COVID19

Japón designa a un 'ministro de Soledad' para tratar la ola de suicidios por la crisis del coronavirus

El aislamiento social que se vive en gran parte del mundo por el COVID19 recayó en el territorio japonés con fuerte impacto en las mujeres
ACTUALIDAD - 13 de Febrero, 2021

El primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, ha decidido crear un nuevo cargo público para coordinar la lucha contra la soledad y el aislamiento de sus compatriotas, informan medios locales.

La persona encargada de esa labor será el ministro de Revitalización Regional, Tetsushi Sakamoto, cuyas responsabilidades incluyen implementar medidas que reduzcan la tasa de suicidios entre mujeres que se registró en los últimos meses.

Así, las estadísticas oficiales niponas indican que en Japón se quitaron la vida 20.919 personas en 2020, un 3,7 % más en términos interanuales y una cifra notablemente superior a las 3.459 víctimas fatales por covid-19 que se registraron ese año.

El incremento de personas que se suicidaron fue del 14,5% entre las mujeres, con 6.976 casos, mientras que entre los hombres esta causa de muerte disminuyó un 1%, con 13.943 casos.

"Las mujeres sufren más por el aislamiento y el número de suicidios atraviesa una tendencia en aumento", debido a que la pandemia "ha reducido las oportunidades para el contacto con las personas", explicó Suga.

Japón enfrenta varios suicidios por el aislamiento.

Para buscar soluciones a este problema, Sakamoto trabajará con varias agencias estatales, entre ellas las que se dedican a la prevención de suicidios, el cuidado de ancianos y la pobreza infantil.

Uno de los elementos que llevó a Japón y otros países asiáticos a estar mejor preparados para hacer frente al coronavirus es que, a través de la historia, han sufrido otras epidemias y, contradictoriamente, a que están muy cerca de China.

"Como estamos relativamente cerca de Wuhan, que fue donde tuvo su origen la pandemia, nos preparamos muy rápido porque sabíamos que podríamos tener muchos casos", recuerda el experto, que ha sido uno de los principales asesores del gobierno en la estrategia contra el covid-19.

Pocas semanas después de que se conociera sobre el virus en China, Japón también registró su primer contagio.

Era apenas el 16 de enero y faltaba poco para que la situación en el país se agravara por un crucero, el Diamond Princess, que se volvió un foco de infecciones en el puerto de Yokohama.

"Luego, a mediados de marzo tuvimos otro brote, que fue desencadenado por viajeros que llegaban de Europa, del Medio Oriente, América del Norte y muchos otros países", recuerda el también exasesor de la Organización Mundial de la Salud en materia de enfermedades transmisibles.

"Este brote estuvo bajo control para mediados de mayo. El gobierno había decretado el estado de emergencia y lo levantó ese mes, pero para ese entonces ya había comenzado otra ola de contagios desde Tokio, que ahora comienza a disminuir", agrega.

Los brotes en el país asiático están controlados.

Fue en este contexto, recuerda Oshitani, cuando las autoridades de Japón comprendieron que necesitaban una forma diferente de aproximarse al covid-19.

"Sabíamos, por lo que pasó en Wuhan, que el virus es posible de contener, pero que es extremadamente difícil hacerlo. En Japón, sin embargo, no teníamos ninguna forma legal de implementar una cuarentena o de obligar a las personas a permanecer en casa", dice.

El país, pese a ser uno de los más desarrollados de Asia, tampoco contaba con la capacidad para producir y realizar pruebas masivas, como lo estaba haciendo la vecina Corea del Sur.

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