yendo a la configuración de privacidad del navegador.

• Limitar el número de dispositivos que se utiliza. Cada equipo contiene datos que podrían llegar a quedar expuestos si se pierde o es robado.

"Nada de lo detallado resulta novedoso, sin embargo, el adquirir usos y costumbres saludables al momento de interactuar en la Internet, junto con las pautas más básicas y esenciales -pero primordiales- en lo que respecta a ciberseguridad: crear contraseñas fuertes y contar con un antivirus poderoso; blindará cada espacio de intercambio con al menos prácticas responsables", finaliza Quiroga.