Turismo: 4 laberintos ideales para visitar y disfrutar de la historia, paisajes y literatura

Los laberintos en nuestro país son lugares que atraen a turistas de todas partes. Su popularidad se debe a que fusionan la naturaleza con el arte y el misterio, intentando captar la atención de los visitantes de todo el mundo. Se ubican en lugares sumamente variados como la estepa patagónica, los viñedos mendocinos e incluso a selva misionera. 

Se trata de lugar que invitan alviajero a vivenciar una experiencia reflexiva y sensorial. Asimismo, son destinos que buscan promover el turismo ecológico y natural, al mismo tiempo que ofrecen entretenimeinto y contacto con el entorno natural, ideales para hacer turismo familiar y educativo.

Turismo: los mejores laberintos para recorrer en Argentina

Desde el punto de vista histórico, los laberintos en nuestro país rescatan diversas tradiciones y significados. El Laberinto de Borges en Mendoza, por ejemplo, fue construido en homenaje al célebre escritor argentino, cuyas obras están profundamente vinculadas con la figura del laberinto como símbolo del pensamiento, del tiempo y del destino. Otros casos, como el laberinto de El Hoyo en Chubut o el de Montecarlo en Misiones, muestran el desarrollo de proyectos comunitarios y turísticos a lo largo del tiempo, generando identidad local y promoviendo la historia de cada región.

Estos espacios muestran un claro cruce de influencias y una celebración de la diversidad. De hecho, el Laberinto Japonés del Jardín Japonés de la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, no solo ofrece una experiencia estética única, sino que también acerca al público a una tradición oriental ancestral, en el contexto de uno de los jardines japoneses más importantes fuera de Japón. Cada laberinto en Argentina, ya sea de cipreses, ligustros o espejos, es una obra viva que dialoga con el entorno y con el visitante, promoviendo la reflexión, la imaginación y el juego, y fortaleciendo el patrimonio cultural del país.

¿Cuáles son los laberintos más emblemáticos de la Argentina?

Son cuatro y se encuentran distribuidos en diversas provincias de diferentes regiones del país, donde, además de recorrerlos, se puede aprovechar la visita a cada punto turístico de las mismas para conocer la zona.

Laberinto de Borges (San Rafael, Mendoza)

Se trata del más famoso del país y, fue diseñado en homenaje a Jorge Luis Borges en la Finca Los Álamos. Tiene forma de un libro abierto y las iniciales del autor, además de una figura del bastón que solía usar.

El laberinto de Borges es uno de los más famosos

Este Mide más de 7.000 m² y está hecho con más de 12.000 arbustos. El mismo fue diseñado por Randoll Coate, rinde homenaje a Jorge Luis Borges con una superficie de 8.700 m² y, su diseño incluye símbolos del universo borgeano, como relojes de arena y los elementos ya mencionados como el bastón del escritor y un libro abierto. Se encuentra en la popular provincia de Mendoza.

Laberinto Patagonia, El Hoyo, Chubut

Se trata del más grande de Sudamérica. Diseñado con más de 2.000 cipreses y pinos. Tiene ocho puertas, cinco salidas falsas y caminos que cambian de dirección con frecuencia. Es ideal para familias y amantes de la naturaleza. Se encuentra rodeado de bosques nativos y ofrece vistas panorámicas a los cerros Pirque y Plataforma.

Laberinto de Montecarlo (Misiones)

Es el menos popular, pero, está rodeado de la selva misionera que lo hace especial por el entorno natural. Tiene un toque más salvaje, en contraste con los jardines formales de otros laberintos.

Se encuentra en la provincia de Misiones, este laberinto se caracteriza por su entorno natural y exuberante vegetación, ofreciendo una experiencia única en plena selva misionera.

Laberinto en el Jardín Japonés (Ciudad de Buenos Aires)

Si bien no es un laberinto en sí, algunos sectores del jardín cuentan con recorridos que evocan esa sensación de perderse en senderos entre vegetación y puentes. El Jardín Japonés de Buenos Aires presenta senderos sinuosos y puentes que evocan un laberinto natural, en un entorno de belleza y serenidad en plena Ciudad de Buenos Aires.

Todas estas opciones son ideales para casi cualquier público, ya que son actividades que mezclan lo cultural y la historia con otros factores como la gastronomía, por lo que se vuelven lugares atractivos para todos gustos y edades.