Cuatro amigos sobrevivieron a la crisis de la cerveza artesanal: hoy producen 1 millón de litros al año
Hace 10 años, cuatro amigos de la vida, José Bini, Juan Cavallo, Manuel Tagle y Machu Pereyra, se juntaban a comer asado y tomar cerveza los fines de semana. Un día, tomaron la decidión de empezar a hacer su propia cerveza artesanal en un garage de la zona Norte del Gran Buenos Aires.
Por entonces, arrancaba el boom de las cervecerías artesanales en barrios como Palermo o San Telmo, pero nunca habían pensando en venderla.
Hasta que José, licenciado en Administración de Empresas, hizo un curso de cervecería artesanal. Y cuando en su trabajo le ofrecieron un retiro voluntario, no dudó en aceptarlo para dedicarse a fabricar cerveza.
Juan, ingeniero civil, y Manuel, ingeniero electromecánico, empezaron a ayudarlo con los procesos y el control de calidad. Y enseguida se sumó Machu, asesorando como diseñador industrial.
De hacer cerveza artesanal como hobby a tener un emprendimiento
De pronto, lo que era un hobby se había transformado en un emprendimiento, bajo la marca Bierhaus. "Las cervezas que le regalábamos a los amigos empezamos a cobrarlas, y a pedirles que las prueben y evalúen con sinceridad", cuenta Juan Cavallo. Estos primeros clientes fueron implacables en su juicio (algo que no hubiese ocurrido si seguían tomando gratis). Y también empezaron a recomendarlas a otros conocidos y amigos".
Un año más tarde, el garage les quedó chico y los socios de Bierhaus buscaron un galpón con agua y gas industrial. "Cada peso que entraba era reinvertido. Compramos un molino para moler la malta fresca, y conseguimos un proveedor de lúpulo en la Patagonia", dice Juan, hoy CEO de Bierhaus.
Pasaron de elaborar 10.000 litros al mes a 100.000 litros, con el desafío que implica ampliar la producción industrial sin dejar de lado la calidad artesanal basada en procesos cuidados e ingredientes naturales. Y empezaron a llamarlos desde bares y cervecerías para que fueran proveedores de cerveza tirada.
"Dejamos de ser un emprendimiento de cuatro amigos para tomar gente y ser una Pyme. Y ahí llegaron los problemas de una Pyme: impuestos, sindicato, y el salario mensual de treinta personas a cargo", describe. "Una de las claves es que los socios nunca dejamos de ser amigos y por más que tenemos cargos diferenciados, nos manejamos en forma horizontal", asegura.
Así siguieron creciendo y llegaron a fabricar más de un millón de litros sumando lanzamientos y nuevas variedades. Y diferenciándose en un mercado cada vez más saturado de marcas y emprendimientos de cerveza artesanal.
Hasta que en 2020 llegó la pandemia, y el negocio tuvo que reconvertirse para sobrevivir.
El impacto de la pandemia en Bierhaus
En abril de 2020, cuando los socios vieron que las restricciones por la pandemia iban a durar más que un par de semanas, hicieron números.Y concluyeron que podían aguantar tres meses sin tener flujo de caja, mientras rediseñaban su estrategia. Hasta el momento, Bierhaus vendía el 98% de la cerveza en barriles de 50 litros a bares y restaurantes; y el 2% restante en latas al consumidor final.
"Empezamos a volcarnos a las latas, y activamos los canales digitales, tomando pedidos por whatsapp y en plataformas de e-commerce especializadas en bebidas como Craft Society, hasta que armamos una tienda online propia", cuenta el emprendedor.
En plena pandemia, tomaron varios créditos bancarios para importar una máquina enlatadora por $15 millones y ampliaron las instalaciones para sumar una nueva línea de producción y un depósito.
Con la incorporación de esta nueva tecnología la compañía aumentó 10 veces su nivel de producción, pasando de envasar de 50.000 a 500.000 latas por mes, que hoy representan más del 35% de las ventas.
"Si bien la lata es un negocio de bajo margen y necesita mucho capital de trabajo, nos permitió llegar a más puntos de venta entre supermercados, tiendas especializadas y comercios de cercanía. Esto también es un desafío para una Pyme, ya que los grandes supermercados exigen un gran volumen y pagan a 100 o 150 días", cuenta el CEO de Bierhaus.
Cerveza artesanal: un negocio dinámico que requiere adaptación
Los hábitos de consumo cambiaron con la pandemia, y la cerveza no es la excepción. El mercado se contrajo por el cierre temporal o definitivo de bares y restaurantes, y por la competencia de tragos con baja graduación de alcohol. "Este negocio es dinámico y hay que ir adaptándose", reflexiona Juan Cavallo.
Para este 2022, la compañía espera tener un crecimiento del 20% en volumen, lo que representa 1.500.000 litros propios y 250.000 de fasón (para otras marcas). También prevén lanzar cinco nuevas variedades de cerveza, incluyendo una línea especial por el décimo aniversario de la empresa, y una marca de Gin. Los cuatro amigos y socios tienen motivos para seguir brindando.