La industria de la carne es una de las más desarrolladas en Argentina y América Latina, aunque los productores de este sector son los que más volumen de recursos naturales requieren en el proceso. Desde generar el alimento para el ganado, la cría de los mismos, el transporte y hasta el packaging final de algunos de los productos.

Deforestación, gases de efecto invernaderos, consumo excesivo del agua. Todas estas problemáticas van de la mano de este rubro. Asimismo, sobre todo en América Latina, tanto uso de los recursos no se traduce en mejor calidad o más consumo

El impacto de carne sobre el ambiente: ¿qué dicen las cifras?

Investigadores de la Universidad de Oxford calcularon que alrededor del 83% de las tierras de cultivo globales están destinadas a la obtención de productos de origen animal.

Además, este sector alimenticio posee territorios demasiado extensos alrededor de todo el mundo para el pastoreo de rumiantes y los cultivos destinados a su alimentación, los cuales promueven la deforestación, pérdida de nutrientes en los suelos, contaminación de mares, entre otros conflictos.

La producción de la carne requiere territorios extensos para la cría de ganado y cultivo de alimento para los rumiantes.

Por ejemplo, Brasil y los Estados Unidos son los mayores productores de soja. Estos países producen millones de toneladas al año, de los que solo el 7% se utiliza directamente para productos alimenticios humanos. Más del 77% se usa para la fabricación de piensos asignados a la alimentación del ganado.

La carne vacuna es la principal causa de la deforestación a nivel mundial, ya que es responsable del 41% de la destrucción de selvas tropicales. En comparación, la tala para la obtención de madera y papel es solo alcanza un 13%.

Efecto invernadero: la carne y la emisión de gases

Mientras que los árboles de las selvas tropicales absorben dióxido de carbono, la emisión de gases contaminantes debido a la industria ganadera intensiva sigue en aumento. En el presente, coexisten distintos sectores responsables del calentamiento global, pero el sector alimentario es un contribuyente sustancial.

Según datos recientes es causante de entre el 20 y el 40% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. La carne bovina, la carne ovina y el queso son los que se desmarcan y se llevan el premio al principal contaminante.

Mientras el Campo y el Gobierno discute, la mayor parte de la producción se destina a la cría de ganado vacuno.

En general, los productos animales provocan entre 10 y 50 veces más gases de efecto invernadero que los vegetales. Las excepciones incluyen el chocolate, el café y el aceite de palma. Por kilogramo de producto, la producción de estos alimentos genera más emisiones que muchos productos cárnicos.

Para observar el impacto ambiental de los productos animales, los investigadores de Oxford calcularon que el uso de tierras agrícolas podría reducirse un 76%, un área equivalente al tamaño de los Estados Unidos, China, Australia y la Unión Europea juntos, en caso de que todo el mundo desarrollara una alimentación 100% vegetal.