La historia del Toyota Sera que se encuentra en la Argentina tiene varias aristas que trascienden lo que es un "auto de colección", y por eso desde su llegada al país hasta el proceso de restauración al que está a punto de ser sometido, hacen de este modelo un buen plan para tener en cuenta, especialmente para quienes son padres.

El primer dato importante del Sera es que es el único modelo que se encuentra en la Argentina, ya que la automotriz japonesa lo comercializó únicamente en su mercado local entre 1990 y 1996, y fue repatriado por sus ex dueños en 2002.

Otro dato: es el primer auto en serie que estrenó el sistema de puertas alas de mariposa (no de gaviota, como se llama en algunas marcas), copiado nada menos que por McLaren, el fabricante automotriz con modelos que hoy salen hasta u$s30 millones, y que mantiene el diseño. Además, más allá de los fierros, todo esto fue el punto de encuentro de un padre con un hijo adolescente, cuando no es tan fácil descubrir temas de interés en común.

Vito y Carlos Cristófalo, dueños del único Toyota Sera del país.

Todo esto hace que, desde el desembarco del Toyota Sera en la Argentina, hasta el proceso en que llegó a sus nuevos dueños, se haya convertido en una gran anécdota que fue contada en primera persona por Carlos y Vito Cristófalo a iProfesional, en un evento realizado en Toyota, por los 25 años de la planta en Zárate, donde se convocó al Club de coleccionistas.

El periodista, en voz de coleccionista

Carlos Cristófalo es el creador de Autoblog Argentina, el sitio de autos que con 15 años llegó a ser el número uno de Argentina. Carlos es el periodista que encuentra notas donde "nadie las ve", que de una frase te hace una crónica, el que trabaja sin parar. Hace pocos meses, el sitio fue vendido al grupo internacional Motor1, y él sigue como Director.

Su pasión por los autos se nota en cada una de las palabras de su redacción, aunque debo admitir que las charlas en los eventos que compartimos (a veces son varios días y hablar de autos se torna monotemático) no se limitan a las cuatro ruedas, sino que hay otros temas predominantes con muchos de los periodistas de la industria automotriz: uno de ellos la comida (les encanta cocinar, a la gran mayoría); otro son los hijos, más cuando se comparten etapas con adolescentes y la importancia de charlar día a día.

Ese fue uno de los motivos por los cuales Carlos decidió convertirse en coleccionista por primera vez en su vida, apuntalado por las ganas de su hijo Vito, de 16 años, quien es dueño del 75% del auto que pagó con sus ahorros (aunque la restauración estará a cargo del padre, por supuesto).

Toyota Sera, el único modelo de la marca en la Argentina

"Todo comenzó cuando el año pasado nos llamó una argentina que había repatriado el auto a Buenos Aires en 2002. Estaba estacionado hacía tiempo en una cochera debajo del teatro San Martín. Le fui hacer una nota con Vito, y cuando salimos, comiendo una pizza en Guerrín, los dos nos miramos y dijimos de hacerle una oferta para comprarlo. Ahí empezó un nuevo proceso que nunca había experimentado pero que significó comprar un auto para restaurar, y comprar un tema de conversación con mi hijo que nunca tiene fin", dijo entre risas Carlos.

De Japón al Obelisco, y de ahí a Beccar

Durante el evento de celebración de los 25 años de Toyota Argentina, donde había otros ejemplares de la marca en exposición, los flamantes dueños del Sera contaron cómo se cerró la operación.

El auto era de Sonia, quien en 1994 se fue a Japón a perfeccionar el idioma para ser traductora. Allí conoció a su marido, un maestro de sushi, con quien se casó.

Al tiempo volvieron a la Argentina y en 2002 repatriaron el auto que habían comprado mientras vivían en el continente asiático. Lo usaron hasta hacerle 200.000 kilómetros, pero durante dos años lo guardaron en una cochera a cuadras del Obelisco y nunca más lo volvieron a sacar.

Sonia y Akira, el maestro del sushi, se contactaron con Cristófalo y tras acercarse para hacer una nota, sacarle ciento de fotos en la oscuridad del estacionamiento en el subsuelo y charlar con sus dueños, surgió la idea de comprarlo. Hoy está en el garaje de Beccar, en la zona norte del GBA, donde viven los nuevos dueños.

El auto Toyota Sera desde su creación

Uno puede pensar por qué eligieron un auto que no es de los grandes íconos de la industria automotriz, esos modelos que hipnotizaron a varias generaciones o de los cuales se fabricaron millones. Todo tiene su explicación.

Vito es un fanático de los autos japoneses, en más, hasta llegó a decirle a su padre que los prefiere antes que a los Ferrari, lo cual llevó a que pasen días enteros sin hablarse. Pero el joven conoce la cultura, desde el arte del manga y el animé hasta la cocina: sabe hacer el Ramen, una sopa de fideos japonesa, alimento preferido de Naruto Uzumaki, protagonista de la serie. También fue quien advirtió que Takumi no es un concesionario de Lexus (así se llama en la Argentina), sino que es el mejor repartidor de tofu de Tokyo, una pasta elaborada con semillas de soja, agua y coagulante. Y lo reparte en un Hachi Roku, un vehículo que también es japonés.

Teniendo en cuenta esto, es lógico que el Toyota Sera haya sido un gran motivador para entrar al mundo de los coleccionistas. Además, es un JDM (Japanese Domestic Market), es decir, un auto que se vendió únicamente en Japón, por eso tiene el volante a la derecha, aunque varios interesados se ocuparon de importarlo en otros mercados y así llegó a algunos países europeos.

Las puertas diedrales del auto Toyota Sera, que será restaurado en breve

Para más detalles, el Sera es un compacto deportivo con carrocería coupé, con capacidad para cuatro pasajeros y dos puertas alas de mariposa, su característica más destacada. Las mismas son llamadas diedrales por la figura geométrica que describen al abrirse, las cuales son más livianas y no afectan la rigidez de la carrocería. Además, son muy cómodas para ingresar y salir del auto, sin golpearse la cabeza.

Es el único modelo de la marca con esas puertas, y justamente el nombre Sera deriva del verbo francés ser (tiempo futuro), que hace alusión al diseño futurista del modelo. En cuanto al motor, es un naftero 1.5 4 en línea con 110cv, con caja manual de 5 marchas (también venía automático).

La inspiración de McLaren

La historia del Sera no se termina en Toyota, sino que a pesar de su corta vida, su esencia sigue proyectada en una de las marcas más caras del mundo, como McLaren.

Cuando uno de los Sera salió de Japón, importado por un fanático inglés, terminó en un garaje al lado de la casa de Gordon Murray, ex diseñador de Brabham y McLaren en la Fórmula 1. También es el creador del deportivo más veloz y codiciado de los años ’90: el McLaren F1.

El McLaren con puertas alas de mariposa

"Murray estaba buscando una solución para las puertas de sus vehículos, y vio que el Será tenía las alas de mariposa tan originales como eficientes para el diseño de un auto. Las copio y desde entonces las replicó en varios modelos", contó Cristófalo. Mientras tanto, Toyota decidió discontinuarlas cuando el auto se dejó de fabricar, en la década de los 90, tras vender 10.000 unidades.

Esta decisión de Murray de copiar el modelo fue clave para que el Sera sea recordado en la historia automotriz como un precursor, un deportivo distinto, que cualquiera quisiera tener en su casa.

Hoy, gracias a Sonia, al maestro de sushi, a Carlos y Vito, en la Argentina hay un Sera, hay un alas de mariposa y está entrando al taller. Cuando esté terminada la restauración, volveremos a contactarlos para ver cómo quedó.