Quizá es la combinación de la digitalización y el escenario planteado por la pandemia lo que impulsa cada vez más el crecimiento de la financiación a través del mercado de capitales para las Pymes. Y es que allí se consiguen mejores tasas, que rondan el 24%, y que pueden equipararse incluso con las que consiguen las grandes compañías.

"La utilización del financiamiento a través del mercado de capitales viene creciendo. Durante los primeros cuatro meses del año, el financiamiento Pyme en el mercado de capitales se incrementó un 72% respecto al mismo período de 2020, representando un 20% de aumento medido en dólares", indica Sergio Sucasas, director del Departamento de consultoría de Lisicki Litvin & Asoc.

Este dato no es menor, ya que en la Argentina las pequeñas y medianas empresas se financian con recursos propios. Como segunda opción recurren a los préstamos bancarios y muy pocas son las que se animan al mercado de capitales, pese a que éste tiene muy buenos resultados.

Sucasas se anima a agregar datos relevantes: "durante abril el financiamiento Pyme en el mercado de capitales representó el 28% del financiamiento total de la colocación de instrumentos con oferta pública".

¿Qué instrumentos son más accesibles para entrar en este mercado? "Especialmente los cheques de pago diferido en sus diversas formas: ya sea que esté o no garantizado por SGR, cheques de proveedores que son de empresas más sólidas", indica Guillermo Fretes, titular del estudio de abogados Fretes - Casaburi - Grinenco.

"El mercado de capitales sigue siendo lo más barato para financiarse, sobre todo en peso, y a tasas que son más bajas que las que ordinariamente se consiguen en el sistema financiero formal, y ni hablar el informal", añade Fretes.

El mercado de capitales es el salvavidas para financiarse en pesos y a tasas negativas.

Ventajas

Desde Acindar Pymes aseguran que el descuento de cheques ofrece tasas de mercado que presentan niveles por debajo del nivel inflacionario, lo que permite hacerse del dinero de manera anticipada con tasas negativas. "Todos sabemos que en el dinero de hoy el poder adquisitivo es mayor que el de mañana, por lo que hacer caja con la operatoria y adelantar compras de bienes, materias primas insumos con tasas negativas son una gran oportunidad para mejorar las finanzas de la empresa", agrega Pablo Pereyra, gerente general de esta compañía especializada en Sociedad de Garantía Recíproca (SGR).

Para dar cuenta del alcance de las SGR, esta empresa emitió $9.825 millones en garantías los primeros cinco meses de 2021, superando los $10.000 millones en las primeras jornadas de junio. Marcó así un crecimiento del 85% con respecto al mismo período del año anterior.

"El descuento de cheques en el mercado de capitales continúa concentrando la mayor parte de las operaciones de la empresa. De enero a mayo, estos avales bursátiles representaron el 78% de todas las garantías emitidas por la compañía, alcanzando los $7.698 millones. La atractiva tasa del 24% anual a la que acceden los clientes, muy por debajo de la inflación, continúa motorizando el uso de esta herramienta", suma Pereyra.

Empiezan las Pymes a animarse a financiarse a largo plazo, demostrando una leve recuperación.

Y agrega: "del total de cheques bursátiles avalados en estos primeros cinco meses del año por la SGR, el cheque electrónico captó nada menos que el 68% del total".

Si bien el financiamiento a corto plazo acapara el 79% de las operaciones de la cartera de Acindar Pymes, centradas en el apalancamiento del capital de trabajo, la buena noticia es que en el último tiempo el largo plazo comenzó a recuperarse. "Este financiamiento pasó de representar el 6% en el primer cuatrimestre del 2020 al 23% en el mismo período de este año. Este porcentaje casi se cuadruplicó en las operaciones de la SGR, de la mano del crecimiento de proyectos de inversión", sostiene el gerente, marcando que empieza a percibirse una ligera reacción económica.

Adicionalmente, los avales bancarios de corto y largo plazo tuvieron un salto del 450% interanual. Este crecimiento se dio de la mano de la obligatoriedad que impuso el BCRA a las entidades bancarias para colocar préstamos productivos a pequeñas y medianas empresas, con tasas del 30 al 35% anual.