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Argentina fue elegido como el segundo "país del año", según el medio británico The Economist

La publicación elige al "país del año", para reconocer al Estado que más logró mejorar, y Argentina ocupó el segundo lugar. Quién ganó
Por iProfesional
ACTUALIDAD - 19 de Diciembre, 2025

Cada Navidad, The Economist elige al "país del año". No se trata del más feliz -un título que casi siempre recaería en algún país nórdico- ni del más poderoso, distinción reservada a las grandes potencias. El criterio es otro: identificar al país que más logró mejorar en el último año, ya sea en términos económicos, políticos o institucionales.

En ese escenario, Argentina quedó en el segundo lugar, por detrás de Siria.

El 2025 fue un año especialmente convulsionado a nivel global. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca alteró el comercio internacional, mientras conflictos sangrientos dejaron huellas profundas en regiones como Gaza y Sudán. Aun así, varios países lograron avances significativos en contextos adversos.

Entre ellos, Canadá, que optó por un liderazgo tecnocrático y pragmático en lugar de un giro populista, y Moldavia, donde el electorado rechazó una opción prorrusa pese a la presión y la desinformación impulsadas desde Moscú. En Medio Oriente, Trump consiguió negociar una tregua frágil entre Israel y los palestinos.

Democracias que resistieron

El semanario británico también destacó casos de resiliencia institucional. En Corea del Sur, la democracia logró recuperarse luego de que el expresidente Yoon Suk Yeol intentara imponer la ley marcial y clausurar el Parlamento. La reacción de legisladores, manifestantes e instituciones evitó el quiebre democrático, y este año el exmandatario fue juzgado por insurrección.

Otro ejemplo fue Brasil, donde la Justicia marcó un precedente histórico: en septiembre, un tribunal condenó a Jair Bolsonaro a 27 años de prisión por su intento de desconocer el resultado electoral de 2022 y promover un golpe de Estado.

En un país con un largo historial de interrupciones democráticas, fue la primera vez que un golpista recibió una sanción de esa magnitud. A ese dato se sumó un logro ambiental relevante: en 2025 el gobierno brasileño consiguió frenar la deforestación en la Amazonía, aunque su política exterior indulgente con el Kremlin opacó parte del balance.

Argentina y Siria, los dos finalistas

Para The Economist, los dos países que más se destacaron este año fueron Argentina y Siria, aunque por razones muy distintas.

En el caso argentino, la mejora fue económica. Desde su llegada al poder en diciembre de 2023, el presidente Javier Milei impulsó un programa de reformas de mercado de una profundidad inédita en décadas: levantó controles de precios, redujo drásticamente el gasto público y eliminó subsidios considerados distorsivos. Medidas políticamente costosas y socialmente dolorosas, que habían hecho fracasar a gobiernos anteriores.

Sin embargo, Milei persistió con su programa durante 2025 y obtuvo respaldo electoral. También contó con apoyo externo: Estados Unidos ofreció un salvataje de u$s20.000 millones para evitar una crisis financiera.

Los resultados, según la revista, fueron contundentes. La inflación cayó del 211% en 2023 a alrededor del 30%, la pobreza se redujo 21 puntos porcentuales, el presupuesto fue ordenado y el Gobierno avanzó hacia un peso flotante, eliminando gran parte de los controles de capital.

The Economist advierte, no obstante, que el proceso no está asegurado. El peronismo, al que responsabiliza por décadas de mala gestión, espera un traspié para regresar al poder. Además, señala defectos personales del Presidente, como su intolerancia a la crítica y los escándalos de corrupción que rodean a su administración. Aun así, remarca que si las reformas se sostienen, podrían cambiar de manera permanente la trayectoria del país y servir de inspiración a reformistas económicos en todo el mundo.

Siria, la elección final

La mejora de Siria, en cambio, fue política. Hasta fines de 2024, el país estaba bajo el régimen de Bashar al Assad, un dictador respaldado por Rusia e Irán, responsable de una represión brutal que dejó más de 500.000 muertos, millones de desplazados y el uso sistemático de armas químicas contra civiles.

En diciembre de 2024, Assad huyó del país tras la toma del poder por parte de los rebeldes. En aquel momento, el futuro era incierto. El nuevo líder, Ahmed al Sharaa, tenía antecedentes yihadistas y existía el temor de que instaurara una teocracia islamista o que Siria colapsara en el caos.

Nada de eso ocurrió. Según The Economist, el nuevo gobierno mantuvo la unidad del país, evitó imponer restricciones religiosas extremas —las mujeres no están obligadas a cubrirse y se permiten actividades recreativas e incluso el consumo de alcohol— y mejoró las relaciones con Estados Unidos y los países del Golfo. Con la flexibilización de las sanciones occidentales, la economía empezó a mostrar signos de recuperación.

Persisten, claro, enormes desafíos. Hubo masacres contra minorías, con unas 2.000 víctimas, y el poder se ejerce de manera clientelar. Aun así, el balance general es claro para la publicación británica: la Siria de 2025 es mucho más pacífica y habitable que la del año anterior. Prueba de ello es que unos tres millones de refugiados regresaron al país.

Por ese motivo, y pese a reconocer avances notables en Argentina, The Economist eligió a Siria como el país del año.

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