Las amenazas y disparos al supermercado de la familia Rocuzzo la semana pasada fueron sólo el principio de la escalada de ineguridad en Rosario. La sucesión de trágicos hechos -vinculados al narcotráfico- en el distrito santafesino continuó este domingo cuando un niño de apenas 11 años recibió un disparo en su cabeza y perdió la vida, mientras se dirigía a un kiosco con sus tres primos.

Se trata de Máximo Jerez, cuyo velatorio se llevó a cabo hoy con la presencia de sus familiares y vecinos más cercanos. Sin embargo, debido a la poca confianza que los ciudadanos tienen en la Policía de la ciudad, un grupo de personas encabezados por el padre de Máximo decidió hacer "justicia por mano propia".

Detuvieron a un hombre y sus dos hijos por el crimen del niño

Un hombre sospechoso de haber sido quien disparó este domingo contra un grupo de personas y mató al niño de 11 años fue detenido este mediodía junto a sus dos hijos en una vivienda del barrio Los Pumas, hasta donde se acercó un numeroso grupo de vecinos que atacó el frente de la propiedad a palazos y martillazos tras denunciar que allí funcionaba un búnker narco.

El episodio se inició cuando vecinos del barrio, entre ellos familiares de Máximo Jerez, el niño asesinado, se acercaron al domicilio de los sospechosos y comenzaron a atacarlo, lo que motivó la intervención de la policía, que disparó con postas de goma para dispersarlos.

En una jornada más que intensa en la ciudad santafesina por el aumento de asesinatos relacionados con el narcotráfico, las protestas de los vecinos se encrudecieron con el último adiós al menor.

Minutos después de los primeros incidentes, efectivos especiales detuvieron al hombre en el domicilio ubicado a la vuelta de donde se desató el tiroteo. Mientras ocurría el traslado hubo más incidentes y heridos con balas de goma.

Máximo Jeréz disputaba actualmente un torneo en su club barrial.

Máximo Jerez: el niño asesinado por narcos en Rosario

Máximo Iván Jeréz no tenía ningún vínculo con grupos narcotraficantes. Según sus familiares, el niño de barrio Los Pumas había salido de su casa a comprar algo al kiosco, cuando terminó en recibiendo los disparos de un auto con vidrios polarizados. Tres de sus primos, que lo acompañaban (ded 13 y 2 años), también resultaron heridos.

En diálogo con Radio Con Vos, una de sus tías, Antonia Jerez, encargada de un comedor barrial, recordó el momento en el que escuchó disparos y salió a ver qué pasaba: "Estaba haciendo una torta de cumpleaños para mi nieta, escucho los disparos, salgo, mi hermana estaba gritando, diciendo que mi sobrino y los otros chicos que salían de su casa estaban heridos".

"Maxi" no tenía parentesco con Mauro Gerez, el jefe narco de una célula de Los Monos, que operaba en los barrios de Ludueña y Empalme Graneros. Su familia nunca sufrió una amenaza previa.

El menor era muy querido en la comunidad qom que se asentó en el noroeste de Rosario y asistía a la Escuela Taigoyé (N°1344), un establecimiento educativo bilingüe al que concurren alumnos de pueblos originarios.

Adrián Spelta, fiscal de turno de la Unidad Fiscal Especial de Homicidios Dolosos, fue quien ordenó llevar a cabo las pericias de fotografía, balística, planimetría y laboratorio a la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y a la División Científica Forense Rosario, además del relevamiento de cámaras y la recolección de testimonios.