Por qué te recomendamos Nina Torrontés, el nuevo vino blanco de La Rioja

Se trata de un ejemplar diferente, con una nariz sobria y mesurada, que se desmarca un poco de la potencia aromática que suele ofrecer la variedad
Por Juan Diego Wasilevsky
VINOS & BODEGAS - 20 de Noviembre, 2015
Hace poco más de una década, la marca Nina había pateado el tablero con el lanzamiento de un Petit Verdot de alta gama que sorprendió al mercado local.Básicamente porque esta variedad no estaba muy difundida y existía un preconcepto errado de que se trataba de vinos duros y de extrema potencia.Tras algunos años enfocados en el mercado de exportación, Nina –propiedad de la familia Spadone, que también tiene a San Huberto- comenzó a ampliar su portfolio, de la mano de nuevos lanzamientos, al tiempo que se embarcó en la difícil pero importante tarea de comunicar las particularidades del terroir del Valle de Aminga, en la provincia de La Rioja.Según cuenta Leonardo Spadone, presidente de la bodega, fue el reconocido enólogo Mauricio Lorca quien visitó los viñedos –ubicados a 1.450 metros sobre el nivel del mar- y les afirmó que ese terruño no tenía nada que envidiarle a algunos de los mejores hotspots del Norte Argentino.“Mauricio nos comenzó a asesorar, confiando en las particularidades de ese terroir y, de hecho, fue quien nos impulsó hace tiempo a avanzar con vinos de más alta gama”, afirmó el bodeguero.Actualmente, la bodega cuenta con un portfolio diversificado pero que, en el segmento de vinos tranquilos, hasta el momento estaba muy enfocado en los tintos.Para remediar esa falencia, y aprovechando viñedos de 40 años de antigüedad, la familia se decidió a alumbrar su primer Torrontés.Durante la presentación, que tuvo lugar en el palermitano espacio Casa Coupage, su propietario y sommelier, Santiago Mymicopulo, le dedicó unas palabras acertadas: es un Torrontés “gastronómico”.¿Por qué? Básicamente porque Nina Torrontés 2015 tiene dos particularidades: en nariz, no es explosivo ni opulento como la mayoría de los ejemplares que se elaboran a partir de esta cepa. Por el contrario, es sobrio y mesurado. Pero sí hay tipicidad, con abundancia de notas florales, un dejo a duraznos y toques apenas tropicales.En boca, en tanto, no es de esos blancos flojos sin mucho cuerpo. Tiene cierto peso en el paladar y un equilibrada frescura (sin ser mordiente), lo que le da más hándicap para tolerar ciertos platos.En conclusión, es un Torrontés que no muestra todas sus cartas en una sola jugada. Es un blanco para darle tiempo. Y eso es un plus.Su precio al público, del orden de los $120, resulta razonable, más considerando que viene de un terroir que, si bien tiene su historia, es bastante novedoso para los paladares argentinos.© Por Juan Diego Wasilevsky - Editor Vinos & Bodegas iProfesional - vinosybodegas@iprofesional.com

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