Cuando se hace referencia a la
industria vitivinícola en la
Argentina, se la suele resaltar por sobre otras actividades por diversas variables. Una de ellas puede ser por su
efecto derrame sobre el
empleo, dado su
alto valor agregado.De hecho, un reciente estudio privado indicó que la
vitivinicultura genera en el país
35 veces más puestos de trabajo que la
soja por
cada hectárea explotada.Además, cuando se hace referencia al
vino, también se destaca su fuerte rol como “
embajador” de la
Argentina y su impacto en el
turismo receptivo.Así como la
carne o el
tango se han constituido en
atributos positivos del
país, esta rama de actividad ha adquirido cada vez
mayor protagonismo. Y el
Malbec con
sello argentino fue, sin dudas, uno de los principales “
hilos conductores”, dado que –aun cuando su participación en el comercio global todavía es bajo- se ha ganado un
espacio en los
principales países consumidores alrededor del mundo, comenzando por
Estados Unidos y el
Reino Unido.En este contexto, así como algunas marcas fueron creadas para
generar volumen y mover el
amperímetro estadístico, hay otras líneas de vinos que fueron
pensadas, desde el inicio, para la
construcción de
marca de una
bodega.El punto central es que son los
grandes vinos los que ayudan a
cimentar las
bases de la
vitivinicultura. No porque sean más caros. Sino porque son los que permiten
demostrar cómo un país puede generar
vinos de guarda y son los que, en general, muestran más en
detalle las particularidades de los
diferentes terroirs y microterroirs.Por cierto, los
vinos ultra premium no están llamados a ser grandes protagonistas en términos de
volumen o
generación de
divisas.De hecho, de las
2.600 marcas de exportación con sello nacional,
menos de 200 se ubican en la
punta de la pirámide.Pero, como se mencionó, su
rol a nivel
comercial es clave, desde el mismo momento en que contribuyen con la
construcción de una
imagen más sólida de la
vitivinicultura.En diálogo con
Vinos & Bodegas, el consultor
Javier Merino, afirmó que “en los próximos años, la Argentina va a seguir
ganando terreno, si bien suavemente, en esta categoría de vinos a
nivel mundial”.“De hecho, cada vez
más bodegas están sumando etiquetas en los
segmentos de más alto precio para participar de este negocio, que es
muy competitivo”, agregó el experto.Sin embargo, Merino recordó que “es una
categoría muy difícil y que requiere
muchísimo trabajo por delante, no sólo para las bodegas de Argentina. También para las de Chile, Estados Unidos y de los demás países productores del Nuevo Mundo, porque se trata de una
franja de
precios en la que hay que salir a
pelear contra bodegas con mucha trayectoria de países productores como
Francia,
España o
Italia”.
El Top 50Según un informe privado, elaborado sobre datos de
Aduana y en exclusiva para
Vinos & Bodegas iProfesional, el
top 50 de los
vinos argentinos más
exitosos en el mundo –en el segmento de precio que va de los u$s250 a los u$s500 por caja de 12 botellas-,
está liderado cómodamente por la marca
Cheval des Andes.Entre enero y mayo se exportaron más de 2.000 cajas de 12 botellas, por un valor superior a los
u$s720.000.Cheval des Andes es el resultado de la unión del Château Cheval Blanc y los terruños de
Terrazas de los Andes, que cuenta con viñedos de
Malbec que datan de hace casi 90 años.Fundado en 1832 en Saint Emilión, Francia, Château Cheval Blanc es uno de los más prestigiosos chateau en el mundo y el proyecto cobró vida cuando el presidente de esa bodega, Pierre Lurton, quedó impresionado por la alta calidad lograda a partir de esas plantas de Malbec prefiloxéricas.En diálogo con este medio, Fernando Gouiran, director de Comunicaciones, Eventos y Trade Marketing en Moët Hennessy Argentina, destacó que el
90% de la
producción se destina al mercado de exportación, siendo sus principales destinos
Estados Unidos y
Europa.“Nuestro consumidor tiene un perfil de alto poder adquisitivo y posee un gran conocimiento”, detalló el directivo, que agregó que el principal canal de ventas de Cheval des Andes en el exterior son las
vinotecas y, en segundo lugar, restaurantes.De acuerdo con el informe, el
segundo puesto estuvo ocupado por
otra etiqueta del
mismo grupo:
Terrazas de los Andes Single Vineyard, de la mano de más de 1.600 cajas por un valor superior a los u$s400.000.En este caso, el
70% del volumen producido está destinado a los
mercados externos.
Estados Unidos (46%),
Europa (18%) y
China (9%) son los tres principales compradores.“Las perspectivas para la industria vitivinícola nacional y su inserción en el mercado internacional son buenas, pero el atraso cambiario y el cepo han venido complicando significativamente las exportaciones durante los últimos años”, afirmó Gouiran, quien agregó que “la normalización de la situación cambiaria es
clave para la
rentabilidad de las exportaciones de vino y va a permitir que éstas
crezcan en 2017”.Sin embargo, indicó que “
va a llevar tiempo recuperar el
espacio que los vinos argentinos perdieron en mercados internacionales durante los últimos años, en especial en los
segmentos de
precio más alto, en donde la
construcción de
marca y de
identidad vitivinícola nacional juegan un
rol fundamental”.El
top 3 de los vinos argentinos más exitosos en el mundo se completa con la marca
Magdalena Toso, de la bodega
Pascual Toso. Se trata de un corte que conjuga 70% Malbec y 30% Cabernet Sauvignon y que fue elaborado bajo la supervisión del enólogo
Paul Hobbs.En el ranking, más precisamente en el puesto número 8, también aparece un
vino poco conocido para los consumidores:
Las Notas de Jean Claude.Se trata del proyecto personal del consultor y enólogo
Jean Claude Berrouet, quien se formó nada menos que en
Chateau Petrus y que en los últimos años ha asesorado a
Bodega Tapiz.Se trata de un blend que conjuga Merlot, Petit Verdot, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc elaborado a partir de viñedos de Tupungato, Valle de Uco. Consiste además en
partidas muy limitadas. De hecho, entre enero y mayo se exportaron poco más de
150 cajas, por un valor del orden de los u$s67.000.Justo en el
puesto 10 de los vinos de más alta gama más exitosos de la
Argentina figura
Zuccardi Aluvional, conformado por
cinco etiquetas: La Consulta, Vista Flores, Paraje Altamira, El Peral y Gualtallary.Recientemente, el enólogo
Sebastián Zuccardi explicaba a
Vinos & Bodegas iProfesional que "Aluvional siempre va a ser
Malbec, pero la idea es demostrar el potencial de la variedad en diferentes regiones"."A esta altura no alcanza con comunicar la variedad. Es importante empezar a
hablar del lugar y encontrar el potencial que cada cepa puede tener en terruño determinado", acotó.Acto seguido, el enólogo hizo hincapié en que "es cierto que hay un segmento del mercado que no está interesado en el concepto del terroir. Sin embargo, hay un pequeño grupo de consumidores que
sí buscan un diferencial. Y esta línea de vinos tiene como objetivo
darle una respuesta a esa demanda".Bajo la óptica de Sebastián Zuccardi, para la
industria vitivinícola nacional será
clave apuntalar el concepto de
terroir pero sin pretender construir una identidad de la noche a la mañana."Cuando hablamos de hilar más fino y destacar el valor del terruño sabemos que requiere tiempo, no se puede pretender hacer todo en dos o tres años. Puede llevar incluso una o dos generaciones. No por nada
Borgoña necesitó de varios
cientos de años para ser lo que es hoy en día", sintetizó Zuccardi.
© Por Juan Diego WasilevskyEditor Vinos & Bodegas iProfesional Mail: vinosybodegas@iprofesional.comTwitter: @juandiegow / @vinosargentinosFacebook: iprofesional.vinosybodegas