El centro de atención en este momento para el futuro económico del país, parece ser que se concrete un acuerdo entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI), para el pago de la deuda externa. Aunque, para muchos analistas, esto es apenas un factor más, entre tantos otros que debe resolver Argentina de cara a futuro.

Al respecto, un informe que acaba de publicar la consultora LCG, fundada por Martín Lousteau, indica sin vueltas que "la cuestión del FMI ya pasa a ser un entretenimiento, no es el principal problema de la economía argentina".

Por eso, sostiene que el ajuste, "por las buenas o por las malas, será la constante para los próximos dos años, y eso empieza a desmotivar a la coalición de gobierno, excepto al Presidente que, en su (extraña) retórica, insiste en la posibilidad de un segundo mandato".

En este sentido, el escrito recuerda que el 28 de abril de 2017, antes de ser ministro de economía, Martín Guzmán sostenía algo muy distinto a su postura actual, porque indicaba que Mauricio Macri había asumido a fines de 2015 con un "desafío bien complicado" en el plano macroeconómico.

"La economía estaba transitando un sendero insostenible, debido a las políticas macroeconómicas inconsistentes llevadas a cabo por su predecesora, Cristina Fernández de Kirchner. Esas políticas provocaron desequilibrios que erosionaron la competitividad de la economía y generaron un drenaje de las reservas de divisas", publica LCG sobre los dichos de Guzmán en aquél entonces.

Por lo que el informe agrega que este fragmento mencionado por el actual ministro de Economía varía bastante del comportamiento actual, debido a que ahora "tuvo que ir a la casa de esa misma Cristina Fernández a alinear la estrategia de negociación".

La negociación entre el Gobierno y el FMI se extiende más de lo previsto, y hay dudas que el Gobierno pretenda realizar el ajuste solicitado.

Es decir, sostiene que aquellas "inconsistencias" que mencionaba Guzmán hace 4 años atrás no varían mucho del déficit fiscal, emisión monetaria por sobre la demanda de dinero y caída de reservas internacionales que se viven ahora.

"Bueno, en el gabinete económico están convencidos de que Argentina está en crecimiento y no hay que frenar ese proceso. En el FMI ven la tendencia de crecimiento del país y sostienen que es sólo la recuperación pos pandemia. La cuestión es central, porque la mirada actual de Guzmán es que puede seguir acompañando el crecimiento con una retirada muy gradual del sector público", dicen en LCG.

Pero a la vez, agregan que esto indicaría que "tampoco confía en que el país está en esa senda de crecimiento".

Alerta: se agota la demanda real de pesos

Por eso, los economistas sostienen que no es tanto el déficit lo relevante, sino el financiamiento, donde el menú sigue acotado para el Gobierno.

Según su análisis, buena parte del déficit se cubre con emisión, debido a que el 70% del déficit de 2021 se cubrió con la asistencia del Banco Central al Tesoro.

"El señoreaje puro, que es el aumento de la demanda real de dinero, se está agotando con la aceleración de la expectativa de inflación y depreciación del peso", afirman.

Entonces, consideran que si el déficit no se corrige y la actividad no es muy "generosa" de manera que eleve la demanda de pesos, el señoreaje será pagado sólo con más "impuesto inflacionario".

Por lo tanto, desde LCG afirman que "adicionar inflación al 50% del 2021 pone a la economía en una situación frágil".

Y agrega: "Por sus declaraciones, Martín Guzmán parece tenerlo claro, resta entonces pensar que existen razones políticas por las cuales no se puede consensuar poner un freno a la emisión esperada para 2022".

¿En duda? El Gobierno busca negociar con el FMI y Estados Unidos, al mismo tiempo que coquetea con Rusia y China.

Más allá de esto, resalta que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, y ex ministro de Economía, Axel Kicillof, "pidió un cambio de estrategia debido a que Estados Unidos estaría bloqueando la capacidad de llegar a un acuerdo".

En ello, también se pone sobre la lupa el acercamiento de Argentina con países como Rusia, China y Nicaragua, y se encienden alarmas respecto a si el Gobierno está manejando un plan B poco "amigable" con el resto del mundo.-