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El ingreso fiscal millonario por licitación de la red 5G, en duda luego del spin off de Telefónica

A sólo dos semanas del anuncio de Telefónica, otra mirada sobre lo que ese mensaje puede significar a futuro. ¿Tendrá una estrategia negociadora agresiva?
13/12/2019 - 11:02hs
El ingreso fiscal millonario por licitación de la red 5G, en duda luego del spin off de Telefónica

Pocas cosas dan más alegría a un gobernante necesitado de dólares y sin crédito que abrir una licitación en la cual se sabe que habrá un ingreso multimillonario. Lo sabe bien Cristina Kirchner, que en uno de los momentos más duros en materia de reservas del Banco Central recibió un gran oxígeno con la licitación de la red de telefonía 4G. Y también lo saben los funcionarios de Alberto Fernández, que en algún momento deberán incorporar en sus agendas la próxima licitación 5G.

Pero hay un detalle que hace que ambos momentos no sean exactamente iguales. A diferencia de lo ocurrido en 2014, ahora Telefónica -uno de los principales jugadores telco de Argentina y la región- está dando señales en el sentido de querer vender sus empresas o encarar alianzas para responder a los nuevos tiempos. Los expertos del sector interpretan que tendrá un mayor poder negociador para bajarle el precio a la compra del espacio para el uso de esta nueva tecnología.

El mensaje fue muy duro para los países latinoamericanos. Así puede describirse el sabor que dejó en los expertos de telecomunicaciones el reciente anuncio de Telefónica, que decidió hacer un spin off de sus operaciones de Hispanoamérica, con excepción de Brasil, y dejar un futuro abierto. ¿El mensaje fue para todos los países, para algunos o para la Argentina? ¿El mensaje fue para los países que aún no han llamado a licitación 5G? ¿El mensaje fue para los accionistas?

La respuesta es sí, sí y sí. Tanta afirmación también debe leerse de fondo a ese anuncio que, de tan duro, motivó que al día siguiente el propio José María Alvarez Pallete, CEO de Telefónica, dedicara varias horas a responder por chat los mensajes que distintos empleados de las filiales de la región le hacían llegar en forma directa. No sin angustia, no sin molestia.

Le reprocharon el tono, que nadie había siquiera sido alertado de lo que ocurriría, de lo que significaba semejante anuncio en contextos de crisis como los que vienen atravesando los distintos países con el consiguiente temor por la pérdida del trabajo.

La dureza de las palabras de Alvarez Pallete, el miércoles de la semana pasada, sonaron idénticas a las declaraciones ásperas y hasta antipáticas que solía realizar su antecesor, César Alierta, cuando se dirigía a la prensa, que no le resultaba simpática. 

En esta oportunidad la máxima autoridad de Telefónica le estaba hablando, a través de la prensa, a la que convocó de una hora para otra, a sus filiales y a sus empleados en todo el mundo. Le hablaba también a los máximos directivos de las subsidiarias que nada sabían de lo que estaba ocurriendo. Y a los accionistas, lógicamente.

Todos se enteraron de la novedad vía streaming de video. Tal vez el gesto más displicente de la conducción global de Telefónica hacia quienes le ponen el hombro a cada una de las filiales, más allá de los mejores o peores resultados que unas u otras tengan. Razón más que suficiente para que esos directivos también estuvieran molestos. Porque, más allá de América latina y sus inestabilidades, en la región hay operaciones sanas. La de la Argentina es una de ellas.

En ese escenario, Alvarez Pallete pronunció sus palabras, emitió sus mensajes. Y anunció el spin off que, vale recordar, es separar a la unidad de negocio central de la secundaria -donde quedan las distintas subsidiarias latinoamericanas formando un solo bloque. Su responsable a cargo no dependerá de los pasos que dé Telefónica en otras partes del mundo para encarar definiciones acá. Las podrá tomar teniendo en cuenta lo que ocurre en esta parte del mundo.

¿Hay que esperar movimientos rápidos, de corto plazo, para el futuro de Telefónica? No. Ninguna operación se vende de un día para el otro. Y, tal como citó iProfesional hace unos días de parte de una de las personas que mejor conoce al mercado de las telecomunicaciones de la región: "Si hacen un spin off es porque no tienen comprador", tal como se reflejó en este artículo.

El mensaje fue para toda la región porque parte de las inversiones que la compañía podría destinar a esta parte del mundo estarán sujetas a las decisiones que tomen los Gobiernos de ahora en más, básicamente en materia de regulaciones. Mucho más que la inestabilidad propia que la operadora ya conoce y ha sabido transitar en su historia de este lado del charco.

En la región se están definiendo diversos procesos para licitar las frecuencias de 5G. Colombia lo hará el próximo 20 de diciembre, México ya tiene anunciado un plan de asignación de frecuencias, y Costa Rica, Perú y Uruguay también van en el mismo sentido. Lo mismo Brasil, pero está fuera de esta discusión pues es uno de los mercados clave, el segundo en generación de ingresos a nivel global.

La Argentina podrá estar en este grupo a futuro. Todo dependerá de las decisiones que tome el Gobierno de Fernández-Fernández en materia de telecomunicaciones. Las perspectivas no son muy halagüeñas habida cuenta de que, durante el kirchnerismo, el sector estuvo prácticamente estancado. Al menos  es lo que se respira por estos días.

Cinco años atrás

La Argentina efectuó su último llamado a licitación hace cinco años, cuando concursó las bandas de 4G. Eran tiempos de cepo duro y de un país necesitado de dólares. A través de esa licitación, el Gobierno embolsó unos u$s2.000 millones y sobre el final de ese año ya se habían encarado las inversiones en infraestructura, absolutamente necesarias en aquel momento ante unas redes 3G poco desplegadas y saturadas.

La situación de aquel entonces es parecida a la actual. El Estado necesita de dólares. Los necesitará el Gobierno que asuma el 10 de diciembre. La Argentina, como otros países de la región, debe tomar decisiones relacionadas con las redes 5G: básicamente qué espectro le asignará y, a partir de eso, convocar a licitación.

¿Habrá sido, el discurso de Alvarez Pallete, una advertencia para la Argentina y los países que aún no realizaron su proceso, en relación a las futuras licitaciones? 

Sí, claro que sí. "Los gobiernos tienen que estar conscientes de que el sector de las telecomunicaciones hace tiempo dejó de ser la gallina de los huevos de oro de otras épocas", aseveró a iProfesional, José Otero, director de 5G Américas, una asociación orientada a impulsar los despliegues de infraestructura de telecomunicaciones en la región.

El país fue el último en encarar el proceso de 4G en América latina. Ese retraso le resultó caro. Sí, embolsó u$s1.500 millones en verdad porque lo prometido por el Grupo Manzano-Vila, unos u$s500 millones, nunca se ejecutaron y esa porción de espectro tampoco volvió al mercado. Los despliegues de red fueron rápidos pero, dicen los especialistas, si esa licitación se hubiese hecho 7 años antes, cuando salían los primeros servicios 3G en la Argentina, podrían haberse concretado inversiones por u$s20.000 millones. Eran otros tiempos y se justificaba. 

"La preocupación del sector es que no hay claridad sobre cuál será el futuro. En aquel momento, el Gobierno entendió demasiado tarde que de las telecomunicaciones podría obtener recursos. Y lo peor es que, cuando se dieron cuenta, encararon el proyecto Libre.ar (N. de la R.: una operadora móvil estatal que nunca se activó), lo que también retrasó la licitación posterior", recordó una fuente consultada.

¿En la futura licitación de 5G, cuando sea que ocurra, el Gobierno va a querer más plata que en 2014? Si ese pensamiento ronda al Gobierno entrante, pues ahí sí hay que entender el mensaje de Alvarez Pallete como directo a la Argentina.

El Gobierno de Mauricio Macri se fue sin dejar un Plan Nacional de Espectro, pese a que se contrató a una consultora para hacer las recomendaciones. La propuesta que la Secretaría TIC elevó al Ejecutivo parece haberse quedado dormida en la Jefatura de Gabinete. Macri había heredado un pendiente del kirchnerismo que, ahora, dejó también como pendiente al binomio Fernández.

Madurez, geografía, idiosincrasia

Los mercados de telecomunicaciones se encuentran en cierto nivel de madurez. Las poblaciones acceden a los servicios y el negocio ya no pasa, como hace tres décadas, a ganar clientes y venderle lo que había. Ahora, los despliegues de red son más costosos porque la demanda de capacidad de ancho de banda crece de manera exponencial año a año. Y las ganancias se van reduciendo producto de la competencia, que es mayor o menor según cada mercado en particular.

Puede ser un mensaje para la Argentina. No hay dudas. Pero, como se dijo, lo es para los países de la región que ya están en proceso de licitación de espectro, comenzando por México, donde se paga el valor más alto de toda América. Sí. En México las frecuencias terminan siendo más caras que en los Estados Unidos.

Es un mensaje para todos los países sin importar si sus gobiernos son de izquierda o de derecha. Porque también alcanza a Colombia, donde la oferta para las bandas 5G se abrirán el próximo 20 de diciembre y "el precio base es más alto que el final de la Argentina. Y allí se redactó una ley donde se especificó que las licitaciones de espectro no tendrían fines recaudatorios", explicó a este medio una fuente experimentada en el sector.

El valor del espectro es, justamente, una de las grandes discusiones que se dan en esta industria. ¿Tiene que ser barato o, directamente, gratis, para facilitar mayores inversiones en despliegues? ¿Tiene que ser caro para que los Gobiernos se hagan rápidamente de divisas aunque las redes avancen más lentamente? ¿Tiene que ser bajo la modalidad "concurso de belleza" donde las frecuencias quedan en poder de quien haya hecho el planteo técnico más bonito, en términos de precio por espectro y despliegue?

Los interesados en entrar al negocio móvil que aún no lo han hecho quieren espectro gratis. Los que ya están, también. ¿Habrá sido semejante tono en la comunicación un mensaje para que a ningún gobierno se le vaya la mano con las futuras licitaciones? ¿O el mensaje debe ser interpretado más allá de una red y tomarse en sentido político casi estricto?

"El país más avanzado y prolijo en el proceso de licitación es México. Pero el precio del espectro lo pone Hacienda, no el regulador, aún cuando sus funcionarios advierten que pasarse de rosca con ese tema puede ser contraproducente", dijo la fuente en off.

Si en un mercado prolijo sucede esto, entonces sí hay que interpretar el mensaje como político. Mensaje que, además, aplica a cada país. El mensaje es para la Argentina, sí. Pero en este caso queda corto mirarse el ombligo, aunque amerite hacerlo.

"El mercado está maduro y el ARPU (facturación por cliente) está a la baja, mientras el precio del espectro sigue subiendo, además de que aparecen otras condiciones que lo hacen todavía más caro, como las obligaciones de cobertura. Por ahí hay que interpretar el mensaje", agregó la fuente.

La misma sostuvo que las obligaciones de cobertura son cada vez más exigentes, como llegar a los lugares más remotos donde hay menos gente. Se trata, por lo general, del 20% de la población que vive en esas zonas. Y que alcanzarlos resulta cuatro o cinco veces más caro que cubrir al 80% de la población inicial.

"Esa es la dificultad de América latina: la geografía y que su poder adquisitivo no es suficiente para pagar todos esos servicios, además de la pobreza", concluyó. El mensaje también debe entenderse en este escenario.

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