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Ha sido realmente meteórico el ascenso de Martín Bruno: en 2017 se consagró como el mejor sommelier de la Argentina en el concurso que cada año organiza la Asociación Argentina de Sommeliers.

Luego, consiguió el segundo puesto en el certamen de las Américas, lo que le permitió obtener una plaza para medirse con los mejores.

Su chance le llegó en marzo de este año, cuando coronó una gran participación en el Concurso Mejor Sommelier del Mundo Bélgica 2019, donde terminó ubicándose en el puesto 15, logrando una escalada de 14 puestos respecto de la performance de la edición anterior.

En una entrevista reciente con Vinos & Bodegas, cuando se le preguntó cuántas horas al día estudia y se entrena, el representante argentino afirmó que le resultaría "imposible ponerlo en cantidad de horas".

"Prepararse requiere de requiere de un esfuerzo enorme, de muchísimo trabajo y el apoyo de todo un equipo. Hay que poner demasiado, pero creo que lo vale. La preparación y el conocimiento que lográs es algo que te genera mucha satisfacción", aseguró.

Ahora Bruno tiene otro motivo para celebrar: está presentando sus dos primeros vinos, que fueron cocreados junto a los enólogos de Bodegas Etchart, bodega de la cual actualmente es su brand ambassador.

La nueva familia de vinos se llama Cafayate Martín Bruno y está conformada por un blend de Malbec (con un toque de Tannat) y un exótico corte de Malbec, Caladoc y Cabernet Franc.

"Sentí que era un gran desafío. No solo por participar junto a los enólogos en la selección de componentes y los cortes, sino porque además de mi nombre, lleva el nombre de una región con muchísima historia y tradición de vinos como Cafayate. Una mezcla de felicidad, orgullo y ansiedad por verlo terminado y poder compartirlo", explicó el sommelier a Vinos & Bodegas.

"A todos los que alguna vez trabajamos en algo relacionado al vino se nos cruzó por la cabeza el sueño del vino propio. Pero tener la posibilidad de concretarlo es una oportunidad increíble, y me siento muy afortunado de haberlo hecho. Para un sommelier, participar en la creación de un vino es entender mejor el proceso, y cómo se llega al resultado final que encontramos en la botella. Luego de haber estado en servicio tanto tiempo, uno de nuestros aportes a la cocreación, es traducir los gustos y preferencias de los consumidores, para llegar a vinos con una gran 'tomabilidad', agregó el experto.

Martín Bruno lanzó dos vinos muy bebibles, con "ADN" de Cafayate 

Para dar con los cortes finales, Bruno cató cerca de 50 muestras diferentes de distintas variedades y provenientes de diversas fincas que posee la bodega.

A partir de un arduo proceso de degustación, junto a enólogos e ingenieros agrónomos, eligieron los componentes que conformarían cada uno de los dos vinos.

Sobre el estilo que buscó imprimirles, Bruno explicó que "ante todo quería que fueran representativos del lugar de donde vienen. Que tengan mucho espíritu Cafayateño, y respetando la tradición e historia de la bodega".

"Otro punto importante, fue la definición de que no tengan crianza en barrica, logrando vinos francos que resaltan fielmente su terroir de origen; y a su vez son muy amables al paladar, tendencia que se está imponiendo mundialmente", agregó.

A la hora de trazar una radiografía más precisa cada etiqueta, se destacan los siguientes puntos:

Cafayate Martín Bruno Blend de Malbec 2018

 

Está elaborado con uvas Malbec de dos fincas y suma un 16% de Tannat de una tercera finca. En este ejemplar, el sommelier y el equipo de la bodega buscaron obtener un ejemplar de buena estructura pero sin olvidar el pulso bebible. En nariz, manda la fruta roja al frente, con un dejo de especias y un toque balsámico, pero no es una bomba aromática, tiene bastante sutileza. Al paladar, en tanto, se luce con un cuerpo medio, con taninos apenas firmes pero redondos. Conforme avanza, se perciben frutas más negras y se potencia esa atmósfera especiada. La acidez le imprime brío y esa misma frescura permanece un largo rato.

Martín Bruno Malbec – Caladoc 2018

 

La fruta roja, fresca y brillante, se impone por sobre los toques herbáceos. En boca entrega un pulso fresquísimo, con cuerpo medio, taninos amables y una frescura general que limpia el paladar. Se luce con una fluidez envidiable, pero no es filoso ni demasiado lábil: tiene un dejo apenas graso, que le da un poco más de presencia. Un vino que sirve para mostrar la faceta más bebible de los vinos del NOA.

El precio sugerido es de $296, con una relación calidad-precio muy consistente (se consiguen en supermercados, vinotecas y también en la tienda oficial Drinks&Co de Mercado libre).

De cada etiqueta elaboraron unas 30.000 botellas, con un dato muy positivo: ya se comercializó más del 30%. 

En este contexto, Bruno y el equipo de la bodega están pensando en el próximo lanzamiento: "Desde enología ya nos pasaron informes de la gran cosecha que tuvimos este año y estamos trabajando para los cortes nuevos".

"La idea es respetar el estilo de cada uno, por lo que estaré viajando en breve para terminar los cortes, pero podemos anticipar que van a mantener una línea bastante similar", concluyó.