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La foto del día: el Gobierno quiere mostrar que "está todo bien" entre Guzmán y Pesce por el manejo de la crisis del dólar

El objetivo de este encuentro, además de coordinar las líneas de trabajo antes de juntarse con los delegados del FMI, fue dar un mensaje de unidad
13/11/2020 - 21:04hs
La foto del día: el Gobierno quiere mostrar que "está todo bien" entre Guzmán y Pesce por el manejo de la crisis del dólar

El ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, se reunieron esta viernes por la tarde para coordinar las líneas de trabajo de cara al encuentro con los delegados de la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Apenas terminada la reunión entre los dos funcionarios, Guzmán compartió una foto junto a Pesce en su cuenta de la red social Twitter: "Hoy nos reunimos con el presidente del Banco Central Miguel Pesce, para coordinar las líneas de trabajo, previo a la reunión con el FMI".

Y emitió un mensaje de unidad tras los rumores de internas: "El equipo económico trabaja unido bajo la conducción del Presidente @alferdez con un objetivo común: que la Argentina crezca y se estabilice".

Fuertes rumores de cortocircuitos

La foto se convirtió en la imagen del viernes. Mientras en la City no paran los rumores sobre los roces entre Guzmán y Pesce, en el Gobierno hacen lo posible por desmentirlos. 

Tal como consignó iProfesional, en el equipo económico dejaron trascender que, en caso de una salida repentina de Miguel Pesce del Banco Central, Guzmán quisiera allí a Jorge Carrera, vicepresidente segundo del BCRA, a quien le tiene máxima confianza.

En el Palacio de Hacienda lo desmienten, pero cuando Alberto Fernández le dio todo el poder de decisión sobre la economía a Guzmán, el ministro hizo algunos movimientos para que al frente del BCRA quedara Carrera. Aquellos fueron los peores días de Pesce, con el dólar "paralelo" a punto de llegar a los $200.

El Presidente le dio toda su confianza a Guzmán y le dijo que lo quería como ministro para sus cuatro años de gobierno

En aquella instancia, el Presidente le dio toda su confianza a Guzmán. Le dijo que lo quería como ministro para sus cuatro años de gobierno.

Pero también le aconsejó recostarse sobre la vasta experiencia política de Pesce, a quien Alberto F. conoce desde hace años. El jefe del BCRA es un verdadero sobreviviente político: se mantuvo en la vicepresidencia de la autoridad monetaria entre 2004 y 2015, ajeno a las sucesivas crisis de mando en Reconquista 266.

Desde que Guzmán ganó la centralidad en las decisiones de política económica, la decisión fue aglutinar a su equipo detrás del objetivo de estabilizar la economía.

Las exigencias ocultas del FMI: dólar, salarios y jubilaciones

Los técnicos del Fondo Monetario y los funcionarios del Ministerio de Economía comenzaron este martes formalmente las negociaciones para un acuerdo para los próximos diez años.

Suena a epopeya, en un país cuya suerte económica parece jugarse en el día a día. En medio de la desconfianza por el rumbo económico, y en plena pandemia, el ministro Martín Guzmán, acepta que tiene entre sus manos el desafío de que el futuro acuerdo sirva, en la práctica, como base de una economía previsible y que recupere el crecimiento.

El jefe de Gabinete de ministros, Santiago Cafiero, insistió ayer en la posición oficial de que estas negociaciones evitarán cualquier ajuste porque -señaló- "no hay lugar para ajustes. No estamos acá para aplicar recetas viejas".

Sin embargo, en los hechos, es lo que ocurrirá en caso de que, como se aguarda, prosperen las negociaciones entre las partes.

El futuro acuerdo con el Fondo contendrá ajustes, algunos de los cuales ya fueron anunciados

El futuro acuerdo con el Fondo contendrá ajustes, algunos de los cuales ya fueron de alguna manera anunciados. Sobre todo aquellos ligados al denominado "gastos Covid", que se implementaron para hacer frente a la pandemia, y que el Gobierno se apresura para desmontarlos aun cuando la existencia de la vacuna sea más promesa que realidad.

La referencia aplica al IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) y al ATP (pago de salarios complementarios). El IFE de $10.000 se distribuyó en tres oportunidades desde abril entre 8,9 millones de personas, y la cuarta ronda estaba pautada para inicios de octubre. Pero el Ejecutivo desestimó esa idea, y a lo sumo se espera que haya una ayuda focalizada entre el sector de la sociedad con mayores problemas para reinsertarse en el mercado laboral.

Respecto del ATP, el Estado abonará parte de los salarios de este mes entre una menor cantidad de empresas. Según pudo saber iProfesional, la idea es abonar no más de medio millón de sueldos. Menos de la mitad que en octubre (1.291.000).

Tanto o más relevante que estos cambios serán otros ajustes que se pondrán sobre la mesa de negociaciones.

Se trata de temas sensibles en materia política, pero claves a la hora de pensar en una estrategia ordenadora de las cuentas públicas, como la que plantea el ministro.

La semana pasada, Guzmán deslizó frente a los empresarios más poderosos de la Argentina -con Héctor Magnetto y Paolo Rocca a la cabeza- que su proyección era disminuir el rojo fiscal de 2021 algunas décimas por debajo del 4%. Cerca del titular de Hacienda admiten que ese número podría ubicarse entre 3,5% y 3,8% contra algo más del 7% de este año pandémico.

Para conseguir ese objetivo, al ministro no le alcanza con la eliminación del IFE y del ATP.

Serán claves otros puntos que formarán parte, y entre los cuales el Gobierno también ya empezó a mover las fichas. Entre esos puntos se encuentran:

1. Ajuste en las jubilaciones

La nueva fórmula de actualización propuesta por el Gobierno, claramente, va a perjudicar el horizonte de ingresos de la clase pasiva.

Al quitarle la variable de la inflación, en el corto plazo (uno o dos años al menos), los haberes quedarían por debajo de la inflación. Para el 2021, por lo menos, no se espera que los salarios ni la recaudación de la AFIP por los impuestos laborales le gane la carrera a la suba promedio de los precios.

El objetivo del oficialismo es darle sustentabilidad al sistema previsional, algo que buscó Mauricio Macri a fines de 2017, al cambiar la fórmula y dándole más peso a la inflación. En aquel momento, la previsión de la administración Cambiemos era que la inflación iría por debajo que los salarios, y por eso modificó la fórmula. El objetivo fracasó ya que en 2018, y también en 2019, hubo sucesivas devaluaciones que desembocaron en fogonazos inflacionarios.

Ahora Economía supone que será al revés: que la inflación quedará por delante de los salarios y de la recaudación. Y por eso vuelve a cambiar. Incluso más: vuelve a la actualización cada seis meses -en lugar de cada tres como en los últimos tres años-, lo que también perjudica a los jubilados y pensionados.

Un dato adicional: la nueva fórmula tendrá un tope a los incrementos para quienes cobren bajo la fórmula de actualización (jubilados, pensionados y beneficiarios de AUH).

Las medidas que tomará el Gobierno son sensibles, pero claves a la hora de pensar en ordenar las cuentas

2. Salarios públicos. ¿Otra vez por detrás de la inflación?

Se trata de un hecho indiscutible del año pandémico: la evolución de los salarios de los empleados públicos quedó bien por debajo de la inflación.

Hasta ahora, los trabajadores estatales recibieron un aumento de apenas 7% este año. A diferencia de parte de los trabajadores del sector privado, los agentes públicos siguieron cobrando los sueldos en tiempo y forma (no hubo despidos ni suspensiones), y los funcionarios no estuvieron obligados a concurrir a los lugares de trabajo.

Más que seguro, para el año que viene también haya ajustes de los salarios estatales por debajo de la inflación, admiten funcionarios a iProfesional. Eso sí: no habrá despidos en el Estado. Pero la idea es que, al menos en la administración central, los puestos que se liberen (por jubilaciones y fallecimientos) no sean cubiertos con nuevos nombramientos.

3. Menos subsidios a la energía

Además del recorte a los denominados gastos "permanentes" del Estado -pago de jubilaciones y salarios de los agentes públicos-, el Gobierno ya tiene decidido ponerle límites a los subsidios al sector energético. Uno de los renglones más complejos en las erogaciones del Estados.

Por eso mismo, Guzmán y su secretario de Energía, Darío Martínez, ya anunciaron que el 2021 arrancará con el descongelamiento de las tarifas de los servicios de gas y electricidad.

La decisión de salir del congelamiento tarifario ya está tomada: los actuales precios de la luz y el gas van a expirar el próximo 31 de diciembre. Quedará, en todo caso, un grupo limitado de la sociedad -el más postergado- que obtendrá un beneficio adicional por parte del Estado, pero está claro que las limitaciones fiscales obligan a definir un nuevo esquema de los cuadros tarifarios.

Para ponerlo en números: en el Presupuesto 2021, Guzmán proyectó una inflación del 29% y un crecimiento de la economía del 5,5%. Esto significa -ni más ni menos- que las tarifas deberían incrementarse alrededor de 34,5% en el año para mantener constante el nivel de los subsidios en términos del PIB.

Para que quede claro: no se trata de poner en discusión si la inflación proyectada por Guzmán para el año que viene es cumplible o no. La clave es que, según el ministro, la suba de las tarifas debe quedar algunos puntos por encima de la inflación si se quiere cumplir con el objetivo de que la cuenta de los subsidios no siga expandiéndose.