El Gobierno tomó la experiencia de los períodos vacacionales de 2022 y obligó a los empresarios del sector turístico a acordar un límite a los precios de los servicios que ofrecen como condición para renovar el programa PreViaje y lo circunscribió a la temporada baja.   

Como nuevo ministro de Economía, Sergio Massa, encabezó las negociaciones, pero fue su par de Deporte y Turismo, Matías Lammens quien acercó el expertise para corregir una situación que le deparó algunas críticas.

Massa debe cuidar cada centavo para cumplir con la meta de déficit fiscal acordada con el FMI y PreViaje era un incentivo estatal que se presumía prescindible por su alto costo para las arcas públicas, pero finalmente habrá una nueva etapa aunque restringida a estimular "escapadas" fuera de los períodos tradicionales de verano e invierno. 

A cambio los empresarios deberán respetar los precios máximos que se publicarán cuando sea lanzado el nuevo esquema y que surgirá   sobre la base de unos 200 mil precios relevados de todo el país en temporada baja; o sea se excluyen los valores que, por ejemplo, se cobraron durante la última temporada invernal.

El boom del PreViaje

Durante la pandemia el turismo se paralizó y el gobierno entendió que era necesario buscar herramientas para acelerar su recuperación cuando las condiciones sanitarias comenzaron a permitirlo.

PreViaje propuso el reintegro del 50% de los gastos en hotelería, gastronomía, alquiler de autos, excursiones dentro del país. 

PreViaje 3: el Gobierno le puso tope a las tarifas turísticas para evitar efecto búmeran

Pero la iniciativa resultó un búmerang. Los rebrotes de contagios sobre diciembre de 2021, y principalmente en enero de 2022, congelaron los planes de salida al exterior de familias de altos ingresos, temerosas de enfermarse lejos del país y de exponerse a trabas para el regreso. Además, por aquellos días el gobierno había prohibido el financiamiento de paquetes turísticos al exterior.

En consecuencia, hubo una avalancha sobre PreViaje y dado su alto poder adquisitivo ese segmento absorbió rápidamente la oferta de alta gama de alojamiento y servicios existente en el país. Así los hoteles de 4 y 5 estrellas y las casas y departamentos categoría premium gozaron prácticamente de ocupación plena en las semanas de mayor demanda –Navidad y Año Nuevo y enero-, lo que por lógica consecuencia arrastró los precios de las unidades que le siguen en jerarquía y que habitualmente son arrendadas por un amplio sector de la clase media.

"Los más de tres millones de argentinos que sacaron sus vacaciones a través de PreViaje y el nivel de reservas que ronda el 90% en la mayoría de los destinos del país ya reflejan lo que va a ser una temporada de verano récord, de las mejores de los últimos 10 años", había declarado sobre fines de diciembre del año pasado el propio Lammens.

La conjunción de todos estos factores provocó que las locaciones en general registraran incrementos de entre 60 y 70%, entre 10 y 20 puntos por encima de la inflación general. La situación se repitió durante las últimas vacaciones de invierno.

El impacto del PreViaje en los precios

El propio INDEC le puso cifras concretas a esa escalada de precios: en diciembre el rubro "Recreación y cultura" tuvo una variación de 4% y "Hoteles y Restaurantes" aumentó 5,9%, ambos por encima del 3,8% de aumentó el Indice de Precios al Consumidor (IPC). En enero el comportamiento fue similar: "Recreación y Cultura" aumentó 4,2% y "Restaurantes y Hoteles" 5,7% contra un IPC general de 3,9%. Ya en febrero, con la temporada "casi jugada" los incrementos se desaceleraron, pero continuaron altos: 2,3% y 4,3%, respectivamente, contra IPC de 4,7%.

Durante el período invernal de julio se repitió el escenario: "Recreación y cultura" fue el segmento de mayor aumento de todos los relevados por el INDEC: 13,2% y "Restaurantes y hoteles" el segundo con un salto de 9,8%. La inflación general de ese mes fue de 7,4%.

El Gobierno obligó a empresarios a respetar un tope en tarifas de alojamientos y servicios para no azuzar la inflación

Este escenario es el que el gobierno busca evitar con la tercera etapa de PreViaje, además de reducir la asignación de fondos públicos. 

"Creemos en el programa, pero también creemos que no puede terminar jugándonos en contra en materia inflacionaria. El sector tiene que hacer el esfuerzo a la par del Estado. El ordenamiento de precios nos va a ayudar a bajar la expectativa inflacionaria y es bueno que hagamos el esfuerzo juntos", aseguró Massa tras la reunión. Tajante.

PreViaje: lo que viene

Cabe puntualizar que para las empresas del sector turístico ingresar al acuerdo es un acto voluntario y tienen la libertad de no participar y fijar los precios que crean conveniente.

Por el sector privado firmaron el acuerdo el presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Gustavo Hani; el presidente de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA), Fernando Desbots; el presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT), Roberto Amengual; y el presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC), Daniel Prieto.

Según las estadísticas oficiales PreViaje fue utilizado por 5 millones de personas y generó un impacto  estimado en $165 mil millones de pesos y ahora iniciará un período mucho más quirúrgico en cuánto a su aplicación para cuidar las cuentas fiscales y evitar un recalentamiento de los precios.