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Así es el nuevo proyecto de vinos top que le rinde tributo a Gualtallary

Conocé los nuevos vinos elaborados a partir de este terruño de clase mundial. Precio y características de estas cuatro nueva etiquetas
12/10/2020 - 20:47hs
Así es el nuevo proyecto de vinos top que le rinde tributo a Gualtallary

Gualtallary hoy es sinónimo de vinos de clase mundial. Claro que es difícil hablar de una única expresión de Gualtallary, dado que variables fundamentales como altura, tipo de suelo y vinificación terminan impactando en el perfil de vinos que pueden lograrse.

Sin embargo, también es cierto que hay un ADN, un sello distintivo que aparece cada vez que se descorcha un vino de "Gualta" y que es difícil de borrar, por más que el terroir siempre hable bajo.

Es que los vinos que se producen en esta parte del Valle de Uco logran un nivel de textura, una tensión y un registro de acidez difíciles de igualar (partiendo de la base de que todo terroir deja una marca única).

Lo interesante es que todavía queda muchísimo camino por delante para explorar. Siempre se dice que la Argentina es "el país más viejo del Nuevo Mundo", porque tiene una tradición vitivinícola muy arraigada.

Pero en Gualtallary, ubicada en Tupungato, Valle de Uco, así como en muchas otras zonas del país, hay todavía mucho por profundizar. Y ese es el camino que emprendió el ingeniero agrónomo Martín Kaiser, completamente identificado con esta región.

El experto está comandando el nuevo proyecto de vinos de alta gama bautizado Altaluvia, que está llegando al mercado con cuatro nuevísimos vinos: dos blancos (Riesling y Chardonnay) y dos tintos (Malbec y Cabernet Franc).

"Para mí es realmente una alegría poder lanzar este proyecto, que lo venimos pensando hace tiempo", explicó Kaiser durante una degustación para prensa especializada y que se realizó de manera virtual.

"Altaluvia es un tributo a un lugar muy particular como es Gualtallary, que está ubicado en la zona más elevada de Mendoza. Es cierto que hay viñedos más altos en otras regiones de la provincia, como Uspallata, pero son muy pocas hectáreas. Gualtallary, en cambio, tiene 2.300 hectáreas y por eso la consideramos, en términos productivos, la región vitivinícola de importancia más elevada de Mendoza", agregó el experto.

Bajo la consigna de reflejar de manera pura la expresión que entrega ese lugar, Kaiser y su equipo trabajaron sobre viñedos emplazados a más de 1.300 metros sobre el nivel del mar, cultivados en suelos de perfil arenoso, con gran contenido de piedras aluviales y mucha presencia de carbonato de calcio.

 

El calcáreo, "caliche" o carbonato de calcio es, justamente, ese gran distintivo que le imprime (junto con las otras variables que conforman el terroir) ese sello distintivo y que luego se traduce en los vinos en una sensación de textura de tiza, en verticalidad y en tensión.

Claro que, desde el vamos, Kaiser no quiso alumbrar vinos "extremos", sino que, al pensar el estilo de este nuevo proyecto, quiso que primara al "tomabilidad".

"El vino tiene que ser disfrute. No queremos hacer una revolución y no buscamos que el vino desafíe a los consumidores. Queremos vinos bebibles", señaló el ingeniero agrónomo, ante la pregunta de iProfesional.

Kaiser agregó que los vinos "extremos", es decir, hiper texturados, mordientes y ultra verticales, "no son los que más me gustan. Los aprecio y los valor, eso sí, pero no son los que más disfruto tomar. Tal vez ese tipo de vinos los valoro más en una cata que en una charla con amigos".

Qué ofrece cada vino

Altaluvia Riesling 2019

 

Un interesante hallazgo este blanco. Si ya conocés la cepa y algunos ejemplares del Valle de Uco (no hay muchos), tal vez esperes ese característico aroma "asfáltico", que remite a derivados del petróleo. Pero en este caso hay muy poco de eso y mucho de frutas blancas, especialmente las de carozo; maracuyá; toques florales y un dejo a hierbas silvestres. La acidez se siente en un in crescendo, pero jamás incomoda, al tiempo que acompaña un buen volumen un ligero graso.

"Con este vino buscamos dos niveles de madurez y para eso hacemos dos cosechas: una más fresca, que fermenta en tanque y otra, un mes después, que la dejamos en barricas hasta realizar el corte", explicó Kaiser, quien agregó que "buscamos un vino bien expresivo, en el que aparezcan notas herbales, que le dan mucha vivacidad".

Altaluvia Chardonnay 2019

 

Un Chardonnay realmente diferente y complejo: vas a encontrar las clásicas notas de frutas blancas, con una barrica palpable, presente, pero no demasiado invasiva y luego, en un segundo plano, un intrigante dejo herbal, con una pincelada cítrica. En boca, aparece un blanco de una dimensión diferente: se muestra bien salino, como una manifestación propia del terroir, con un paso por el centro del paladar, largo fluir y un buen volumen. Por su textura, esa mineralidad expresada en esa salinidad y su frescura integrada, es un ejemplar que sale completamente del estándar para lo que es la variedad y seguramente te saque de la clásica zona de confort.

"Veníamos buscando un Chardonnay distinto, complejo, que se mereciera estar en una gama de vino alta. Trabajamos con diferentes puntos de cosecha y vigores, lo añejamos en un huevo de cemento con las borras durante 8 meses y cuando lo degustamos, nos maravilló", sintetizó Kaiser.

Altaluvia Malbec 2018

 

Cuando lo sirvas, te vas a encontrar con mucha, mucha fruta roja, fresca; con toques florales y herbales y una ráfaga muy sutil que seguramente te recuerde a algo como tinta china. Muy linda frescura, con una acidez que lo empuja. Tiene buen músculo y un ligero graso, pero hacia el final queda flotando esa sensación texturada propia de los suelos calcáreos.

"Proviene de un área que tenía muchísimo calcáreo, con una capa de 20 a 30 centímetros que, en algunos casos, tuvimos que romper. La idea fue mostrar cómo sale un Malbec en este tipo de suelos y con la menor intervención enológica posible. Lo fermentamos en tanques de acero y fue a barricas usadas, para mantener la fruta. Es un vino muy puro en nariz", dijo el experto.

Altaluvia Cabernet Franc 2018

 

Se trata de un nuevísimo proyecto de vinos de alta gama, comandado por el reconocido ingeniero agrónomo Martín Kaiser y con foco en Gualtallary. La línea se compone de cuatro vinos: dos blancos y dos tintos, y uno de ellos es este ejmplar. No es de esos Cabernet Franc ultra pirazínicos. Aquí hay mucha sutileza. Posiblemente encuentres un recuerdo a merkén, con frutas rojas, especias y un fondo herbal palpable. En boca entra con buena amplitud, gratificante textura, de la mano de unos taninos de grano híper fino que resultan hasta delicados. La acidez, bien ensamblada, estira su final, dejando un larguísimo recuerdo. "Proviene de un solo cuartel, donde tenemos suelos muy calcáreos. Jugamos en el filo del balance entre lo fresco y expresivo y lo verde. El Cabernet Franc cosechado verde tiene notas herbales bien marcadas y hay que seguir muy de cerca la evolución de la uva, porque si se pasa del punto de la cosecha, se pierde la frescura", explicó Kaiser.

Precio sugerido: $2.795