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Este vino cuesta $30.000 y es uno de los mejores de Argentina: así se elabora

La bodega, que suma el expertise francés, está presentando la cosecha 2019 de un corte conformado por un 50% Malbec y un 50% Cabernet Sauvignon
22/11/2022 - 19:46hs
Este vino cuesta $30.000 y es uno de los mejores de Argentina: así se elabora

Se trata de un proyecto realmente único dentro de la industria, por su concepción y su forma de trabajo, y el resultado es un vino singular: Cheval des Andes

No es para menos: esta etiqueta surgió como resultado, hace 20 años, de un joint venture entre Terrazas de los Andes, en Argentina, y el prestigioso Château Cheval Blanc, ubicado en Saint Émillion, Francia.

Ese mix entre el espíritu francés y el ADN que le imprimen dos terroirs clave de Mendoza, le dan vida a este vino, el único que elabora la bodega, y que se ganó, añada tras añada, un lugar entre los grandes embajadores de la vitivinicultura argentina.

Lo interesante es que es un vino que, lejos de ser una foto o una postal, es un ejemplar que está en constante evolución. Es un blend en el que, más allá del sello lógico que le imprime cada vendimia, el equipo enológico viene hilando cada vez más fino. No buscando la perfección, como se encargan de aclarar, sino intentando reflejar más y más terroir. Pero, punto importante, siempre manteniendo la elegancia como eje. Es decir, lejos de volantazos y golpes de timón. Esto garantiza que, al degustar las primeras añadas, en una cata vertical, se palpe el hilo conductor, logrando que una cosecha de hace 10 o 15 años no se convierta en un perfecto desconocido respecto de la última añada que está presentando la bodega: Cheval des Andes 2019.

Cheval des Andes y la nueva cosecha

Como parte de esta evolución, en los últimos años hubo cambios en el equipo enológico apostado en la Argentina. De hecho, esta añada fue la primera en la que el enólogo francés Gerald Gabillet intervino de punta a punta: es decir, desde la cosecha, hasta el corte final y lo que buscó fue reforzar la frescura natural y bien ensamblada.

El otro punto clave es que con este vino, Gabillet buscó volver a las fuentes y que el corte vuelva a balancear las proporciones de Malbec y Cabernet Sauvignon.

Sucede que, en los últimos años, en el blend había ganado mucho protagonismo el Malbec, mientras que en esta esta añada la relación es 50%-50%, similar a la de las primeras cosechas de este vino ícono.

Sin embargo, Gabillet recalca que esto no respondió a fórmulas preestablecidas, sino que fue posible tras años de meticuloso trabajo en el viñedo.

¿Cómo se construye este vino emlemático?

Las uvas para este vino provienen de dos fincas propias que suman un total de 47 hectáreas. La mayor proporción corresponde al viñedo de Las Compuertas, en Luján de Cuyo (32 hectáreas), donde cuentan con Malbec de pie franco plantado originalmente en 1929. Allí también cuentan con unos cuadros de Cabernet Sauvignon que data de 1999.

Las otras 15 hectáreas, en tanto, están emplazadas en un viñedo de Altamira, Valle de Uco, a unos 1.150 metros sobre el nivel del mar, y la cepa predominante es Malbec. Esta zona es la que, además de resaltar la textura, apuntala la frescura del vino.

"Nuestro trabajo en bodega se basa en una intervención respetuosa, cuidando el origen de cada parcela bajo el concepto 'una parcela, un tanque'. Para esta vendimia la sala de barricas estuvo compuesto por 80% roble francés y 20% triple austriaco, esloveno y alemán", indican desde el equipo enológico, que se encarga de remarcar que ya están utilizando, además de las clásicas barricas de 225 litros, otras de mayor tamaño (400 litros), así como foudres de 2.500 litros y solo el 50% del total de la madera es nueva, garantizando así un menor impacto organoléptico sobre el vino.

¿Qué propone este vino?

El resultado es un vino que habla especialmente de la elegante madurez que logra el Cabernet Sauvignon en Las Compuertas, pero también, de la linda frescura que aportan los Malbec de Altamira (si bien el blend incluye estas dos variedades de ambos terroirs). La fruta, predominantemente negra, se ensambla bien con las especias, las hierbas (algo de tomillo flotando por ahí) y las flores. La barrica habla un poquito fuerte los primeros minutos (se siente un poco de café al comienzo), por eso es ideal darle varios minutos y oxigenarlo para que se libere su paleta. En boca, resume el espíritu de los vinos argentinos de clase mundial: la frescura como driver, suave tensión, taninos maduros de grano fino y de linda textura, sensación grasa pero no sucrosa y fluidez total.

El enólogo francés Gerald Gabillet, al frente de Cheval des Andes

"Cheval des Andes 2019 nos conecta con nuestra historia, con nuestras raíces, es el cierre de un ciclo que comenzaba 20 cosechas atrás, de la mano de Pierre Lurton, definiendo el mismo assemblage y confiando en la misma visión de elaborar un vino fresco, elegante y con gran potencial de guarda", comentó Gabillet.

"Esta cosecha es el resultado de una vendimia que inició con episodios lluviosos durante la primavera, luego, el inicio de un verano el cuál se vio marcado por 3 olas de calor donde fue de suma importancia la gestión hídrica del viñedo a cargo de nuestra chef de culture, Rosario Toso y nuestro asesor Xavier Choné. Afortunadamente el ciclo continuó con clima seco y una buena amplitud térmica favorecieron la obtención de una cosecha de gran calidad", acotó el enólogo de Cheval des Andes.

Con la cosecha 2019, este ejemplar -que ya se comercializa a un precio sugerido de $30.000-, confirma el camino que han tomado los grandes vinos argentinos: el de la frescura bien entendida, sin golpes de timón, sin virajes extremos. La keyword, en definitiva, es "balance".