Una viróloga china reveló cómo China ocultó el coronavirus desde el principio
La expansión del coronavirus tomó por sorpresa a todo el mundo. Luego de algunas confusas noticias que llegaban desde China se supo que se había podido identificar una nueva cepa de este virus, que era la causa de lo que en ese momento parecía una epidemia.
Junto con esa noticia aparecieron las dudas sobre el régimen chino, el origen del coronavirus y el manejo de la expansión por parte de las autoridades locales. Desde la cúpula política de China siempre se sostuvo la versión del mercado de animales, de la extensión natural y de que se habían tomado las medidas adecuadas y necesarias para controlar la situación.
Sin embargo, las dudas no desaparecieron y en los últimos días incluso de multiplicaron a partir de las duertes declaraciones de una viróloga china que trabajaba en la investigación del coronavirus. Se llama Li-Meng Yan y hasta hace unos meses era una de las profesionales encargadas de estudiar esta nueva cepa, pero algo pasó. Sus descubrimientos la llevaron a tener que escapar de China a Estados Unidos, donde hace pocos días brindó una entrevista en exclusiva a Fox News.
Allí contó por qué debió escapar y se refirió a algunos de los secretos que oculta el régimen de Xi Jing Pin.
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Esta epidemióloga de la Universidad de Salud Pública de Hong Kong planeó su huida al darse cuenta de que tenía el deber de contar todo lo que sabía sobre el coronavirus y que su país no la dejaba. Yan asegura que el Gobierno chino sabía de la existencia y el peligro del nuevo coronavirus tiempo antes de anunciar oficialmente sobre el brote ocurrido en Wuhan. Relata, además, que sus superiores callaron y ocultaron su investigación sobre el Covid-19, cuyos hallazgos podrían haber ayudado a salvar muchas vidas.
"La razón por la que vine a Estados Unidos es porque tengo que contar la verdad sobre la Covid-19", aseguró en la entrevista, al tiempo que agregó: "si hubiese contado mi historia en China hubiera terminado desaparecida o asesinada".
Esta viróloga asegura que fue una de las primeras científicas del mundo en dedicarse a estudiar el coronavirus. Fue a finales de 2019 cuando recibió el mandato de un supervisor y consultor de la OMS, el doctor Leo Poon, que le ordenó llevar a cabo una investigación secreta cobre un nuevo coronavirus parecido al SARS, que había surgido en China a finales de ese año.
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"El Gobierno de China se negó a permitir que los expertos extranjeros, incluidos los de Hong Kong, investigaran en China [...] Recurrí entonces a mis amigos para recabar más información", indicó. Fue entonces cuando un amigo suyo, también científico del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China, le contó el mismo 31 de diciembre de 2019 que la transmisión de persona a persona era una de las características del nuevo coronavirus. Este dato fue reconocido por China y por la Organización Mundial de la Salud (OMS) mucho tiempo después.

Unos días después, el 9 de enero de 2020, la OMS emitió una declaración en la que aseguraba: "según las autoridades chinas, el virus en cuestión puede causar enfermedades graves en algunos pacientes y no se transmite fácilmente entre las personas [...]. Hay información limitada para determinar el riesgo general de este grupo informado ".
Los problemas de Li-Meng Yan comenzaron cuando advirtió al Gobierno de la letalidad y peligrosidad del coronavirus, muchos antes de que China reconociera el problema. "Sé cómo lo ocultaron", aseguró a la cadena Fox. A partir de ese momento, de acuerdo a su relato, intentaron silenciarla por todos los medios.
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La viróloga, entonces, denuncia un hecho muy grave, que es que había alertas acerca de la presencia de un virus letal y peligroso y todas ellas se ignoraron. No solo eso, sino que el Gobierno chino se ocupó de silenciarlas.
Pero la acusación de Yan va más allá. En la entrevista que dio afirmó que la OMS también conocía el peligro del coronavirus antes de emitir las alertas pertinentes y de avisar a las autoridades de los países del mundo. En ese sentido, señaló que el codirector de un laboratorio afiliado a la OMS, el profesor Malik Peiris, lo sabía pero no hizo nada al respecto.
Después, el número de transmisión de persona a persona comenzó a crecer exponencialmente, y Yan comenzó a buscar respuestas. "Hay muchos, muchos pacientes que no recibieron tratamiento y diagnóstico a tiempo", dijo Yan. "Los médicos del hospital tenían miedo de hablar", agregó. Yan volvió a informar de sus hallazgos a su responsable el 16 de enero, pero fue cuando, según la profesional contó, le dijo que "se quedara callada y que tuviera cuidado".
Yan, quien se encuentra oculta en un lugar que se desconoce, ha provocado que la universidad de Hong Kon, donde trabajaba, haya querido borrar todo rastro suyo del mapa. Ha eliminado su página de la universidad y ha enviado un comunicado en el que informa de que la viróloga ya no forma parte de su equipo. La experta, por su parte, afirma que el gobierno en el país donde nació está tratando de destruir su reputación y acusa al gobierno de diseár un ataque cibernético contra ella con la esperanza de mantenerla callada. Según informó el diario El mundo, la embajada de China en los Estados Unidos le dijo a Fox News que no saben quién es Yan y sostienen que China ha manejado la pandemia de manera adecuada.