El consejero delegado del grupo automovilístico Volkswagen, Herbert Diess, aseguró que el cierre de plantas, tanto en Europa como en América, para evitar la expansión del coronavirus supone un costo para la compañía de unos 2.000 millones de euros semanales.

Diess señaló, en declaraciones a la cadena alemana ZDF, que el consorcio puede soportar dicha factura durante varias semanas o meses, pero "no indefinidamente". El directivo afirmó que el grupo se encuentra en una posición financiera sólida y no descartó "medidas estructurales" si la crisis se prolonga durante muchos meses.

Además, explicó que Volkswagen ya se está preparando para reanudar las operaciones en sus fábricas, siempre siguiendo las recomendaciones sanitarias para evitar contagios. Asimismo, indicó estar "seguro" de que la compañía podrá lanzar su modelo eléctrico ID.3 durante el verano europeo como tenía planeado.

Por su parte, el director financiero y de Tecnologías de la Información de la empresa, Frank Witter, señaló en otra entrevista que Volkswagen no necesitará apoyo financiero del Gobierno alemán, más allá de recurrir a las ayudas para empleados.

"Visto desde la perspectiva de hoy, lo descarto. En la división de automóviles tenemos un sólido flujo de caja y una liquidez decente -Volkswagen dispone de líneas de crédito de más de 30.000 millones de euros-", subrayó Witter.

El consorcio con sede Wolfsburgo anunció que sus fábricas alemanas estarán cerradas hasta el 9 de abril, cuatro días más de lo previsto.

Antes que Diess, el presidente de PSA, Carlos Tavares, ya avisó que una empresa del tamaño del grupo automovilístico francés no puede resistir mucho tiempo con una ausencia casi completa de ingresos, a causa del parón de producción y ventas que se ha producido por el coronavirus.