SITUACIÓN

¿Los abogados argentinos llegaron tarde a China?

Los más importantes bufetes desembarcaron en China durante la década del noventa. Pero ningún estudio jurí­dico argentino tiene aún oficinas en ese paí­s
Por iProfesional
ACTUALIDAD - 23 de Agosto, 2004

Durante la década del noventa, cuando aparecieron los primeros negocios con el resto del mundo, China abrió parcialmente su servicio legal a los abogados extranjeros. Interesados en un mercado vasto desde el punto de vista comercial pero escaso de recursos legales - sobre una población de 1300 millones de habitantes, se estima en no más de 150.000 el número de abogados chinos en ejercicio- en poco tiempo, más de cien estudios jurí­dicos extranjeros, fundamentalmente alemanes, británicos y americanos, abrieron oficinas en ese paí­s.

Según estadí­sticas del Ministerio de Justicia, hacia el 2002, la mitad de los 50 estudios jurí­dicos más importantes del mundo ya tení­an sus oficinas en Pekí­n o Shangai.

Esos estudios, como los estadounidenses Baker & Mackenzie o Coudert Brothers, fueron los "pioneros" y se encontraron con no pocas restricciones para prestar sus servicios jurí­dicos en China, a pesar de los compromisos y concesiones que el Gobierno tuvo que realizar para lograr la entrada del paí­s en la Organización Mundial del Comercio (OMC), a comienzos del 2002.

Un estudio extranjero encuentra dos limitaciones principales para radicarse en China: debe obtener una licencia por parte del Ministerio de Justicia –un trámite engorroso y burocrático que puede llevar años- y debe aprender a lidiar con un sistema legal aún en formación, al punto que la propiedad privada fue reconocida recién en la enmienda constitucional de marzo de este año.

A pesar de esas limitaciones, la polí­tica económica favorable de China y su continuo crecimiento siguen siendo un imán poderoso para una multitud de abogados de todo el mundo, incluso para los abogados argentinos, para quienes el mercado chino ha pasado a ser un caro objeto de deseo.

Un lugar en la carrera Maximiliano Garaúso es un joven abogado que ya logró un récord: es el primer abogado argentino que desembarcó en China, enviado por un estudio jurí­dico local. Garaúso pertenece al estudio Alvarez Prado & Asociados, que a comienzos de este año firmó un acuerdo de alianza estratégica con el estudio Lehman, Lee & Xu, con sede en Beijing, para la atención de clientes chinos y argentinos interesados en hacer negocios en ambos paí­ses.

"El Dr. Garaúso está instalado en Beijing hace menos de un mes y por ahora está concentrado en aprender el idioma, una de las barreras más difí­ciles de superar", explica Rodrigo Alvarez Prado, titular de la firma legal que arrancó primera en el paí­s en la carrera por capturar la economí­a que ha experimentado el mayor crecimiento en la última década.

A pesar del logro, Alvarez Prado dista de ser optimista: "la carrera que cuenta es la que corremos con el resto de los bufetes del mundo, donde estamos con desventaja", asegura el abogado cuya firma representa en el paí­s a bancos y empresas de primer nivel.

Según Alvarez Prado, "estamos llegando un poco tarde al mercado chino si tenemos en cuenta que es un mercado difí­cil que requiere mucho aprendizaje previo, que es inestable desde el punto de vista jurí­dico y los bufetes europeos o americanos ya están trabajando en el lugar desde hace años". ¿Las razones? La falta de volumen de negocios, asegura el especialista.

Pero no todos los abogados coinciden con la apreciación de Alvarez Prado y prefieren hablar de un mercado jurí­dico incipiente que crecerá a medida que se intensifiquen las relaciones comerciales entre ambos paí­ses.

"Yo no dirí­a que llegamos tarde al mercado chino, me parece que las oportunidades aún son muchas teniendo en cuenta que la apertura comercial de China recién comenzó hace dos años", asegura Jorge Ortiz, del estudio Ortiz & Asociados, abogados de Biosidus, una de las empresas lí­deres en la exportación de biofármacos a China.

Coincide Ernesto Fernández Taboada, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Argentino China, organismo que tiene a 19 estudios jurí­dicos entre sus 130 socios. "Aunque por ahora las relaciones legales pasan más que nada por temas de marcas y patentes y propiedad intelectual, China es un mercado con gran potencial para nuestro paí­s", explica.

Lo que sucede, dicen los especialistas, es que los estudios jurí­dicos van detrás de las empresas nacionales que hacen negocios en el extranjero. "Por ahora las relaciones comerciales entre Argentina y China están limitadas a operaciones de importación y exportación de productos, ni siquiera hemos llegado a la etapa de Joint Ventures o inversiones concretas", señala el Dr. Mario Turzi, del estudio Marval & O'Farrel, el primer bufete que se asoció a la Cámara de Comercio Argentino China, en el 2000, para prestar servicios de asesoramiento legal a empresarios de ambos paí­ses.

Para Julio César Rivera, titular del estudio Julio Cesar Rivera & Asociados, todaví­a hay un largo camino por recorrer en las relaciones entre ambos paí­ses. "China recién está organizando su sistema jurí­dico, antes de ingresar a la OMC no habí­a derecho de contratos o de olbigaciones y ahora hasta hay tentativas de redactar un Código Civil porque saben que tienen que crear instituciones de derecho privado. Así­ que yo dirí­a que esto recién empieza", concluye el abogado, cuya firma suscribió a comienzos de años un convenio de asistencia recí­proca con el estudio estadounidense Greenberg & Traurig, que tiene más de 1000 oficinas en todo Oriente.

Lo cierto es que, salvo la experiencia reciente del Estudio Alvarez Prado, ningún bufete argentino tiene aún oficinas propias en China. Y aunque no hay dudas de que el incremento de las relaciones comerciales con ese paí­s es de vital importancia para la economí­a local, nuestros abogados corren con desventaja en la carrera por un mercado complejo que ofrece al mundo nada más y nada menos que 1300 millones de consumidores.

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