El último fue un gran año para
Nina, la marca de vinos premium elaborados a partir de viñedos ubicados en un
terruño aún
poco explorado como es el
Valle de Aminga, en la provincia de La Rioja.Si bien están presentes hace poco más de una década en el mercado interno y su vino insignia es un
Petit Verdot, recién el
último año avanzaron con una
fuerte expansión del
portfolio, incluyendo nuevos
tintos, un
Torrontés, un
espumante y hasta un
cosecha tardía elaborado con uvas Moscato Giallo.La ampliación de su portafolio de productos junto a la implementación de una nueva estrategia de comunicación la llevaron a crecer un
30% durante el 2015 en el
plano doméstico. Actualmente, la bodega está produciendo unas
45.000 cajas de 6 botellas por año de la línea
Nina. De ese total, el
22% se destina a los
mercados internacionales.La particularidad de esta
marca es que
China hoy por hoy representa el
principal destino, llevándose el
30% de todo lo que exportan."Teniendo en cuenta que es una marca relativamente nueva, estar hoy en esos volúmenes de venta habla de un
gran éxito", afirmó Leonardo Spadone, presidente de la compañía, quien dialogó con
Vinos & Bodegas sobre el negocio de exportación en general y sobre las peculiaridades del mercado chino.
-¿Cómo influyó el hecho de que ustedes ya tuvieran presencia en China través de una bodega? -El hecho de tener una operación industrial y comercial en
China nos abrió las puertas con varios distribuidores y eso hizo que podamos desarrollar este difícil mercado de una manera satisfactoria. El mercado Chino es
muy complejo y raro a la vez. Se hace muy complicado poder entrar. Teniendo nuestra propia distribución ha sido la clave fundamental. China es nuestra
gran apuesta. Venimos creciendo a tasas por encima de la media argentina. Es
nuestro principal foco.-¿En qué lugares de China están presentes?-Cada ciudad de China es como un país. Tienen millones de habitantes. Estamos desarrollando de a poco
cada una de ellas. Estamos en una primera etapa consistente en avanzar sobre las ciudades más desarrolladas que son las de la
costa Este. Hoy nuestros vinos están presentes en Beijing, Shanghai, Fuzhou, Hangzhou y Jinan, principalmente.
-¿Qué es lo más difícil hoy por hoy a la hora de querer comercializar vinos argentinos en China?-El
tiempo. China lleva
mucho tiempo. Si uno quiere resultados inmediatos
China no es el mercado. Nosotros estamos por
cerrar un gran convenio de
distribución con uno de los
jugadores más
grandes y empezamos a
hablar hace 10 años.-¿En qué fallan otras bodegas argentinas que han tenido problemas para ingresar a ese mercado?-Diría que para meterte en el mercado Chino tenés que tener dinero y tiempo para invertir. Los primeros
cinco años perdés dinero seguro.-¿Cómo definirías al consumidor chino de vinos argentinos? Qué sabe de nuestros vinos? Qué busca específicamente teniendo a disposición vinos de todo el mundo, especialmente europeos?-Los chinos no saben nada de vinos en general, de Argentina menos aun
. Tienen todo por aprender. Obviamente esto es a nivel general, en todas las sociedades hay un pequeño numero de consumidores que saben mucho y en China ese tipo de público también está.
-¿Tuvieron que trabajar el tema del packaging para entrar a ese mercado?-No hicimos nada especial para China. El
packaging es el
mismo en
todo el mundo. Nuestras dos
marcas líderes (San Huberto y Nina) son pronunciadas con facilidad por los Chinos, en esa parte tuvimos bastante suerte.
-¿Qué es lo que más están exportando de la familia de vinos Nina?-Nuestro
Petit Verdot es la estrella, sin dudas. Es la gran novedad para muchos importadores y al probarlo se vuelven locos. Hay años en que
nos hemos quedado sin stock antes de entrar la nueva cosecha. El Nina Blend diría que es otro vino con mucho éxito en ese país y es el de mejor relación precio/calidad.
-Respecto del contexto macroeconómico actual que ofrece la Argentina: ¿cómo está impactando la devaluación, la quita de las retenciones y el desarme del cepo en las bodegas exportadoras?-Obviamente se puso mucho más atractivo luego de la devaluación y la quita del 5% de derecho de exportación. El interrogante es si la
devaluación va a ir de la mano de la
inflación, si es así, terminará sucediendo lo que pasó tras la devaluación de enero del 2014: a fines de ese año estábamos peor, ya que la inflación se había comido esa mayor competitividad. Hasta ahora, tuvimos
aumentos de costos del orden del 20% en los primeros 4 meses del año y el dolar se movió apenas un 3%.
Estamos perdiendo margen.
-¿Qué perspectivas se abren para lo que resta del año y de cara a 2017?-Este año viene
dificil. Tenemos una caída de volumen de consumo general en el negocio que no es ajena a la recesión que hay en la economía. Ademas, tuvimos una cosecha muy baja, casi 4
0% menos que 2015, lo que hará encarecer los vinos en el mercado de traslado. Va a ser un año de menos volumen y de menos rentabilidad. Habrá que mantenerse para esperar un
2017 mejor.Vinos & Bodegas iProfesional Mail: vinosybodegas@iprofesional.comTwitter: @vinosargentinosFacebook: iprofesional.vinosybodegas