Otra voz que se apaga: cierra el diario gratuito La Razón y se distribuye su última edición

El periódico que nació en 1905 y cubrió los principales acontecimientos del mundo dice adiós. La razones de su fin y la emotiva despedida de un periodista
Por iProfesional
ACTUALIDAD - 29 de Diciembre, 2017

El histórico diario La Razón, que cubrió los principales acontecimientos desde principios del Siglo XX, dijo adiós y este viernes se distribuye su última edición.

El Grupo Clarí­n, a quien pertenece el periódico gratuito, decidió su cierre por los cambios tecnológicos y el nuevo consumo de información en otros formatos.

La Razón se fiundó en 1905, atravesando desde entonces todos los sucesos históricos y la evolución social, polí­tica y económica argentina. Fue un referente de la prensa argentina con un nivel masivo, sobre todo entre las décadas del 40 y 60.

Pasó por distintos cambios de propiedad y lí­neas editoriales, hasta que su nueva modalidad permitió su renovación y convertirse -dentro de la modalidad de los gratuitos, con un fuerte incentivo a la calidad editorial- en un referente entre los diarios gratuitos. Estos vivieron su expansión internacional hasta mediados de la década pasada.

Por su horario vespertino, La Razón tuvo la posibilidad de coberturas amplias e inmediatas en grandes acontecimientos como los atentados a las Torres Gemelas, con una edición exclusiva de 300.000 ejemplares.

En diciembre de 2000, cuando los gratuitos se instalaban como medios innovadores en la prensa gráfica, con su atractivo para el universo de lectores más jóvenes y para nuevos segmentos de anunciantes, La Razón se incorporó al Grupo Clarí­n. Concentraba su distribuciónvespertina y masiva entre los pasajeros de los medios de transporte del área metropolitana, principalmente trenes y subtes, y en la red de autopistas urbanas.

En 2008 se convirtió en matutino, lo que incrementó su atractivo en anunciantes y lectores de la ciudad de Buenos Aires. Se priorizó la cobertura de la temática de la Ciudad en todos los niveles y actividades, junto al Entretenimiento, la Cultura y el Deporte. La Razón también contó con una amplia oferta de suplementos fijos (Agenda Cultural de la Ciudad, Guí­a de Espectáculos, Turismo, Ecologí­a y Suplemento Exterior, entre ellos) y otros dedicados a acontecimientos como la Feria del Libro, Juegos Olí­mpicos o los Campeonatos Mundiales de Fútbol. Sus equipos periodí­sticos le dieron aquel perfil urbano e innovador. También se contó con columnistas del mismo perfil como Casero y Gillespi.

"Ahora, con los cambios tecnológicos y su visible impacto en la industria de la prensa gráfica a nivel mundial, los diarios gratuitos perdieron aquel impulso y sus posibilidades de expansión", explica el Grupo Clarí­n. "Las nuevas generaciones de lectores acceden a la información a través de múltiples formatos, como los dispositivos móviles. Por eso, el formato del diario de distribución gratuita, no mantiene aquel vigor y se decidió discontinuar La Razón", señala.

"Siempre, con un agradecimiento a sus miles de lectores, a los equipos periodí­sticos, comerciales, administrativos y de distribución, y a las entidades y anunciantes que contribuyeron a su vigencia en este último perí­odo", concluye.

La empresa avisó a los 15 trabajadores del dí­ario serí­an reubicados en otros productos del multimedio.

Marcelo Folgueira, periodista que trabajó en La Razón de 1975 a 1986 y, en la edición gratuita, de 2001 a 2008 escribió sobre el cierre del matutino en su cuenta de Facebook:

"MATARON A LA RAZON, PERO SU MEMORIA SEGUIRA VIVA

Cierra el centenario diario La Razón y la noticia me provoca una doble sensación de preocupación y tristeza.

Por un lado, cae otra fuente laboral para un oficio como el periodismo gráfico, duramente golpeado en los últimos tiempos por empresas que en pos de darle prioridad absoluta a la plataforma digital, subestimaorn al papel, todaví­a ingreso millonario en publicidad.

Pero además, La Razón cruzó mi carrera profesional. Arranqué a los 17 años como cronista deportivo y al poco tiempo habitaba la vieja redacción de Avenida de Mayo. En ella conocí­ a periodistas que eran verdaderos maestros, ante la Lexicon 80 y ante la vida.

Bajo la batuta de Félix Laiño, tuve la suerte de tener compañeros como Alberto Rudni, Eliseo Castiñeira de Dios, Ernesto Heitz, Nerio Quiñones, Adolfo Blanco, Pablo Mendelevich, Roque Cepeda Verón, Silvia Verbitsky, Herminio Picazzo y muchos más.

La llegada de Jacobo Timerman en 1984 y su visión equivocada sobre el fin de los vespertinos para esa época, más su pésimo manejo de la parte editorial y comercial, me hicieron emigrar.

La tapa del 2 de abril de 1982 que ilustra este texto resume mi paso por La Razón. Con final trágico por la locura aventurera de Galtieri, aquel dí­a llegué a las 6 de la mañana a la redacción de Hornos. Las banderas argentinas en el frente y un silencio atronador.

En épocas sin Internet ni redes sociales, recién ahí­ me enteré der la recuperación de las Islas y que habí­a desembarcado un periodista de La Razón, al que llevaron con la excusa de presenciar "˜maniobras militares' en el Atlántico Sur.

Fue una jornada épica de laburo, que continuó hasta la noche. Cortaron los francos y dieron horas extras sin lí­mite. Nadie se quejó, al contrario. Así­ era el periodismo hace tiempo: pura vocación.

"˜Tras un cautiverio de un siglo y medio, una Hermana se incorpora al territorio nacional', fue la volanta que salió en la tapa de las 5° y 6° ediciones. Qué momentos de emoción que se repitieron por centenares!!!

En 2001, desde Clarí­n me convocaron para el relanzamiento del gratuito. Estuve hasta 2008. Un grupo fenomenal le metió garra para un hermoso proyecto que 15 años después la misma empresa desactiva.

Hasta tuve el enorme privilegio y orgullo de ser el único periodista que escribió y editó para las ediciones especiales por sus 75 años (1980) y su centenario (2005), en dos etapas bien distintas.

Por eso, hoy va mi homenaje y recuerdo para aquellos maestros, la gran mayorí­a ya desaparecidos, de quienes aprendí­ con sólo estar a su lado, escuchándolos.

También el aliento y un abrazo fuerte para mis ex compañeros de la edición gratuita, que por estos dí­as están atravesando horas de incertidumbre. Lo mejor para ellos.

Mataron a La Razón y tal vez ya no reviva. Igual, seguirá latiendo en mi memoria y en las de millones de lectores que le rindieron homenaje cada dí­a de estos últimos 117 años. Salud querido diario!!!".

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