Mientras desde la oposición continúan con la descalificación serial del Gobierno nacional, criticando desde el juicio político contra la Corte Suprema a la creación de universidades pasando por el pago de deuda a acreedores o la moratoria previsional, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, actuó en modo Sergio Massa y cerró un aumento salarial para los trabajadores y trabajadoras municipales del 60 por ciento para todo 2023 con cláusula de revisión en julio.

Entre los últimos días de diciembre y principios de enero, el ministro de Economía dejó trascender que pretendía que las paritarias ronden el 60 por ciento anual, en consonancia con los números inflacionarios establecidos en el presupuesto, bajando el costo de vida en más del 40 por ciento.

La postura generó la reacción de varios sindicatos que reclamaron paritarias "libres y sin techo", mientras otros sindicatos admitían que acompañarían la iniciativa en tanto y en cuanto los empresarios estabilicen los precios o, por lo menos, no continúen con la alocada remarcación.

Para calmar las aguas tuvo que intervenir la ministra de Trabajo, Raquel "Kelly" Olmos, quien declaró que para el Gobierno el salario nunca fue la variable de ajuste y que, en todo caso, el 60 por ciento de aumento podría ser considerado un "piso" y nunca un "techo". En alguna de sus intervenciones explicó que "tal como siempre anunció este Gobierno, pretendemos que los salarios le ganen a la inflación para consolidar el poder adquisitivo de los trabajadores".

Cómo se paga el aumento de sueldo a los municipales

Larreta acordó con las autoridades del Sindicato Unico de Trabajadores y Empleados de la Ciudad de Buenos Aires (SUTECBA) un incremento salarial del 60 por ciento que se liquidarán en seis tramos de la siguiente manera:

• 6 por ciento en enero
• 5 por ciento en febrero
• 9 por ciento en abril
• 10 por ciento en junio
• 10 por ciento en agosto
• 10 por ciento en diciembre

Convencido de que la inflación bajará, Massa le puso un tope del 60% anual a los sueldos.

Asimismo, establecieron una cláusula de revisión en julio, donde las partes realizarán una evaluación del salario y su impacto en el costo de vida.

Hasta el momento, ningún sindicato adhirió a firmar un aumento del 60 por ciento. Quien estuvo más cerca fue la Unión Tranviarios Automotor (UTA) que encabeza Roberto Fernández, que logró por tres meses una mejora del 31 por ciento.

Gremio de docentes prevé un año conflictivo

El gremio docente porteño Ademys anunció que el 2023 será un año con "fuerte conflictividad", a partir de las políticas de ajuste a nivel nacional que impone el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las elecciones, y que está aplicando Rodríguez Larreta. En medio de denuncias por obras atrasadas en escuelas y robos por falta de seguridad, Ademys explicó que se opondrán como vienen haciendo al "ataque contra la educación pública", lo que será parte de esta situación de conflictos.

"Nosotros, desde el gremio, vislumbramos un año de fuerte conflictividad, hay un escenario nacional que indica que el ajuste se va a profundizar", explicó Jorge Adaro, secretario Gremial de Ademys. Agregó que "tomando sólo el acuerdo con el FMI, en las etapas que se tienen que ir cumpliendo, va a ser un año de mucha lucha, en medio de una campaña electoral".

Adaro expresó que "la Ciudad de Buenos Aires, con Horacio Rodríguez Larreta como candidato, también va a ofrecer un escenario de alta conflictividad, porque el actual jefe de gobierno porteño presenta un modelo donde los trabajadores son su enemigo" y recordó que "más allá de la docencia, Rodríguez Larreta planteó la modernización de las relaciones laborales, que es lisa y llanamente decir ‘necesitamos precarizar aún más las condiciones de los trabajadores".