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Dal Poggetto: "Que el FMI deje vender más dólares es un arma de doble filo"

La economista directora ejecutiva de Eco Go, ex mano derecha de Miguel Bein, dialogó con iProfesional sobre la crisis económica y política
12/04/2019 - 06:04hs
Dal Poggetto: "Que el FMI deje vender más dólares es un arma de doble filo"

Todas las preguntas apuntaron en un mismo sentido en el último encuentro de expertos de economía y finanzas: ¿tendrá éxito el plan de estabilización o se cumplirán los pronósticos de desastre?

Al respecto, la economista Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de Eco Go y ex codirectora del Estudio Bein, dialogó con iProfesional y un reducido grupo de colegas, en el marco del 7mo. Congreso Económico Argentino realizado en Buenos Aires, sobre la coyuntura nacional y la reacción que puede haber en el mercado cambiario."Está afectando a la economía la competencia política que plantea el Gobierno en la que solamente gana contra Cristina", reflexiona la ex subgerente de análisis macroeconómico del Banco Central y ex jefa de asesores de la Secretaria de Política Económica del Ministerio de Economía.

Por eso, considera que el país se encuentra mejor en términos de "fundamentos" y que no hay un problema de solvencia, sino de liquidez. Y advierte: "Cuando salen capitales, no hay forma de tornar expansivo un plan que es contractivo".

-¿Hay una salida posible a la crisis?

-Creo que es difícil una salida, sólo basta con pensar que en 2017 se prestaba un bono en dólares con un rendimiento de 4,5% anual y hoy ofrece cerca de 16%, como ocurre con el Bonar 2020. Pero si se saca una foto de los fundamentals, los números de la economía muestran lo contrario: de 5 puntos del PBI de déficit de cuenta corriente se pasó a la mitad, de un déficit fiscal de 4 puntos ahora hay sólo un punto abajo, los pasivos remunerados ahora son la mitad, y la competitividad es mayor. Es decir, la verdad se está mejor en términos de fundamentos y no hay un problema de solvencia, sino de liquidez. El tema es ver cómo se recrea la liquidez para un país que no tiene crédito.

-¿Y cómo se resuelve eso?

-Se debe dar una señal fuerte al mercado, con un discurso que permita acceso al crédito pero también eso se debe traducir en acción. Por eso es importante la consistencia fiscal, un nivel de inflexibilidad al gasto publico es fundamental, pero además lo es pasar por el Congreso las leyes que se necesitan y ver cómo se negocia con los gobernadores. ¿Se les va a seguir pagando a las provincias los tres puntos de transferencias de la coparticipación de los 15 puntos que faltan recortar del gasto?

En resumen, se debe hacer un gran acuerdo entre legisladores, gobernadores, justicia y sindicatos. Se debe tener un plan monetario y fiscal, pero si se abre la economía hay que discutir qué se abre. Por ejemplo, hace unos días la noticia era Acindar que le iban a aumentar la protección para que no entren caños de China para construir un gasoducto en Vaca Muerta. A lo que voy, se necesitan acuerdos políticos y ver cómo y quiénes los lideran.

-¿De qué manera se genera todo este plan en un contexto donde la microeconomía tiene números en negativo de consumo, la gente ajusta sus bolsillos y la industria y el comercio venden cada vez menos?

-Partimos de una economía que estaba sobreexpandida en su capacidad para generar dólares, es horrible sincerar esto ante la gente, pero nos quedamos sin dólares en 2011 y a partir de ahí se administró una escasez que costó cada vez más en términos de deuda. Se cortó el crédito el año pasado estando sobreexpandido y caímos. Y la verdad es que todavía no ajustamos al nivel de generación de dólares propios. Entonces, si no conseguís acceder al mercado, o si no conseguíamos que el Fondo Monetario sea el prestamista de última instancia, el nivel de ajuste debía ser mayor.

-¿Cuánto más hay que ajustar?

-El problema es que el ajuste fiscal no es consistente con la economía cayendo en picada. Entonces, si la recaudación cae, ¿cómo hacés el ajuste fiscal? Es complicado.

-¿Qué margen hay para crecer en este contexto?

-La situación actual es distinta a la del 2002, lo que hay ahora en Argentina es una dinámica de precios que cobró vida propia. ¿Quién hubiera dicho que la inflación iba estar en 4% mensual con el ajuste monetario que está haciendo el Banco Central? Un ajuste monetario similar lo hizo Alsogaray en 1958, pero la puja distributiva se manejó de forma distinta en esa época. No estoy proponiéndolo, pero se hizo de manera diferente.

-Entonces, ¿por qué la política monetaria no es efectiva para bajar la inflación?

-Porque hay agentes que están mirando para otro lado, y el salario es un precio más de la economía. Si María Eugenia Vidal ajusta la paritaria de la provincia de Buenos Aires porque necesita cerrar políticamente su futuro por estar cayendo en las encuestas o por lo que sea, igual termina siendo una paritaria testigo que termina recayendo en el resto de las paritarias. Las empresas tienen costos y miran que en los años electorales los salarios siempre le ganaron a la inflación. Entonces deben ajustar.

Es un efecto cadena, se corren las expectativas de inflación y devaluación, y en base a ello las empresas ajustan sus precios en base a ello. Es una descoordinación de precios con una señal monetaria tan rígida que no termina de aplacarse

. En algún momento la caída de las ventas va a hacer que se frenen los precios, pero hay que preguntarse, principalmente, si se podrá cumplir la señal monetaria rígida en caso de crecer el agujero fiscal.Estamos en un juego en el que está afectando a la economía la competencia política que plantea el Gobierno, en la que solamente gana contra Cristina, donde prevalece lo pactado con el Fondo Monetario y el esquema de flotación cambiaria entre bandas. Es lo único que se tiene. Pero el fondo de la cuestión es político y habrá que ver cómo se arman las listas y se define el escenario hasta junio.

-¿Puede ganar el oficialismo de esta manera?

-Se planteó una dicotomía entre el oficialismo o el abismo (por Cristina), antes era imposible que se llegase a pensar que pierda Macri pero ahora se empieza a correr hacia una factibilidad. En 2017 Cambiemos ganó las elecciones de medio término con u$s15.000 millones de deuda más de cuenta corriente, y ahora se sumaron u$s18.000 millones menos. Hay un ajuste muy violento de cantidades y eso puede afectar.

-¿Y el dólar cómo piensa que puede terciar?

-Cuando uno mira las bandas, hoy se está con un precio del tipo de cambio que se encuentra a mitad de ellas. Algunos tuvieron pánico cuando dio el salto al nivel actual, pero era el plan estipulado. Lo que salió mal es que el Gobierno decía que se tenía una estabilidad cambiaria, pero su programa contemplaba una volatilidad del dólar que se iba a manejar entre dos zonas de flotación. Pero que el FMI te deje vender más dólares es un arma de doble filo.

-¿Por qué?

-Ya pasó el año pasado, hay dos riesgos: uno de default y otro de licuación. Si se quiere frenar este último y se gastan los dólares, en caso que los inversores no te crean se aumenta el riesgo de default. En consecuencia, hay que dar una señal de capacidad de intervención y "reventar" al mercado, pero no sé si se tiene ese poder de fuego dada la incertidumbre política que se está generando. Me parece que se están minimizando todos los intentos de generar confianza. Por ejemplo, se está mencionando que la ANSES va a dar créditos Argenta como en 2017, ¿de dónde saca los pesos? ¿de las Lecaps o de los depósitos? Cuando salen capitales no hay forma de tornar expansivo un plan que es contractivo.

-¿Los dólares del campo van a alcanzar para tranquilizar al mercado?

-Cargill le vende al chacarero en pesos y le paga en pesos, el cómo se hace de esos billetes será en base a la relación de tasa/dólar. Ahora hay una expectativa en el mercado cambiario con la quita del computo de las compras intrabancos, que hacen contar el doble las transacciones, por lo que hoy quedaría un total neto de operaciones de demanda de dólares de u$s300 millones por día. En ese contexto, los u$s60 millones del FMI es un montón de plata. Si a eso se suman algunos dólares del campo, pueden equilibrar la ecuación. Ahora se está viendo una estabilidad cambiaria con un riesgo país que está subiendo por miedo político.

-¿Cómo juega en todo esto el programa con el Fondo Monetario?

-No creo que el Fondo nos baje el pulgar como hizo tiempo atrás. Nos salvó del precipicio, más allá que el primer programa fue "berreta" y el segundo es inconsistente, porque no tiene en cuenta la indexación de la economía, que es creciente porque se salta de régimen inflacionario. Lo veo todos los meses, las empresas ajustan permanentemente los precios.

-¿Hay una espiralización de la inflación?

-No, se está yendo a un régimen más alto. Se pasó de una inflación moderada en la zona superior al 20% anual a otra más alta, pero no es una hiperinflación. No creo que se transforme en esto porque aun con un escenario disruptivo -que no es el que estoy planteando-, por ejemplo en 1989 se fue duplicando mes a mes los precios y con un Banco Central sin reservas. En cambio, hoy el BCRA tiene reservas y además existe un juego distinto. Además, a las empresas les cuesta una caída en las ventas ajustar los precios. Por eso, el que ajusta pierde. No les preocupa el share porque es coyuntural la baja, pero no es inocuo esto para las empresas. También es contradictorio esperar que el salario le gane a la inflación.

-Algunos colegas suyos están proponiendo reestructurar la deuda con el FMI, ¿qué opina?

-Que se esté discutiendo la reestructuración de la deuda con el nivel de endeudamiento que existe en la actualidad me parece un disparate, sobre todo en un mundo donde la tasa de interés de la FED sigue siendo baja y la liquidez sigue estando disponible. El tema es que hace dos años Argentina era una "historia maravillosa" y hoy el mercado te pide una agenda, que para mí no es ajustar y mantener la gobernabilidad. No es sencillo.

-Supongamos que la nombran Ministro de Economía, ¿cómo salimos de este lío?

-Creo que no es una cuestión técnica, sino política. No lo resuelve ningún economista. Hubo contradicciones en el plan implementado.-