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VINOS: presentaron el Malbec más extremo de Valle de Uco, ¿cómo es y cuánto cuesta?

La bodega Terrazas de los Andes está presentando en sociedad un Malbec que proviene de un viñedo ubicado a 1.650 metros sobre el nivel del mar
19/11/2020 - 15:47hs
VINOS: presentaron el Malbec más extremo de Valle de Uco, ¿cómo es y cuánto cuesta?

La expansión de la frontera vitivinícola en Mendoza parece algo reciente pero no lo es. Desde hace décadas que en la provincia se está corriendo esa línea, incorporando nuevas regiones. Y la implementación del sistema de riego por goteo, allá por los años ’90 permitió que muchas zonas imposibles de cultivar hoy estén en plena producción.

Gracias a esos avances, Terrazas de los Andes, como lo cuenta su enólogo, Gonzalo Carrasco, fue una de las bodegas pioneras en esa década en la incursión en Gualtallary, el hotspot de clase mundial que viene alumbrando vinos soberbios desde hace años.

Pero ahora, la bodega está dando un paso trascendental: tras haber comprado una finca en la parte más alta de esa indicación geográfica, hace unos seis años, hoy están presentando oficialmente el resultado de esa exploración: el primer Malbec de la línea Parcel.

Pongamos los elementos en su contexto: esta finca, bautizada El Espinillo, se ubica a unos 1.650 metros sobre el nivel del mar. Para tener una referencia, Agrelo, una de las zonas más reconocidas de Luján de Cuyo, promedia los 1.000 metros.

En contraposición, esta finca de Terrazas de los Andes solo es superada en Mendoza por un proyecto que hay en Uspallata, a unos 2.000 metros pero, lógicamente, fuera del Valle de Uco.

"Fuimos los primeros en poner un pie en Gualtallary en los años ’90 y, a través de los años, ahora estamos en el techo de la región con este viñedo joven, pero que lo valoramos muchísimo por la expresión que nos ofrece", explicó Carrasco a través de un Zoom organizado para la prensa.

"Esto no es casualidad, es el resultado de una búsqueda y una apuesta por romper los límites. Es parte de la visión que tiene Terazas de reflejar cómo se muestran las variedades en los diferentes terroirs que tenemos", agregó.

El nuevo Malbec proviene de la zona más alta de Gualtallary, en el Valle de Uco

A esa altura, el primer desafío que encontró el equipo de ingenieros agrónomos fue lidiar con las condiciones extremas.

"En 2015 elaboramos el primer vino pero no logramos el perfil que buscábamos. La cosecha 2016 fue muy difícil, muy lluviosa y fría y no fue favorable para esta zona tal alta. La madurez no alcanzó el punto necesario. Recién en la 2017 pudimos tener la cosecha que queríamos, porque tenemos clara la identidad del viñedo y debíamos respetarla", acotó Carrasco.

Según el enólogo, la vendimia 2017 fue fresca pero equilibrada. Para tener una referencia, el Malbec que poseen en una finca a 1.200 metros se cosechó tres semanas antes. Esa diferencia está dada por las menores temperaturas promedio que se registran en El Espinillo.

Carrasco explicó que en esa finca tienen Malbec plantado en tres parcelas diferentes, pero es la número 1 la que más se destaca, en gran parte por las características del suelo, donde hay más profundidad, con contenido de arena, arcilla y limo y cerca de un 20% de piedra caliza.

Las condiciones, sumado a un uso de la madera muy racional (el 100% pasó por barricas pero únicamente el 30% nuevas), permitió alumbrar un Malbec realmente diferente.

Según el enólogo, "tiene una expresión completamente distinta al que se logra en otras regiones, hasta incluso es difícil asociarlo con un vino de Argentina. Para mí es como la oveja negra; es un vino raro, excéntrico, difícil de desmembrar a nivel aromático, pero que no deja de ser rico y placentero".

"Es un vino extremo que rompe con los paradigmas de lo que debe ser un vino de alta gama", subrayó Carrasco.

 

Al degustar Parcel El Espinillo N° 1E Malbec 2017, una de las primeras reflexiones que pueden venir a la mente es que es un vino desafiante. Básicamente porque a ciegas es probable que no lo relaciones de manera automática con un Malbec. Tiene dos descriptores típicos como la fruta roja y las flores de violetas, pero entra ahí un componente herbal muy importante, sumado a una fruta negra que vuelve la paleta mucho más profunda. Es de esos vinos para dejarlo un largo rato en la copa, oxigenándose, y viendo cómo van cambiando los matices. En boca ataca con intensidad aromática, revelando incluso más su perfil herbáceo. Tiene buen músculo y avance preciso, con taninos de buen agarre y textura, pero el pulso fresco refuerza su estilo híper fluido. Deja un recuerdo largo, muy largo, tanto que queda impreso en el paladar. Un vino con carácter, por qué no hasta un poco salvaje a nivel aromático, pero en boca tan bebible como disfrutable. Se hicieron apenas 2.000 botellas y se consigue a un precio sugerido de $7.000 en vinotecas. 

"Veníamos acostumbrados a vinos muy sobremaduros, en los que el carácter varietal se perdía y también se perdía el carácter ‘intervendimia´. Lo que se lograba era un vino muy estandarizado", reflexionó Carrasco, quien aseguró que Terrazas de los Andes está ahora en una búsqueda más riesgosa, más desafiante, de la mano de vinos más desnudos, un poco más crudos, que hablen de la variedad y también de la cosecha.

Hacia allí, asegura el enólogo, es donde se dirige la bodega en esta nueva etapa.