FINANZAS DE LA CRISIS

Recaudación, alerta para Massa: dólar turista se lleva u$s1.000 M al mes con retenciones a la soja en caída

La suba explosiva del impuesto PAIS no es motivo de festejo: refleja la fuga del dólar minorista. Y el ingreso de retenciones cae frente a la inflación
ECONOMÍA - 03 de Agosto, 2022

Una lectura entrelíneas de los datos de la recaudación impositiva de julio deja en claro cuáles serán las prioridades de la gestión de Sergio Massa como nuevo ministro de Economía: mientras la principal variación de ingresos fue Ganancias, hubo una suba en los impuestos ligados al consumo -como el IVA- y se estancó el ingreso fiscal por retenciones a la exportación.

Peor aun, el explosivo crecimiento del impuesto PAIS permite adelantar que en julio se registró una salida récord, de unos u$s1.000 millones, por concepto de viajes y pagos con tarjeta en el exterior.

En definitiva, la recaudación impositiva da una foto de la situación en que se encuentra la economía: exportaciones estancadas a pesar de precios internacionales récord, dólares que se escapan del Banco Central a toda velocidad por el rubro de turismo, evolución de las ventas en el mercado interno -un reflejo de la "fuga hacia el consumo"- y ganancias financieras de las empresas.

El dato que más impresiona es del impuesto PAIS, el 30% que se cobra a los turistas, los ahorristas y los compradores de mercadería extranjera a través de servicios internacionales. Registró un explosivo crecimiento de 69% en apenas un mes, todo un síntoma de la aceleración con la que los minoristas empezaron a demandar dólares, en parte por una cuestión estacional -las vacaciones de invierno- pero también incentivados por la ampliación de la brecha cambiaria y la sospecha de un nuevo endurecimiento del cepo.

Pero, además, debe considerarse otro agravante: el gran incremento se produjo a pesar de que la ex ministra Silvina Batakis implementó una suba de 10 puntos -de 35% a 45%- en la percepción de Ganancias para quienes adquieran dólares para turismo o consumo en el exterior. Además, se había prohibido la financiación con tarjeta de crédito para la compra de productos en los free shops.

El resultado habla a las claras sobre el mínimo efecto disuasorio que tuvieron estas medidas a la hora de que los argentinos aprovechen en su favor la distorsión del mercado cambiario, que supone un subsidio para la compra de pasajes aéreos y bienes del exterior.

Aceleración en la demanda de dólares

Hablando en números, los $41.795 recaudados en julio por el impuesto PAIS implican que los argentinos le dieron al Banco Central $139.316 millones, que convertidos al tipo de cambio promedio del mes, da una salida de u$s1.030 millones.

Es una suba que impresiona, dado que en junio se había registrado una cifra preocupante -u$s655 millones- pero que queda chica en comparación con el registro de julio. En términos interanuales, la demanda de dólares por parte de los minoristas en julio creció a una impactante tasa de 318% anual, lo que lo convierte, por lejos, en el tributo de mayor crecimiento en las arcas de la AFIP.

El repunte turístico post pandemia, un dolor de cabeza para Massa: en julio se disparó la demanda por encima de los u$s1.000 millones

Puesto en otros términos, el impuesto PAIS representa ahora un 2,4% del total de la "torta impositiva" de la AFIP, cuando hace un año su participación era de apenas 1%.

Hay que remontarse a agosto de 2020 para ver una cifra tan grande: en aquel momento no había salida de turistas, por el cierre sanitario que imponía la pandemia, pero todavía regía cierta laxitud en la venta del cupo de u$s200 al tipo de cambio oficial. Fue así que el BCRA registró una rápida pérdida de reservas y entonces se dio una nueva vuelta al cepo, con requisitos más duros para la habilitación a ahorrar divisas, además del establecimiento de la percepción adelentada por el impuesto a las Ganancias.

Como siempre ocurre con el impuesto PAIS, tiene la peculiaridad de que su crecimiento nunca es motivo de festejo sino de preocupación, porque da la pauta del debilitamiento de la posición de reservas en el Banco Central.

En lo que va del año, la información oficial indica que las divisas que se "fugaron" por el rubro "viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta" acumula u$s3.914 millones en el primer semestre. Si se le agrega la demanda de julio, la cuenta en el acumulado de siete meses dará cerca de u$s4.940 millones.

Massa y sus colaboradores deben estar mirando con lupa esta cifra: de no implementarse cambios, se arriesgan a que ese registro de u$s1.000 millones mensuales quede establecido como el nuevo estándar.

Implicaría que, en lo que resta del año, el BCRA deba sacrificar reservas por u$s5.000 millones para satisfacer a los minoristas. Y hay motivos sobrados para pensar que esa demanda se mantendrá alta: a la típica compra que se produce hacia fin de año por la previa de las vacaciones veraniegas, este año se agrega el evento extraordinario del Mundial de Fútbol de Quatar -y la FIFA informó que la selección nacional es la que más entradas ha demandado, sólo por detrás del país organizador.

Una prioridad para Massa

En definitiva, de no frenarse la tendencia actual, Argentina terminará el año con una salida de u$s10.000 millones por el rubro de turismo y compras del exterior, un nivel que ya se aproxima al que existía al final de la gestión macrista, cuando regía el mercado libre para el dólar y se registraban altos índices de salida de turistas.

Para tener una referencia de lo que implica esa cifra, no solamente sería el doble del refuerzo de reservas que el Fondo Monetario Internacional le exige al Banco Central, sino que sería un 25% superior a lo que el país gaste en concepto de importación de gas y otros combustibles, la gran piedra en el zapato para el programa económico de este año.

Sergio Massa asume el cargo de ministro con una prioridad urgente: apuntalar las reservas del Banco Central, para lo cual tratará de limitar la salida de divisas por turismo y ofrecer incentivos a la exportación agrícola

Estos números son los que alimentan la especulación respecto de medidas urgentes a adoptar por Massa tras su asunción, con el objetivo de cerrar la fisura a través de la cual se van dólares comprados por los minoristas. Para un Gobierno que sufre una verdadera "puja distributiva de los dólares" por parte sectores industriales que piden prioridad para comprar insumos en el exterior, está claro que el primer rubro a cortar es el que no está directamente vinculado a la producción.

Ya hace dos años, Alberto Fernández lo expresó de manera bien gráfica: "Los dólares deben ser utilizados para producir y no para guardar". Y, a pesar de esa advertencia, no logró atenuar la salida de divisas, lo cual le valió reprimendas públicas por parte de Cristina Kirchner, que reclamó medidas para "terminar con el deporte nacional de quedarse con las reservas del Banco Central".

Y ahora, cuando las reservas del Central llegaron a un nivel crítico -hay economistas que afirman que las reservas netas ya están en terreno negativo-, se hace evidente que habrá nuevas medidas para canalizar las escasas divisas hacia las actividades prioritarias. Lo que no está definido es el método: desde hace semanas se está planteando la posibilidad de que los turistas paguen sus gastos dolarizados a la conversión del dólar MEP.

Es un tema que puede tener dificultades regulatorias, dado que está establecida por ley la forma en que las tarjetas de crédito deben convertir los gastos en divisas para ser cobrados en pesos.

Concretamente, se está planteando la posibilidad de un desdoblamiento del mercado cambiario, por el cual regiría un dólar fijado por el BCRA sólo para las operaciones de comercio exterior y de deuda estatal, mientras que otro mercado quedaría liberado a la oferta y la demanda, para canalizar el ahorro y el turismo.

Es uno de los temas urgentes a definir por Massa, que sabe que tiene que comunicar, con urgencia, la voluntad de generar un punto de inflexión en las reservas del Central.

Retenciones, en baja

La otra parte del problema cambiario, la de la oferta de dólares, también queda reflejada en los datos de la recaudación tributaria. El ingreso de pesos por las retenciones de exportación está alcanzando niveles mínimos en lo que va de la gestión de Alberto Fernández, todo un síntoma sobre el desincentivo existente para que los productores agrícolas liquiden sus tenencias.

Los $110.414 millones recaudados en julio suponen una caída interanual en términos reales, cuando se descuenta la inflación. Sólo subió un 44%, cuando se estima que la inflación anualizada a julio es de 45%, y en un contexto en el que el total de impuestos sube a un vigoroso 87%.

La contracara del acopio de la soja en silobolsas: cayó en términos interanuales la recaudación por retenciones a la exportación, una situación insólita en un momento de precios récord

En su momento de mayor relevancia, el rubro de retenciones a la exportación representó más del 10% del total en la caja de la AFIP, pero ahora cayó a un 6,3%.

Y lo más llamativo es que esa retracción se produce en un momento de precios récord en el mercado global de las materias primas agrícolas. En otras palabras, queda en evidencia que la brecha entre el tipo de cambio oficial y el dólar paralelo está actuando como un disuasorio para sacar a los porotos de las silobolsas.

Los cálculos de los expertos en el mercado agrícola indican que, en el caso de la soja, después de aplicarse las retenciones y de liquidarle los dólares al BCRA al tipo de cambio oficial, lo que queda en el bolsillo del productor agropecuario es apenas un 27% del precio internacional.

Es lo que lleva a la otra medida de Massa que ha generado expectativa en el mercado: un incentivo para la exportación que mejore la oferta realizada las semana por el BCRA y que en el ámbito agropecuario fue considerada un "parche" que no mejora sustancialmente las condiciones  comerciales.

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