La nueva cara de Pinamar Norte: experiencias que invitan a frenar y volver a lo simple
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A medida que nuevos proyectos se instalan en la playa, aparece una sensibilidad distinta: espacios diseñados para disfrutar y conectar con un ritmo más amable. Las propuestas que surgen en Pinamar Norte responden a una demanda clara del público actual, que busca una combinación específica: servicios, calidad, gastronomía y un vínculo único con el bosque y el mar.
La llegada de nuevos desarrollos y de visitas durante todo el año invita a sumar servicios de calidad, espacios para trabajar, puntos de encuentro y propuestas nocturnas cuidadas, redefiniendo qué significa vivir y veranear en Pinamar.
Pinamar Norte se convierte así en un punto de encuentro entre lo natural y lo urbano, donde cada temporada incorpora experiencias pensadas para un público que busca algo distinto. No se trata solo de abrir locales, sino de diseñar propuestas que dialoguen con la playa, el clima y los hábitos de quienes eligen la zona como su lugar de desconexión.
Entre las ofertas que se destacan aparece Kota Club de Mar. Un parador que apuesta por una propuesta integral: gastronomía, servicio de playa, café de especialidad y una agenda que incluye sunsets, actividades deportivas y cenas nocturnas. La iniciativa se enmarca en la tendencia de espacios que buscan extender la experiencia más allá del horario tradicional de playa, ofreciendo opciones que dialogan con un público cada vez más variado.
La diversificación también alcanza al interior del Vivero Forestal de Pinamar S.A., la empresa que dio origen a la ciudad hace más de 80 años, donde encontramos Café de Fábula, un espacio de café de especialidad que responde al crecimiento de proyectos gastronómicos en entornos naturales. Este "café de cuento" (como muchos visitantes lo describen) se alinea con el deseo del público de encontrar puntos donde el ritmo baja, predomina el verde del vivero y una filosofía ecológica en la forma de producir, servir y habitar el espacio.
"Lo que más escuchamos de la gente es que acá pueden volver a respirar distinto. Si un proyecto ayuda a que eso suceda, entonces vale la pena volver una y otra vez", dice Mariana, integrante del equipo de Café de Fábula.
En cada propuesta que se incorpora a la zona se repite el mismo propósito: que la costa no sea solo un destino, sino un estado de ánimo. Un lugar donde el tiempo se desacelera, el entorno acompaña y las experiencias dejan de ser momentos aislados para convertirse en parte de la vida de quienes vuelven cada verano.
Con estos movimientos, Pinamar Norte inaugura una nueva etapa: más diversa, más consciente y más conectada con su propio ritmo.
Quizá la magia esté en eso, en cómo lo nuevo nos recuerda el valor de lo simple.