Si bien el Gobierno pudo ver con alivio este miércoles un freno en el avance de la inflación (fue de 2,7% en junio, contra el 3,1% de mayo), la economía todavía no es ámbito de malas noticias.

Por caso, el consumo masivo sigue evidenciando fuertes caídas. Según un relevamiento de la consultora Nielsen, la compra de productos de la canasta básica registró en junio un derrumbe del 7,9% en comparación con el mismo mes del año pasado.

La situación del consumo es preocupante porque la tendencia negativa no muestra señales de una moderación. Al contrario, el 7,9% negativo de junio fue el peor del año. Superó por poco al desplome del 7,5% que Nielsen registró en marzo.

 

Según la consultora, la categoría de "alimentos frescos, lácteos y congelados" fue la más afectada por la falta de demanda. Tuvo un descenso del 15%.

Bebidas bajó 11,4%, artículos de limpieza retrocedió 6,4% y el rubro de cosmético y tocador mostró un descenso de 3,5%.

El segmento de "almacén", fue afectado por una caída del 1,9%. Si bien es la menor, también es el segmento más inelástico, dado que obedece a consumos básicos que difícilmente las familias puedan reducir.