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¿Buscás vinos innovadores?: entonces probá estos dos nuevos espumantes

Cuatro amigos le dieron vida al proyecto Alma 4 hace 21 años y hoy muestran que está más vivo que nunca. Dos propuestas para no perderse
10/11/2020 - 19:49hs
¿Buscás vinos innovadores?: entonces probá estos dos nuevos espumantes

El tiempo de espera valió la pena: el proyecto Alma 4 está dando a conocer dos nuevas etiquetas que se despegan completamente de lo que venían haciendo.

No nos malinterpreten: desde sus inicios, Alma 4 fue uno de los proyectos responsables de descontracturar el mundo de los espumantes en la Argentina, cuando el país estaba consolidando su presencia en los mercados internacionales y el Malbec comenzaba a ser la gran punta de lanza.

Hasta ese momento, el mercado de los espumantes estaba dedicado a grandes nombres, mientras que muchas otras bodegas que incursionaban en este terreno, lo hacían casi como por obligación. Una suerte de "ya que estamos"...

Por eso el surgimiento de Alma 4 marcó un hito y por eso es interesante que lleguen novedades de la mano de sus cuatro integrantes: Marcela Minini, Mauricio Castro, Agustín López y Sebastián Zuccardi, quienes decidieron entrar al mundo de las burbujas cuando estaban en el colegio secundario y ahora están presentando dos etiquetas innovadoras. 

"El primer espumante lo elaboramos en el año 1999, pero nos habíamos hecho amigos a mediados de los ’90. Pero lo bueno es que para nosotros, desde el inicio, esto no fue un juego: nos habíamos propuesto hacer algo nuevo, innovar y tratar de hacer el mejor espumante de la Argentina", disparó Mauricio al arrancar una degustación organizada vía Zoom.

"Teníamos 18 años y las bases que teníamos eran pocas. Pero fuimos evolucionando mucho a lo largo del camino", rememoró.

Una evolución, un camino que, a entender de Sebastián, fue también de la mano del perfil de los consumidores. Según el enólogo, "hace 20 años se consumían espumantes pero había pocas marcas. La oferta solo estaba relacionada con bodegas grandes y nuestro deseo, cuando arrancamos, fue enfocarnos en elaborar este tipo de vinos y en no diversificarnos".

Y hablar de cambios puede implicar tener que entrar en un terreno abstracto, difícil de bajar a tierra. Pero Sebastián trazó un resumen fácil de entender: para él, el cambio más grande que se dio en la industria de los espumantes tuvo que ver con que se comenzó a mirar más hacia el terruño, como sucedió con los vinos tranquilos. Y así se dejaron de ponderar las "fórmulas secretas" dentro de las bodegas.

"Hace años se hablaba del licor de expedición como el gran secreto. Pero entendimos que el secreto era el terroir. El método es importante, pero si no hay un buen lugar previamente, entonces no hay un buen espumante", explicó, desde Mendoza.

Y ahí es cuando comienza a tallar una región clave para la elaboración de espumantes: Valle de Uco.

"Tenemos una situación muy interesante, porque contamos con algunas de las zonas más frías a nivel mundial. Estamos en la carrera. Y la diferencia es que tenemos clima frío y luz. Por eso no queremos pretender que lo que hacemos se parezca a la Champagne. Porque tenemos condiciones diferentes. Y es el sol el que nos da un perfil bien argentino", detalla el enólogo.

Así, la conjunción de temperaturas promedio más bajas (con buena amplitud térmica), buena irradiación solar y suelos con contenido calcáreo, hacen posible que se haya construido una identidad propia y diferente.

"El terroir es clave. No hay secretos acá. Y si en Argentina queremos hacer espumantes que no tengan nada que envidiarle a otros, que se guarden bien y con complejidad, entonces hay que volver al lugar", acotó.

¿Y qué identifica específicamente a los espumantes de Alma 4? Agustín afirmó que uno de los puntos distintivos es que no trabajan con fermentación maloláctica. Esto permite mantener una acidez más viva y que se sostiene mejor en el tiempo. Y, el segundo punto clave, es el factor tiempo: "Tenemos claro que la paciencia es importante. Eso significa contar con por lo menos 20 meses de contacto sobre las lías antes de que cada botella salga al mercado".

Dos espumantes que salen de lo común

En estos momentos, el proyecto Alma 4 está presentando dos etiquetas Phos y Crudo que, como decíamos, se desmarcan un poco de lo que hasta ahora venía haciendo este colectivo de enólogos.

Phos es un espumante 100% Pinot Noir añada 2020 que procede de una microrregión llamada La Carrera, en Tupungato.

 

Se trata de un pet nat. Como explicábamos recientemente en iProfesional, pet nat es la forma en que la industria denomina a los vinos "petillant natural", un método ancestral, previo al método tradicional con el que se elaboran espumantes, que consiste en tener una primera y única fermentación directamente en la botella, manteniendo las borras (más sutil que decir levaduras muertas) hasta que la abra el consumidor. Se embotellan con una tapa corona (las mismas que las de la cerveza, que también se usan para hacer espumantes, en un paso previo al tapón de corcho definitivo) y el resultado es un espumante natural, turbio, con una efervescencia más sutil, en general de bajo alcohol y buena acidez.

Para el INV no es técnicamente un espumante, ya que lo cataloga como frizante natural. ¿La diferencia? La presión: los espumantes clásicos (charmat o tradicional) pueden tener entre 5 y 6 atmósferas de presión; en cambio, los pet nat se mueven en un rango de entre 3 y 3,5 atmósferas.

Este último año, en la Argentina, los pet nat comenzaron a ponerse de moda y Sebastián trata de escaparle un poco a las etiquetas, recalcando que se trata de un espumante que busca captar la esencia de un terruño, de un lugar, antes que cualquier decisión marketinera: "Hoy este método está un poco de moda y a veces bajo este concepto se permiten elaborar muchas cosas".

¿Qué propone este 100% Pinot Noir, del cual se elaboraron apenas 1.000 botellas? Se trata de un espumante que entrega en nariz una paleta cargada de fruta roja fresca y bien brillante, que se anticipa crujiente. En boca muestra un paso filoso y algo mordiente, de la mano de un centro ácido que le da nervio, acompasado por una burbuja fina y un paso apenitas cremoso. Limpio, fresco y definitivamente bebible. Sale a la venta a mediados de noviembre a un precio tentativo de $780. Tip: si lo comprás, te sugerimos abrirlo en la pileta de la cocina, por si derrama algo de líquido al destaparlo.

En cuanto al nombre, explicaron que la palabra "foto" proviene del griego "phos", que a su vez significa "luz". "Lo elegimos porque cada vez que lo probábamos, nos trasladaba al viñedo, era como capturar el momento de la cosecha", dijo Sebastián. 

Crudo, en tanto, es un 100% Semillón proveniente de La Consulta, también en el Valle de Uco. La diferencia es que en los espumantes método tradicional que se suelen comercializar, se realiza previamente el degüelle, es decir, se eliminan los restos de levadura que con los meses se fueron acumulando en el pico de la botella. En cambio, este espumante viene con esas levaduras, lo que le da un aspecto ligeramente turbio en la copa.

 

¿Qué propone? Muy interesante espumante por su paleta que conjuga muchas frutas blancas, de carozo y también algo tropicales. En el paladar ofrece una burbuja fina, de gran ligereza pero suficiente para imprimirle una delicada mousse. La acidez le imprime un recorrido vibrante, con una acidez masticable. Buen volumen y final a toda orquesta, dejando un recuerdo a esos clásicos caramelos ácidos de ananá que seguro comías de chico, sumado a un lejano recuerdo a pan tostado. Tiene un precio sugerido de $1.050.

Agustín recuerda que en el 2017 "encontramos un viñedo en La Consulta y cada vez que lo probábamos nos sorprendía porque, a pesar de tener borra, siempre se mostró elegante".

Y eligieron el nombre "Crudo" básicamente porque es un espumante que, al no haberle realizado el degüelle, no estaría del todo "emprolijado".

Agustín lo comparó con un demo de una banda de rock, que captura la energía y la frescura que por ahí luego podría diluirse un poco en un estudio.

"Es completamente diferente a Phos. Este es un espumante champenoise, con la toma de espuma, pero sin degollar, y que tiene un costado salvaje", concluyó Sebastián.