SIGUE LA POLÉMICA

El escándalo de la pileta se habría originado como una "broma" por una deuda de un cordero

El video que indignó a usuarios de redes sociales tendría un fundamento "humorístico". Además, el animal arrojado sería un cordero y no un chancho.
Por iProfesional
ACTUALIDAD - 15 de Enero, 2020

Lo que comenzó como una broma entre amigos terminó como un escándalo viral. Un reclamo jocoso por la supuesta deuda de un cordero -que inicialmente había sido señalado como un chancho- desembocó en una broma de mal gusto. Eduardo "Pacha" Cantón, señalado como responsable, literalmente arrojó a un animal muerto desde un helicoptero en una pileta, propiedad de Federico Álvarez Castillo en las afueras de Punta del Este. 

Pese a las risas que se escuchan de fondo en el video, tanto el dueño de Etiqueta Negra como su hija se expresaron en redes sociales, donde demostraron su indignación y repudio con la supuesta broma. Además, dado que inicialmente fue la propia familia la apuntada como responsable del hecho, intentaron desligarse mostrandose como las víctimas de la situación.

Por otro lado, la empresa Paula Cahen D'Anvers, que lleva el nombre de la ex esposa de Álvarez Castillo, pero ya no le pertenece, también manifestó mediante su cuenta de Instagram su repudio.

En el posteo los dueños de la marca expresan que no les sorprende el hecho de "violencia contra los animales" y culparon directamente a Federico Álvarez Castillo. Además, se encargan de aclarar que no tiene más vínculo con la empresa desde hace 20 años por "distintas irregularidades que generaron acciones legales en su contra".

Cantón, señalado como el responsable del hecho, aún no ha hecho declaraciones al respecto, ni afirmando ni desmintiendo su culpa. Si bien todavía no se ha confirmado, a esta altura es el único sospechoso de la broma pesada.

El empresario fue vinculado indirectamente con hechos que figura en la causa de "la Ruta del dinero K". Es dueño y creador de "Cantón Estate", complejo que se encuentra en Carmelo, donde en muchas ocasiones se alojó Ernesto Clarens, financista K y uno de los "arrepentidos" en la causa de los Cuadernos.

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