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Alberto Fernández se topa de nuevo con el sindicalista "duro" que ya lo desafió en plena campaña

El dirigente volverá este miércoles a las calles por despidos masivos y paritarias. El último bastión poderoso que resiste la pauta de Guzmán
10/11/2020 - 16:03hs
Alberto Fernández se topa de nuevo con el sindicalista "duro" que ya lo desafió en plena campaña

El fin de año podría convertirse en un deja vu para Alberto Fernández. La falta de dólares, la caída de las reservas y el regreso del FMI se parecen mucho a aquellos fantasmas que aguardaban al candidato del Frente de Todos antes de asumir el poder en 2019. En las últimas horas se sumó otra coincidencia: el retorno a las calles de Pablo Biró, el sindicalista "duro" que lo desafió en campaña.

Como si el tiempo hubiera quedado congelado en aquella fatídica transición, el líder del gremio de pilotos APLA volverá este miércoles al centro de la escena junto a un grupo de dirigentes con una caravana a las 10 desde el Aeropuerto de Ezeiza hasta el Ministerio de Trabajo y el de Transporte para reclamar por los despidos masivos en el sector, la política aeromercial y la ausencia de paritarias. Será una señal del descontento creciente en el sector.

La protesta fue convocada por Sindicatos Aeronáuticos Unidos, un espacio integrado por los pilotos (APLA y UALA), el personal de tierra (APA), jerárquicos (UPSA), técnicos (APTA) y controladores (ATEPSA). "Hemos tenido buen diálogo pero cero respuestas, tenemos problemas graves como en Avian donde no cobran hace 19 meses y estamos al borde de dejarlos sin cobertura medica, sin tener ninguna asistencia del Estado", advirtió Biró a iProfesional.

Luego de obtener un aumento del 40% en 2018, el sector aéreo ya no lidera el ranking salarial y hoy se resiste a convalidar una eventual suba del 7% en Aerolíneas Argentinas (AA), el parámetro aplicado en el grueso de la administración pública. "En diciembre, el ministro de Transporte dijo que iba a darle prioridad a los reclamos laborales y fuimos pacientes, si nos dan un 7% de aumento quizás sale el 7% de los vuelos", deslizó otro dirigente, convencido de que el conflicto es inevitable.

Los sindicatos elevarán su pedido en los próximos días. Su cálculo es que ya acumulan una diferencia de 26 puntos con la inflación desde octubre del año pasado hasta septiembre del 2020. El último aumento fue un 9% remunerativo y retroactivo a enero a cuenta de las paritarias del período vigente. "Por ahora no hay novedades sobre las paritarias", dijeron en la línea de bandera, donde todavía queda pendiente cerrar la paritaria del 2019 y el 2020.

La última palabra la tendrá el ministro de Economía, quien este martes recibió a la misión del Fondo. Martín Guzmán prevé una reducción del déficit fiscal al 4,5% o, incluso, mayor. En el caso de Aerolíneas, alertan por la caída de ingresos debido a la inactividad. Ese fue el motivo, según la empresa, por el que se pagaron los sueldos de junio en dos cuotas. Los problemas se arrastran desde el conflicto en octubre del año pasado, un capítulo que marcó la relación entre Fernández y los sindicatos aéreos.

Los aeronáuticos resisten la pauta salarial del 7% definida por el Ministerio de Economía para el grueso de la administración pública.
 

Por aquel entonces, cuando faltaban pocas semanas para las elecciones, Alberto salió a cuestionar la huelga anunciada por pilotos en Aerolíneas y Biró duplicó la apuesta con la amenaza de nuevas medidas. Después de 11 meses sin aumentos, pedían un 22% por el período octubre 2018-septiembre 2019 para empatar la inflación. Finalmente, el presidenciable convocó al gremialista a su casa y logró levantar el paro.

La fragil tregua fue sellada la semana siguiente con la firma de un aumento del 15% en tres tramos con sumas fijas no remunerativas y su reemplazo en enero por un ajuste porcentual de esa magnitud. La modalidad le permitió a Aerolíneas ahorrar recursos, pero las tensiones regresaron 10 días después de la asunción, cuando los pilotos paralizaron seis vuelos en Latam por reclamos salariales.

Un año más tarde, pandemia de por medio, los gremios aéreos se sienten decepcionados con el gobierno al que apoyaron en las últimas elecciones. "Segun datos del INDEC una familia en Argentina para no ser pobre debe ganar por encima de $44.500, es imprescindible que las empresas en la actividad contemplen la apertura de las paritarias", advirtió Rodrigo Borras, vocero de APA.

Los aeronáuticos responsabilizan al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y su par de Transporte, Mario Meoni, por "el malestar generalizado en toda la actividad aeronáutica por su pasividad e insensibilidad ante el conjunto de problemas que afectan a la situación laboral de miles de empleados/as de las empresas LATAM, ANDES, AVIAN, ANAC y EANA", pertenecientes al sector privado y público.

ATE ANAC realizó el viernes pasado una caravana por paritarias en la Administración Nacional de Aviación Comercial (ANAC), mientras que ATEPSA anunció posibles medidas de fuerza con impacto en vuelos ante la propuesta inesperada de la Empresa de Navegación Aérea (EANA). En la última audiencia paritaria, las autoridades de ese organismo acompañadas por funcionarios de Transporte solicitaron aplazar la recomposición salarial para el 2021.

Los gremios aéreos cuestionan la "pasividad" del Gobierno frente a los despidos masivos en Avian y LATAM.

Recortes y convenios laborales

Pese a la prohibición por decreto de los despidos, unos 20 empleados de Avianca Argentina recibieron telegramas el miércoles pasado luego de 19 meses sin cobrar sus sueldo ni recibir ayuda estatal. La compradora de la empresa MacAir, de la familia Macri, presentó el concurso de acreedores en julio del año pasado y ahora asegura que "no hay un peso" para pagar las indemnizaciones.

El otro conflicto clave es el de LAN, la filial local de LATAM que en junio anunció su salida del país y ya se deshizo de 1.000 de sus 3.000 empleados sin pagar la doble indemnización vigente. En el frente aeronáutico creen que algunas empresas aprovecharon las restricciones para "descargar todo el peso sobre su propio personal", desconociendo leyes laborales y resoluciones ministeriales.

Detrás de los reclamos al Gobierno, asoma además la puja gremial por la subsecretaría de Transporte aéreo, un área sin lugar en el organigrama desde que el líder de APTA, Ricardo Cirielli, ocupó por última vez la entonces dirección en 2007 bajo la gestión de Néstor Kirchner. En el Gobierno explican que esa dependencia "suma estructura al Estado", mientras los sindicatos creen que el vacío favorece a los empresarios y se ilusionan con ubicar una figura allegada, una apuesta que Hugo Moyano perdió en la subsecretaría de Transporte automotor.

La interna sindical se vio agitada por la reunión de la semana pasada entre Moroni y una delegación de la central sindical del transporte (CATT) encabezada por Omar Maturano (La Fraternidad), Roberto Coria (Guincheros), Marcelo Pariente (Motoqueros) y Marcelo Aparicio (Camioneros) y Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), un sindicalista vinculado a los Moyano y enfrentado a la alianza de Sindicatos Aeronáuticos Unidos.

En el encuentro se analizó el cumplimiento de los protocolos sanitarios y la dirigencia ratificó su rechazo a modificar los convenios laborales en el actual contexto, una propuesta que reflotó semanas atrás la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca. "Desde que empezó la pandemia hubo intentos de recortes, ahora no tanto", reveló el portuario Juan Carlos Schmid, uno de los líderes de la CATT. Ese fue el caso de marítimos y ferroviarios. Pero también hay preocupación entre los aeronáuticos.

El cierre de fronteras y el aislamiento trajo un avance acelerado de la automatización del trabajo. Ese cambio codiciado por el exministro de Transporte, Guillermo Dietrich, ya está ocurriendo en los puestos de Check-in. Ahora, la apertura de los vuelos desde países limítrofes y la recomendación sanitaria de reducir el contacto de los pasajeros con el personal puso en guardia a los sindicatos, temerosos de la pérdida de empleos y beneficios laborales, como las horas de descanso.