Bodegas Salentein está muy activa en cuanto a novedades: recientemente, viene de presentar las nuevas cosechas de su muy interesante línea Single Vineyard, que se propuso (y lo logra) mostrar todo el potencial de la Indicación Geográfica San Pablo.

Ahora, está estrenando en la Argentina su nueva propuesta de blends, con un blanco y un tinto, dentro de la categoría Reserva.

"Es una propuesta superadora, que está a tono con la preponderancia que han ido ganando los blends en los últimos años, con la innovación como motor de búsqueda", apuntaron desde la bodega durante una presentación vía Zoom para prensa.

En concreto, la bodega está lanzando un corte de blancas, conformado por Chardonnay, Gewurztraminer y Sauvignon Blanc; mientras que el blend tinto es un corte de Cabernet Sauvignon, Malbec y Cabernet Franc. En ambos casos, elaborados a partir de uvas propias, de viñedos del Valle de Uco, ubicados entre los 1.050 y los 1.700 metros sobre el nivel del mar.

Pepe Galante, enólogo de Bodegas Salentein

Un blanco con Gewurz

Antes que nada, celebramos que haya en la Argentina un nuevo vino blanco elaborado con Gewurztraminer, una cepa nada tradicional en el país y con no demasiados exponentes.

Para este blend, el equipo enológico utilizó uvas de un pequeño cuadro de menos de 1,5 hectáreas ubicado en la zona de San Pablo, donde se logran blancos de sorprendente frescura y fineza.

"Se plantó en 2003 y siempre que lo elaboramos nos dio grandes sorpresas. Aromáticamente es impresionante, al estilo de los moscateles. Y, cuando surgió la propuesta de hacer un blend, no dudamos en utilizar esta variedad, junto con el Chardonnay, que aporta elegancia, y el Sauvignon Blanc, que le da nervio y longevidad al vino", explicó José Pepe Galante, enólogo de Bodegas Salentein.

"Los Gewurztraminer más emblemáticos son los de Alsacia, tanto secos como dulces. Nosotros lo tenemos cultivado a 1.500 metros sobre el nivel del mar, en San Pablo, y nos gusta porque suma mucha complejidad en el corte y aporta buen volumen", agregó.

Para elaborar esta partida de 10.000 botellas (que salen a la venta a un precio sugerido de $750 en vinotecas) "cofermentamos el Gewurztraminer con el Sauvignon Blanc y lo hicimos con un método bien protectivo, para cuidar los aromas y evitar la oxidación. En cambio, al Chardonnay lo elaboramos con un método oxidativo, para luego hacer el blend final".

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Es un corte que suma capas y capas, de esos para ir descubriendo y dejando que gane un poquito de temperatura. Cuando esté en la copa unos minutos, seguramente notes sus aromas que remiten a las frutas de carozo, con toques ligeros a frutos secos y una pátina que mezcla trazos florales y de cítricos dulces. En boca es un vino que entrega excelente peso y volumen, con un lindo centro ácido (seguramente apalancado en el Sauvignon Blanc). En su desarrollo, explotan las notas de pomelo rosado y una fruta blanca crocante. Es súper fluido y la acidez es constante. Pero no esperen un vino híper mordiente e incómodo para el paladar. Es tan fresco como elegante.

"Va muy bien con comida asiática o con un risotto con hongos", no dudó en afirmar Galante cuando se le pidió una alternativa de maridaje.

Nuevo corte: el Malbec baja el perfil

Respecto del corte de tintas, hubo un cambio importante, tal como lo explicó su enólogo: "Hasta la cosecha 2017, el Malbec era el protagonista. Pero ahora hemos cambiado la composición. Diría que ha sido consecuencia de un proceso natural, de la evolución de nuestro conocimiento sobre nuestros viñedos".

El corte está conformado por un 51% de Cabernet Sauvignon, un 34% de Malbec (con una proporción de San Pablo) y un 15% de Cabernet Franc.

Salvo un porcentaje de Malbec, el resto de las uvas proviene de viñedos ubicados en finca El Oasis, ubicada a unos 1.100 metros sobre el nivel del mar; en el Valle de Uco pero a menor altura que San Pablo.

La razón, según Galante, es que "resulta difícil manejar la pirazina que desarrolla el Cabernet Sauvignon a mayor altura".

"Queremos que esta cepa tenga el carácter varietal pero no el verdor que aparece en climas más frescos", explicó.

Según Galante, "para esta cosecha, se alinearon todos los planetas. Es increíble la calidad que se logró con el Cabernet Sauvignon, gracias a una maduración lenta, sin riesgos de enfermedad. Así logramos mucha textura de taninos, cuerpo, volumen y un centro dulce, que no es fácil de lograr en esta variedad".

En cuanto a la elaboración, Galante explicó que es la vinificación clásica, con fermentación en tanque de acero y luego una crianza de 12 meses en barrica, con nivel de tostado para Pinor Noir, para que aporte complejidad, "pero no sea protagonista. No queremos que se destaque la madera, somos files y respetuosos de la región".

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Este ejemplar (que también se comercializa a un precio sugerido de $750) una vez que lo sirvas, vas a comprobar que no es nada pirazínico. No esperes pimentón verde ni mentolados intensos. Sí hay mucha fruta roja y negra, con dejos a merkén y una madera que complementa y aporta una sutil pincelada de especias dulces. Es más: si lo dejás 10, 15 o 20 minutos en la copa, mostrará nuevos matices pero la madera nunca se terminará imponiendo. En boca muestra un avance jugoso y preciso, con una acidez que se siente a los costados del paladar, durante todo su recorrida. La fruta se mueve en un punto medio amable entre la frescura y la madurez. Los taninos, en tanto, suman una estructura agradable, cerrando con una sensación de lejano dulzor, propia de la interacción entre taninos, madera y fruta.