Alerta en supermercados chinos por ola de billetes falsos: cómo detectarlos
La Argentina es tierra de artistas. Y en la creación de dinero apócrifo tuvo al mejor: Héctor Fernández, "El Artista", el mejor falsificador de dólares del mundo y hasta los funcionarios de la Reserva Federal estadounidense lo estudiaron atentamente.
Sin embargo, no dejó discípulos tan perfeccionistas y en los últimos meses se encendieron varias alarmas por "emprendimientos" de falsificadores, que fueron desbaratados por los investigadores judiciales, pero que pusieron a circular mucho efectivo trucho en moneda nacional.
Alerta: ola de billetes falsos en supermercados chinos
Un detective de la Policía Federal señaló a iProfesional que "... es difícil saber cuánto dinero falso circula en el país en moneda nacional, pero hay bastante y sucede porque en muchas provincias intentan, con algunos conocimientos gráficos y una imprenta, falsificar moneda y ponerla en circulación".
Lo cierto es que puede haber más bandas de falsificadores que puedan estar activas y la actividad delictiva no se cierra solo con las detenciones producidas en Santiago del Estero. Vale recordar que, a fines del mes pasado, un hombre que poseía 20 millones de pesos falsos fue aprehendido en esa provincia. El detenido cayó en una estación de servicio con una mochila que contenía 996 billetes apócrifos de 20 mil pesos.
O la estafa denunciada en la provincia de Jujuy con billetes falsos de $20.000 pesos en operaciones de compra venta de dólar blue, por cerca de 5 millones de pesos. Vendieron dólares verdaderos y les dieron pesos falsificados.
En los super chinos del AMBA descubrieron varios casos de billetes falsos, que van desde los de $1.000, pasando por los de $2.000 y también, los de $10.000. Por ejemplo, iProfesional tomó nota del accionar en un super de cercanía de Liniers y otro de Mataderos, donde la cajera controla cada billete que los clientes, regulares y asiduos concurrentes a sus locales, les dan para pagar sus cuentas en efectivo.
Consultados por la desconfianza exhibida explicaron que "...no es contra el cliente que siempre viene a comprar, sino porque pueden haber recibido algún billete falso que está en circulación. Y, están circulando unos cuantos, por lo que instruimos a las cajeras para que los palpen correctamente porque el papel moneda es la barrera que define el verdadero del falso", explicó una encargada de un local cercano al hospital Santojanni en la ciudad de Buenos Aires.
"El Artista" se reiría si estuviera vivo. Su método de falsificación de dólares, nunca superado, consistía, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, en conseguir australes, sí, una de las tantas monedas que tuvo la Argentina, y dólares verdaderos de baja denominación.
Acto seguido, les quitaba toda la tinta a los australes y a los dólares, y los pasaba por ácido para, luego, usar su arte y pintarlos con el valor más alto que había en circulación. Adquiría un billete de un dólar y salía con uno de 100. El papel moneda era auténtico y eso generaba que la falsificación fuera difícil de detectar. En el caso de la cajera del super chino hubiera pasado la prueba.
La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, tiene experiencia en temas de lucha contra las bandas de falsificadores. De hecho, en su gestión durante el gobierno de Cambiemos, desbarató la banda de colombianos guiados por Hugo Héctor Parralejo en Pilar, donde se había montado una "Ciccone" en miniatura.
La imprenta funcionaba día y noche y producía billetes de $500 y $1.000 que tenían aceptación y circulaban. Los investigadores bautizaron el operativo como la "Casa de papel 3", y Bullrich reflexionaba acerca de los billetes de mayor valor: "Este es un tema muy serio: se engaña a muchísima gente y se generan muchas pérdidas hacia los ciudadanos cuando se introducen estos billetes falsos a la circulación formal. Los billetes falsificados eran de alto valor, ya que, si bien están hace un tiempo, todavía no son muy reconocidos por la gente, lo que permite una entrada más fácil".
En la actualidad en los super de cercanía consultados revisan todo el dinero que ingresa a sus cajas, la preocupación está centrada en los billetes de $2.000 que circulan sin que la gente ponga muchos reparos ni atención y, desde luego, en los de $20.000 por las razones esgrimidas por Bullrich.
De hecho, la Policía de la Ciudad, a través de la Policía Científica, continúa asesorando y dando recomendaciones a la población para evitar la moneda falsificada. En el caso del billete de mayor denominación que circula en la Nación, hay que prestar atención en los detalles.
¿Cómo detectar billetes falsos de 20.000 pesos?
Tiene el rostro de Juan Bautista Alberdi en su parte delantera y la imagen en su reverso de la casa natal del político argentino, inspirador de la Constitución Nacional de 1853. Entre sus medidas de seguridad, se encuentran la marca de agua, el hilo de seguridad ventanillado, tinta de variabilidad óptica, imagen latente, motivo de complementación frente-dorso y relieve táctil, fundamental para las personas ciegas.
Varios detalles que pueden terminar con la pandemia de moneda falsa, sobre todo, ahora, que no hay artistas como antes.
A propósito del recorrido de "El Artista", el falsificador más importante de dólares que trabajó para el "rey de la noche", Daniel Bellini, el dueño de Pinar de Rocha. Las medidas de seguridad, que con el tiempo se van perfeccionando, existían en la década del 90 del siglo pasado y Héctor Fernández, utilizaba novedosas técnicas de serigrafía y una máquina para transformar pasta de papel en papel moneda.
El artesano terminaba sus billetes a mano y ponía la tinta brillante, imprimía el sello de agua, la faja de seguridad y hasta les daba un tratamiento químico especial al papel para que, al tacto, pareciera auténtico. Para cerrar su obra pasaba cada billete por un detector de moneda falsa y solo ponía a circular los que superaban esa prueba definitiva.
La perfección y precisión al servicio del delito hasta que cayó preso por uno de los siete pecados capitales. La avaricia. El amor desordenado por las riquezas y las posesiones. Llenó las calles porteñas de billetes falsos. Confesó haber impreso dos millones de dólares en 1991. El final nunca es luminoso. Murió solo y pobre en 2013 mientras vendía calzoncillos y medias en las calles del Once.