Roger Federer es uno de los deportistas más grandes de toda la historia. A sus 38 años, sigue deleitando a sus fanáticos de todo el mundo con su capacidad tenística, que lo mantiene, pese a no estar en el mejor momento de su carrera, entre los tres mejores del ranking de la ATP.

Además de brillar en la cancha, el suizo se desempeña exitosamente como empresario y es una de las figuras más buscadas por empresas de peso global a la hora de elegir una cara para sus publicidades.

A lo largo de su carrera, Federer ha sido una máquina de generar ganancias. Sólo en concepto de premios por su desempeño en la cancha, ha cosechado casi u$s127 millones. Esto es a cuenta de los 20 torneos de Grand Slam que ha ganado y los 102 títulos ATP, entre otras cosas.

Sólo a partir de sus últimos tres torneos grandes ganados, las ediciones 2017 y 2018 del Abierto de Australia y Wimbledon en 2017, se embolsó casi u$s8 millones y con los campeonatos que supo conseguir en lo que va de este año -que no fue especialmente bueno en cuanto a títulos-, sumó más de u$s2 millones. Además, recaudó montos muy importantes por llegar lejos en torneos que no pudo conquistar.

Asimismo, además de su faceta como jugador, ha sabido explotar notoriamente su figura pública. Curiosamente, su personalidad se contrapone al paradigma del deportista moderno y a lo que se considera habitualmente como más rentable desde ese punto de vista. Está lejos de ser escandaloso o mediático, sus declaraciones suelen ser más componedoras que disruptivas, no luce peinados ni vestimentas extravagantes y cultiva un perfil bajo para lo que el mundo del deporte suele acostumbrar. A pesar de todo esto, en 2016 fue elegido por la London School of Marketing como el deportista con más potencial comercial.

Actualmente, es el quinto deportista mejor pago del mundo. Pero en cuanto a ingresos por contratos publicitarios supera a cualquier otro. De sus entradas de u$s93,4 millones en 2019, u$s86 millones llegan a partir de contratos publicitarios; es decir, más del 92%.

Las nueve empresas que tienen acuerdos vigentes con Federer parecen encajar de manera óptima con el perfil del jugador. La marca de ropa Uniqlo, más conocida por sus abrigos que por su ropa deportiva, lo tiene como principal exponente publicitario, y esto le significa al jugador, anualmente, u$s30 millones.

Las empresas Rolex de relojes, Moet Chandon de champán y Barilla de pastas y salsas, también tienen contratos con el suizo, cada una de ellas por u$s8 millones al año. Con Sunrise, una compañía de telecomunicaciones de su país natal, tiene un acuerdo por u$s7 millones anuales.

Además, con la firma Net Jets de aviones privados arregló por u$s6 millones, mientras que con la automotriz Mercedes Benz acordó por u$s5 millones, con la marca de chocolates Lindt por u$s4 millones y con el banco Credit Suisse por u$s2 millones. Todos los contratos aceptados son minuciosamente analizados por el tenista y su equipo, quienes buscan no asociarlo con una marca que pueda deteriorar su tan cuidada imagen.

Jugar de local

Por otro lado, Federer es el creador y organizador de la Laver Cup, un torneo de tenis en el que él mismo suele participar como jugador. El torneo, aunque no reparte puntos, se ha ganado un lugar en el circuito por los altos premios que otorga. De hecho, muchos tenistas optan por jugarlo y dejar de lado algún otro torneo ATP.

El campeonato se divide en dos equipos: uno de Europa y uno del Resto del Mundo. Grandes figuras como Rafael Nadal o Novak Djokovic han participado, ya que en muchos casos, por jugar un solo partido se han llevado hasta u$s275.000.

El torneo, cuya primera edición se llevó a cabo en 2017, es organizado por Team8, la empresa de eventos, entretenimiento y representación de deportistas que también es propiedad de Federer. Tiene una impronta muy vinculada al show, a partir del contacto de los jugadores con la gente, el color negro de la pista, poco habitual, y el formato de competencia. A partir de patrocinadores y derechos de televisión los ingresos son millonarios.

Como si todo esto fuera poco, el oriundo de Basilea se encarga de organizar, con esta misma empresa, giras por diversas regiones en las que juega partidos de exhibición. En general, estos encuentros se realizan en países donde no es frecuente verlo, porque no cuentan con torneos ATP de peso. Por eso, se llegada se vuelve todo un acontecimiento y los fanáticos pagan fortunas por verlo. Durante noviembre realizará una gira por América Latina que incluye un paso por nuestro país.

Pese a las dificultades económicas que afronta la Argentina, se espera un Parque Roca repleto. De hecho, durante el primer día de venta "volaron" 10.000 tickets, casi dos tercios de la capacidad total del estadio.

Los valores en la primera preventa oscilaban entre los $6000 y $15.000 de acuerdo a la ubicación. El último precio de venta va desde los $12.000 hasta los $25.000.

El rival del suizo será el argentino Juan Martín Del Potro, uno de los primeros en ser representado por Team8. Tras confirmar que, finalmente, pese a haberlo asegurado previamente, no estará presente en los torneos de Estocolmo y Viena, es probable que su regreso a las canchas se produzca en este marco.

Definitivamente, quien para muchos es el mejor tenista de la historia, ha sabido explotar múltiples negocios generados por su talento en el deporte. Para ello, no sólo su perfil y su inteligencia lo han ayudado. También pesó el hecho de haberse rodeado de personas capaces, como su agente Tony Godsick, quien hoy dirige Team8. El propio Godsick ha declarado alguna vez que nadie se vende mejor que Federer y que considera que, si bien fue sumamente talentoso en la cancha, el día que se retire y se dedique de lleno a los negocios, será aún más exitoso.