El riesgo de comprar sin control: un nene gastó 4.200 dólares en chupetines y Amazon se negó a devolver el dinero
En plena fiebre de descuentos del Hot Sale 2025, no está de más recordar que las compras online también tienen su lado oscuro. Además de los fraudes cada vez más sofisticados, en el comercio electrónico abundan historias insólitas.
Una de las más recientes tiene como protagonista a un niño de 8 años que, sin supervisión, utilizó el teléfono de su madre para realizar una compra descomunal: 70.000 chupetines por un total de 4.200 dólares. El vendedor se amparó en las políticas de la plataforma y rechazó la devolución solicitada por los padres.
La comodidad del e-commerce y sus riesgos
Las compras por Internet ofrecen ventajas indiscutibles: desde la posibilidad de comparar precios en segundos hasta concretar operaciones sin salir de casa. Pero esa misma facilidad también puede transformarse en un riesgo si no se toman ciertos recaudos.
Esto fue lo que vivió una familia de Kentucky, Estados Unidos, que un domingo amaneció con 22 enormes cajas de chupetines en la puerta de su hogar.
Tras el asombro inicial, descubrieron que la compra había sido realizada por su hijo menor, quien aprovechó un descuido y realizó la operación sin que los adultos lo notaran, según informó la cadena CBS.
Polémica por la devolución y el desenlace inesperado con Amazon
Al intentar revertir la operación, la madre se encontró con la negativa de Amazon, que argumentó que las políticas de la plataforma no contemplan reembolsos en productos alimenticios, tal como figura en sus términos y condiciones.
La historia, que fue compartida por la mujer en redes sociales, se volvió viral en pocas horas, encendiendo nuevamente el debate sobre la seguridad en el comercio electrónico y la necesidad de establecer controles de acceso, especialmente en dispositivos compartidos con menores.
Una lección sobre seguridad digital
Finalmente, y tras el revuelo mediático, Amazon reconsideró su postura y accedió a devolver el dinero a la familia, cerrando la historia con un final feliz. No obstante, el caso dejó una lección importante: incluso en el entorno digital, la supervisión y la prevención siguen siendo clave para evitar sorpresas.